"A romper Barreras"
Fernando Alarriba
MAZATLÁN._ Los años 90 fue una década de vitalidad para el rock porteño que quedó bien sembrada en un público fiel y una legión de futuros roqueros.
Jorge Rochín y Ernesto Cristerna son integrantes de Venus Rex Machina y Xylvia, dos agrupaciones de un nuevo contingente roquero patasalada que tiene un objetivo claro: romper barreras y hacer que el rock de la Tierra de Venados sea un revulsivo en la escena musical de México.
Ambos crecieron en la mar de ritmos poderosos que el grunge, el Nu metal o el punk amasaron a lo largo de los 90 con bandas como Deftones, Rancid, Rage Against The Machine, Korn, Tool, Pearl Jam o Nirvana, y cuyas réplicas llegaban al puerto con grupos como Neurosis, Martillo o Rotor.
En los albores del nuevo milenio, la comunidad roquera crecía en tocadas realizadas en casas de los fraccionamientos Lomas de Mazatlán, Playa Sur y Fovissste; en bares como el Café Altazor, Señor Frog´s, The Box (un lugar dedicado al rock en el que se presentaron grandes nombres como Babasónicos, Gustavo Cerati o Natalia Lafourcade), el bar Tequilas, Happy´s Bar y en espacios emblemáticos como La Muralla China, El portón de la Calle Lola Beltrán (por la Colonia Palos Prietos), La Casa del Árbol (en el Fraccionamiento Estadio), en las famosas fiestas de Halloween del Hotel Bellmar y en las tocadas del 2 de octubre organizadas por la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Bandas como Medusa y La Patasalada cedieron la estafeta a una nueva y voraz generación: Los Borbotones, Unidad, Los Libertarios, Playa Mestiza,Tabaco Turco, 69 locos, Los Monos Bichis, Los Fulanitos, Sur Ska, Los Rebeldes Anarquistas, Libertarios, Sublevación, Pisando al patrón, Jonner, Starfish.
Rock, reggae, ska, punk, skacore, anarcopunk, death metal, nu metal, hip-hop... los últimos 13 años han sido un periodo tan prolijo que el rock porteño vivió con mayor consistencia la seducción de bandas conformadas por mujeres, entre las que destacan Visita Mensual, Las Titis, Afrodita y recientemente Dirty Layla.
La efervescencia
Bernardo Tenorio Arce, mejor conocido como "El Berna", guitarrista de Sur Ska, señala que este intenso florecimiento tuvo su apogeo entre los años 2002 y 2008, cuando agrupaciones de México, Canadá y Estados Unidos de ska, punk y hardcore vinieron al puerto, y sobre todo, cuando legendarias bandas como Save Ferris, 2 minutos, Kung fu Monkeys, Ataque 77 o Unión 13 llegaron aquí sin gran publicidad ni valoración de los medios; el hambre del público lo era todo.
"Uno mismo organizaba las tocadas, buscar lugares o foros en donde te dejaran tocar, todo desde cero, y no sólo los músicos también el público. Era un ambiente de fiesta, de cotorreo. A las bandas de hoy como que no les gusta picar piedra, tocan cada seis o dos meses, nosotros lo hacíamos cada semana, cada 15 días, y parece que no se organizan entre ellos. No sé si sea por el espíritu de la música que tocan".
Un objetivo en común
Jorge Rochín ingresó a la escena del rock porteño a los 21 años, como vocalista de una banda de covers. Su potente y cavernosa voz empezaba a ser reconocida por el público, hasta que tuvo que dejar de cantar debido a un hernia hiatal.
Como parte de su rehabilitación, un foniatra le indicó que volviera a cantar y a vocalizar, y así se unió a la banda de ska Barracruda, con la que compartió escenario del 2003 al 2007.
Por su parte, Ernesto Cristerna inició como vocalista de Lost Hardcore, un grupo de hardcore punk junto a Ray Alberto Burgueño y Mario Alberto Cruz Crowford. La disquera independiente Oneshot Records se interesó en ellos al escucharlos en una gira que algunos de sus artistas realizaron por el puerto, pero la banda se desintegró.
Ernesto y Jorge ríen al recordar cuando las tocadas se daban a conocer por flyers colocados en la foto del Windows Messenger, y también cuando narran el nacimiento de su amistad: fueron rivales en el concurso Tecno Audio Rock, en su edición 2010. Venus Rex Machina había tenido su debut algunos meses atrás, y para Xylvia era su segunda tocada.
Desde entonces han visto crecer a sus bandas, superar sus crisis, y se dieron cuenta de la necesidad de unir esfuerzos para quebrar la idea nacional que pesa sobre el Estado: "Sinaloa, tierra de bandas".
"Lo que es el 'mainstream' está lleno de bandas que suenan a Zoé, a Allyson, a Panda, Siddhartha; todas las vocalistas que cantan como ardillas: Natalia Lafourcade, Ximena Sariñana, Carla Morrison; me llama mucho la atención que están buscando bandas con un estereotipo", señala Rochín, vocalista de Venus Rex Machina.
"Lo que queremos es meter lo que estamos haciendo en el panorama nacional. Yo creo que lo que hace Venus o lo que hace Xylvia no tiene nombre, porque no hay forma de encasillarnos en algún género. La idea es, la verdad, irles a pegar en su madre a esos weyes que se revuelcan en lo mismo; como que esperan que la música sea de Monterrey, de Guadalajara, de México. No, es de Mazatlán, Sinaloa", recalca Cristerna.
