"Alejandro Sanz deja con el 'corazón partío' al público del Festival de Viña"
VIÑA DEL MAR (EFE)._ El cantante español Alejandro Sanz dejó con el 'Corazón partío' al público del Festival de Viña del Mar con su despliegue de romanticismo, alegría y sencillez en la última noche de esta edición número 52 del certamen.
Con un espectáculo de dos horas, el artista conquistó al auditorio de la Quinta Vergara y se llevó de regalo una codiciada gaviota de oro, que este año solo obtuvieron antes que él los estadounidenses Aventura, el puertorriqueño Chayanne y el británico Sting.
Entonces ¿Qué? ¿Hay concierto?, bromeó poco después de salir al escenario para invitar al público a iniciar con Mi Peter Punk, de su último disco Paraíso Exprés, un recorrido por sus grandes éxitos de ayer y de hoy.
Con Viviendo deprisa o Todo lo que fui es todo lo que soy, que sonaban en las radios a principios de los 90 recordó los inicios de su carrera, que le llevaron hace 26 años a visitar por primera vez este festival.
Más de dos décadas después ha demostrado que el tiempo y la fama no le han cambiado, ni por dentro, ni por fuera
El español no pasó por alto que, tres horas después de que él abandonara el escenario, se iba a cumplir justo un año del último terremoto que estremeció al país. Por eso dedicó a los afectados su más sentido Corazón partío.
El cantante le puso alma y cuerpo a esta interpretación y se arrancó con algunos pasos junto a la también española Eva Gómez, presentadora de esta edición del festival, que no pudo evitar pasar gran parte del concierto bailando a un lado del escenario.
Poco a poco, el artista dejó entrar a todo el auditorio a su Paraíso Express, que hace dos semanas le valió un premio Grammy, y desde el que resonaron ecos de Looking for paradise, interpretada a dúo con Alicia Keys, a la que en esta ocasión puso voz una de sus coristas.
El concierto
El artista también invitó a subir al escenario al argentino Noel Schajris, ex integrante de Sin Bandera, que forma parte del jurado internacional del certamen, para interpretar con él su Lola soledad, que en una versión de su disco canta junto a Joaquín Sabina.
"Si bailo mucho me avisan, porque yo bailo muy mal y no quiero hacer el ridículo. Me dejo llevar por el impulso...", volvió a bromear el cantante.
Sentado al piano, Sanz adoptó un tono más intimista para presentar otros tres temas de su último álbum, "Yo sé lo que la gente piensa", "Lo ves" y "Tú no tienes la culpa".
Pero más allá de su música, el español cautivó al público con su cercanía y sencillez.
"Me llevo un saco de recuerdos de Chile dentro del corazón o Ay Chile, cómo te quiero, mier...", fueron algunas de sus declaraciones de amor que el auditorio recibió con una cerrada ovación.
La noche también hubo momentos para el recuerdo, con Cuando nadie me ve o Quisiera ser y otros recogidos en forma de popurrí, con A la primera persona, Y si fuera ella y Amiga mía como ingredientes.
Pasada la medianoche, Alejandro Sanz se fue con dos antorchas y dos gaviotas, pero volvió poco después para demostrar, una vez más y por si no había quedado claro, que su música es tan grande como su corazón.
"Ahora viene mi amigo Noel. Le pido por favor que lo reciban con los brazos abiertos", pidió el artista a un público que, cuando algo no le gusta, es capaz de convertirse en un monstruo sin piedad.
PARA SABER
Por el escenario de la Quinta Vergara han pasado durante esta semana artistas de la talla del británico Sting, los puertorriqueños Chayanne y Calle 13, el mexicano Marco Antonio Solís y el brasileño Roberto Carlos.