"A la escena Rock Marí"

MÉXICO (UNIV)._ Rock Marí tiene apenas 12 años, pero ya tiene camiones con su imagen y un juguete con la trasnacional Hasbro, estrena una película, cuenta con un disco grabado y próximamente, protagonizaría su propia serie.
¿Quién es esta niña de apenas 1.48 metros de estatura, que cursa el sexto año de primaria y que de pronto ha saltado a los escenarios mexicanos? Alguien avispado podría decir de botepronto que es la respuesta mexicana a las figuras estadounidenses rodeadas de mercadotecnia como Hannah Montana o hace unos años, Hilary Duff.
Y puede que tenga razón. Finalmente Rock Marí es un personaje creado a partir de las cualidades artísticas de una niña común y corriente. Su padre, el cineasta Chava Cartas (Amor Xtremo), quien ha realizado videos para RBD y Belinda, le escribió una película, que llega este viernes a los cines.
Ahí Rock Marí (cuyo nombre en real Marianne Güereña) es una niña que lucha para lograr su sueño de poder cantar en un escenario. En el ínter deberá soportar una gran pérdida, la destrucción de uno de sus más preciados valores y la burla de los adultos.
"Desde chiquita veía que mi papá hacía los videos y me fascinaba acompañarlo, me quedaba calladita, veía a Belanova, a Belinda y me gustaba cómo cantaban, trataba de imitarlos. Yo decía que quería ser cantante, como todas las niñas, pero en verdad quería serlo", dice la pequeña.

Nace el proyecto
La primera señal fue cuando Cartas filmó por diversión a su hija cantando y se dio cuenta del potencial que tenía. Creó el nombre de Rock Marí con una combinación de palabras y contó con el apoyo de Ro, de Liquits, quien compuso una rola original para ella.
Grabó en formato casero un video con la niña en patineta y con el bajo en las manos e iban a platicar con posibles inversionistas.
"La cara les cambiaba al ver qué era Rock Marí. Ya no era sólo papel, sino alguien con rostro, y así se fueron subiendo varias personas (al proyecto)", dice Cartas. Y al fin llegó la película. La niña estaba feliz.
- ¿Cuándo te enteraste de que ibas a estar en la película?
- Estaba en casa, ya me iba a dormir y mi papá me dijo que ya había escrito algo para mí. Esa vez no pude dormir, leía una y otra vez el guión y me fascinaba, pero tuve que esperar un año para hacerla.
- Cantas desde los 7 años, ¿en quién te fijabas para hacerlo?
- Estaba (el programa de) Hanna Montana y escuchaba y veía cómo cantaba y la imitaba. Buscaba las letras en Internet y ahí dije que yo quería hacer lo mismo que ella.
"Fui a clases (de música) y eran un desastre, las cosas no funcionaron, aunque sí aprendí algunas cosas de guitarra", relata.
"Con mis amigas hacíamos conciertos, vendíamos boletos a un peso y anunciábamos el concierto. Yo cantaba las de Timbiriche. Hace dos años fui al Auditorio Nacional a ver a Timbiriche y cuando dijeron quién podía subir a cantar con ellos me eligieron".
- Ya en rodaje, ¿cuando el papá se convertía en director y viceversa?
- Fue raro, porque estábamos en la casa como papá e hija y en el set ya no era así. Un día me di cuenta de eso cuando amanecí enojada y en el set no quería hacer algo, entonces me dijo que si había aceptado estar ahí, me iba a tratar igual que a todos.
"Cuando filmé la escena de la muerte estaba jugando y no me concentraba, entonces él se acercó y me dijo que tenía que hacerlo. Sentí que me regañaba y en la película salgo llorando, pero en verdad estaba triste por lo que me había hecho".
- Tienes más escenas llorando. ¿Cómo le hiciste?
- No copié a las telenovelas porque mi papá no me dejaba verlas. Cuando era chiquita las niñas me decían que debía imaginarme cuando se muriera mi abuelita, o pellizcarme fuerte la mejilla o no parpadear, en eso estaba cuando mi papá me dijo que no eran tanto las lágrimas que debían verse, sino cómo se sentía.
- ¿Te gusta tu imagen?
- Al principio no me gustaba la idea del saco porque estaba sin pins, sin nada, y la vestuarista estaba de acuerdo. Pero mi papá siempre ha tenido ideas locas y dijo que sí.
"Con las botas me sentía rara al principio, pero me acostumbré. Me fascina la idea de muchas capas de ropa, muchos colores, el sombrero también, aunque durante la película era una lata porque se caía o se desacomodaba el peinado".
- ¿Y hasta tienes un juguete de Rock Marí (una jirafita)?
- Eso está muy bonito, se trata de un juguete que, aunque no soy yo, sí va a tener mi cara en la caja. Se trata de una jirafa que el personaje siempre anda cargando.


El futuro
Cartas habla como papá. Sabe que su hija, que está entrando a la adolescencia, corre el riesgo de quedarse en el camino, como ocurrió con figuras como Macaulay Culkin y Lindsay Lohan.
"Su mamá es catequista y su mánager es su abuela. En seis años va a ser una señorita y, tomará sus decisiones. Nadie sabe hasta dónde será su alcance, lo que queremos es que se divierta, que haga lo que quiere y si desea ir a Hollwyood, apoyarla", dice su padre.
Ramón Sánchez, responsable de la mercadotecnia, habla de negocios.
"La estrategia es algo nuevo en México, dependiendo de cómo funcione, podríamos sacar una serie de televisión, cuadernos, o algo así. Es algo de lo que tiene que aprender el cine mexicano para ser un buen negocio".
El 6 de este mes, en el lobby de un cine de Reforma, la niña dio un concierto antes de presentar la película a un puñado de famosos que fue a apoyarla.

VALOR DE UNA ESTRELLA SMALL

- Independencia. Contra la costumbre, Rock Marí no es un producto extraído de la televisión.
- Apoyo familiar. Su papá ideó el concepto al ver que su hija cantaba y podía actuar.
- Autoconfianza. Con guión bajo el brazo y un video de muestra, convenció a inversionistas para entrar al proyecto de cine.
- Expansión. Sony le compró el proyecto del disco, Videocine aceptó distribuir la película y Hasbro lanzó un juguete con la imagen del filme.