Ordinaria locura
Rochín toma aire para continuar la idea de Ernesto, habla de las excelentes bandas que han surgido en Mazatlán y de cómo ellos tienen su propia lucha en Guadalajara, cuando un borracho lo interrumpe. "Siga adelante, siga adelante hermano, ah, hay que salir adelante", y se va hablando sobre una hermana loca.
Pero lo de Venus y Xylvia no es una locura. O al menos, es la ordinaria locura de miles de jóvenes: el deseo de triunfar con su música, vivir de ella y decir algo sobre el mundo. No viven el sueño de un automóvil, el trabajo estable, la casa en coto privado, la vida ordenada por el remanso del tedio.
Mencionan cómo los miembros de sus bandas tratan de sortear las limitaciones económicas con otros empleos, y lamentan que la suya sea una profesión en la que deben de pagar para poder tocar.
Ernesto señala los elevados costos que implica ingresar a los medios de comunicación, "las mordidas" que se dan para figurar en el Vive Latino, pagos de 30 a 50 mil pesos sin que la calidad musical esté de por medio; e incluso, apunta Jorge, lo mismo ocurre en algunas disqueras: se debe pagar para conseguir tocadas, menciones en medios de comunicación y eso no incluye ninguna clase de beneficio.
Mas los frutos del esfuerzo están brotando. Xylvia está por sacar su EP con Acetrax Music, una compañía independiente de Houston, Texas en la que no reciben pago por la grabación de su álbum, pero en cambio, tiene fechas pagadas en los Estados Unidos, con todos los gastos incluidos, les ayudan en el trámite de Visas y da una mayor proyección desde el infinito mercado de iTunes.
En su afán de crecer, los integrantes de Venux Rex Machina se fueron a vivir a Guadalajara desde el año 2011, en ese año sacaron su disco Venus Rex Machina. Han compartido escenario con excelentes bandas emergentes como Venus in Furs o Del Barrio, y se dan cuenta por las reacciones del público y, sobre todo, de los músicos de la Perla Tapatía, que su trabajo tiene calidad.
Ambos logros se deben a su extenuante labor: largos procesos creativos de escribir letras, componer armonías, crear una maqueta, destruirla en el estudio y hacerla crecer, realizar grabaciones, buscar efectos que enriquezcan la música... un trabajo colectivo que, en el caso de Xylvia, Ernesto exalta la labor del joven productor Edgar Omar Schober y Mix Lap Estudios, talento que, garantizan ambos músicos, dará mucho de qué hablar.
El mar por delante
Junto a ellos, bandas como Los Insane, Coma Campus, The Plasmas, Mr. Blacky, Violet y Belle Et fou Texas han surgido en los últimos años para asegurarse que la bandera del rock siga ondeando en el puerto. Además, los esfuerzos de los organizadores del torneo de Surf Reef, la Semana de la Moto y la fiestas Hermes Indio han permitido que buenas bandas nacionales e internacionales estuvieran en el puerto durante los últimos tres años, entre ellas Austin TV, Descartes a Kant y The Drumms.
Pero pese a la calidad probada de los músicos mazatlecos, el puerto carece de algunos puntos fuertes que poseen las grandes capitales musicales del País: inversión en los espacios dedicados al rock y en los propios músicos, conciertos constantes de todo tamaño, género y calidad; y sobre todo, coinciden Jorge y Ernesto, de una sólida organización y apoyo, de una nueva comunidad roquera.
"En Mazatlán sí hay espacios como el Señor Frog´s con un sonido impresionante, el Live Rock, también está el Sumbagua , la cosa es que el lugar no hace la escena, la hace la gente. La bronca es que aquí hay cosas como: 'Hay cover', '¡Uyy pues a quién van a traer!, o ¡qué me vas a dar!'; no cobras cover pero les pides que consuman y no consumen, la gente se sale y se compra su ballenita", dijo Rochín.
"Cuando estás tocando están tomando, te dan la espalda y no prestan atención; es una cuestión de actitud, la gente es muy valemadrista. El que consumas en un bar permite que los empresarios vean como negocio el traer bandas, si nosotros apoyamos, esto va a crecer tanto que van a venir las bandas solas y van a empezar a percibir Mazatlán como Monterrey o como Guadalajara".
Se acerca la noche. Ernesto enciende un cigarro y para equilibrar la responsabilidad sobre el rock porteño, el guitarrista de Xylvia hace un último señalamiento.
"Tal vez el problema sea de los músicos, porque no hemos sabido proyectar e incitar al público. Y el rock en Mazatlán se dejó de producir de una forma buena porque todo mundo decidió irse a tocar a un bar y hacerse viejo ahí, todo mundo se quedó con eso de ir al bar, ponerse pedo y cotorrear con los músicos y no innovar", comentó.
"Yo vuelvo a algo que Jorge me refutó hace un momento: yo creo que Venus y Xylvia son las mejores bandas que hay ahorita, porque sí tenemos ganas de empujarte, querer hacer algo distinto, y el esfuerzo es 10 veces más duro, porque vamos a hacer algo bien hecho".
LAS BANDAS
VENUS REX MACHINA
Jorge Rochín, vocalista
Hugo Rangel, guitarrista
René González Íñiguez, baterista
Alberto López, bajista
Héctor Vázquez, guitarrista
XYLVIA
Ernesto Cristerna, guitarrista
Edgar Mujica, vocalista
Mario Alberto Cruz Crowford, baterista
Ray Alberto Burgueño, bajista