"Brad Pitt defiende su vida privada"
SAN SEBASTIÁN (EFE)._ El actor estadounidense Brad Pitt, quien llegó en su avión particular a la ciudad para presentar, junto a Quentin Tarantino, el reciente trabajo de ambos, Malditos bastardos, defendió su vida privada pese a disfrutar del lado público de su profesión.
"Disfruto del lado público, pero me gusta preservar mi vida privada", declaró Pitt en la multitudinaria rueda de prensa, con motivo de la presentación del filme, que se presenta fuera de la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine.
Emparejado con la también actriz Angelina Jolie, con la que tiene seis hijos, el actor prefiere, como si de una máxima se tratase, preservar ante todo la vida de los niños y sacar tiempo para estar con ellos.
"Al principio, todo esto de la popularidad era muy confuso y complicado, incluso me obligaba a ocultarme, ahora todo es diferente", añadió este actor que, llevado por su afición a la arquitectura, recientemente visitó las obras del Centro Niemeyer de Avilés (en la región de Asturias, norte).
La estrella estadounidense, que, cuando mira hacia atrás, cree que ha tenido suerte y ha realizado una carrera interesante, unas veces con aciertos y otras no, tuvo, a su llegada al hotel donde se aloja, un cordial comportamiento con los numerosos admiradores -en su mayoría mujeres- que le esperaban bajo la lluvia.
Ataviado con una visera negra, grandes gafas de sol y una poblada barba, Pitt posó unos segundos para la prensa, saludó a la gente que le esperaba y firmó numerosos autógrafos.
La trama fílmica
En la más reciente película escrita y dirigida por Tarantino, una visión sarcástica e irónica en tono de western de la Francia ocupada por la Alemania nazi, Pitt es el Teniente Aldo Raine, un militar muy violento que dirige un grupo de soldados judíos, a los que se les encarga acabar con el Tercer Reich.
La cinta tiene un reparto coral formado por Christoph Waltz, Eli Roth, Diane Kruger, Daniel Bruhl, Til Schweiger y Melanie Laurent, sobre los que Pitt comentó que son de máxima calidad, cada uno de ellos con una especial relevancia en la historia.
"El rodaje fue fantástico, porque el plató era como una Iglesia y en la Iglesia estaba Dios, que era Tarantino, y siempre, de Dios, se aprenden muchas cosas", comentó Pitt.
No es metódico
Brad Pitt, que como productor e intérprete tiene en ejecución proyectos como Money ball y La ciudad perdida de Z, confesó que no es un actor metódico.
"No me llevo los personajes a casa, los dejo en el plató. Eso sí, cuando acabo una película, estoy deseando encontrar una buena historia nueva", añadió el protagonista de Leyendas de pasión.
"Para mí no es complicado trabajar con estrellas, quizá para el equipo pueda resultar un tanto raro", comentó Tarantino.