"Brinda esperanza Yolanda Rivas de Álvarez"

"Al frente de dos comedores para los necesitados agradece a Dios la oportunidad de ayudar"
08/11/2015 12:55

    CULIACÁN.- "En ocasiones es necesario vivir experiencias que hacen pasar por momentos realmente difíciles para que te des cuenta de que hay personas que necesitan ayuda, tener las ganas de ayudar sin realmente hacerlo no sirve de nada".
    Yolanda Rivas de Álvarez llena su vida de experiencias de amor, cuando recibe ayuda de los demás y se da cuenta de que no esta sola la hace pensar que afuera hay hombres y mujeres que no tienen a nadie y que necesitan una mano.
    Esto fue lo que llevo a Yolanda a ayudar al prójimo, su gran acercamiento con Dios la ha encaminado durante años a ser una persona generosa que es solidaria sin distinguir raza, color, partido político, ni religión.
    "Yo estuve caída en una situación muy fuerte y otros me ayudaron a levantarme, empecé a leer las escrituras y eso me dio la fuerza de seguir adelante... Dios me mostró que debía ayudar a los demás, así como hubo gente que me ayudo a mí, las personas debemos ayudarnos y comprometernos unos con otros", dijo.

    Una vida de altruismo
    Antes de iniciar su labor social frente al comedor del Patronato Jesús de la Divina Providencia IAP, Yolanda Rivas había realizado labores altruistas, tales como estar frente al patronato de las Hermanas Franciscanas y fue parte del comité de damas de Cáritas Diocesana de Culiacán, que le enseñó la desgracia por la que pasan las familias menos afortunadas de la ciudad y al ver el sufrimiento y movida por su fe en el Señor fue cuando decidió juntarse con un grupo de personas y abrir este comedor.
    "Un día de julio de 1998 llegó el señor Obispo Benjamín Jiménez Hernández acompañado del Padre Jeringas, teníamos sólo una estufita vieja y sillas que nos prestaron, dieron la bendición al lugar y al grupo católico, y nos basamos en una de las partes de la Biblia que dice tuve hambre y me alimentaste, estuve desnudo y me vestiste, tuve sed y me diste de beber, fui forastero y me acogiste", explicó.
    El impacto que este sitio genera es grandioso y la señora Yolanda confesó no saber del tal hasta que un día las autoridades del gobierno se lo hicieron saber, ellos están ahí sólo para ayudar, alimentar y proveer de ropa o medicamentos.
    En el espacio que ocupa uno de los comedores se puede observar un mensaje que dice que en ese lugar está prohibido hablar de cosas negativas, porque es un comedor lleno de amor al que se va a estar feliz.
    "Las personas que vienen al Hospital Civil traen a sus familiares enfermos y los dejan ahí, vienen de la sierra, de los ranchos y de distintas colonias de la ciudad y entonces ellos se quedan buscando la medicina, la comida y algunas veces acudiendo a distintos lugares caminando por la calle bajo el rayo del Sol, entonces nosotros vemos que hay un dolor muy grande en estas personas y decidimos apoyarlas con un plato de comida o con levantarles el ánimo para que tengan un mejor día", expresó.


    Ayudan a prójimo
    Este comedor se ha mantenido durante 12 años en pie gracias a la ayuda de personas generosas, de empresas hoteleras, de bebidas, de pan y restaurantes, la mayor satisfacción obtenida es el "gracias" que las personas le dan después de la ayuda obtenida y la oportunidad de dejarse ayudar por quienes tienen la manera de hacerlo.
    "Les damos ánimos para que puedan seguir porque a veces vienen un día, pero otros se están 20, 30 días y entonces nosotros los auxiliamos a reincorporase a su vida normal, los ayudamos a tener ese equilibrio para que vuelvan a gozar de la vida, de la paz, la tranquilidad, y es ahí donde nació esta institución para tratar de aliviar un dolor muy fuerte para las familias y reincorpóralos a la sociedad", indicó.
    La institución no sólo ayuda a las familias de los pacientes sino que con el tiempo fue cobrando tal popularidad que los desproveídos empezaron a acercarse y cómo decirles que no, si son personas que al igual que los demás necesitan del amor y la atención que ellos pueden proveer, se acercan indigentes, alcohólicos y drogadictos a pedir el plato de comida que en otros lugares les niegan.

    Instalan nuevo comedor
    "El otro comedor se fundó en septiembre de 2009 porque como grupo católico hay una enseñanza que dice La fe sin obras es fe muerta... Hay que hacer cosas para ayudar a los que menos tienen, y nos dimos cuenta de que teníamos que ayudar a estar otras personas, así como ayudamos a los del Hospital Civil, ahora también ayudamos a los del Hospital General", compartió.
    Para la señora de Álvarez es importante enseñar a los jóvenes a ser conscientes de los problemas que enfrenta la sociedad, porque son ellos los que se encargarán en un futuro del País, hay que inculcarles valores y hacerlos capaces de conscientizar y esparcir el amor y cariño que se necesita para salir adelante.
    "Quiero que quede claro que todo esto que yo hago, no lo hago sola y ni soy yo, es Dios a través de mí y es a Él a quien deben agradecer y rezar porque Él me dé más tiempo para ver lo que los jóvenes están haciendo", enfatizó. 

    RECONOCEN SU LABOR
    En 2009, Yolanda fue reconocida con una medalla el Día Internacional de la Mujer por la labor altruista que ha realizado durante su vida, recordándole Óscar Loza una de sus ayudas muchos años atrás, en los que ella contaba con una tienda de ropa y un día decidió regalársela a las mujeres paracaidistas que no tenían nada.

    PERFIL
    Nombre: María Yolanda Rivas de Álvarez.
    Hijos: Yolanda, Beatriz, Gerardo y José Alonso Álvarez Rivas.
    Color: Blanco.
    Sueña con: Crear un lugar en donde las familias dejen a sus adultos mayores durante el día, mientras ellos trabajen y que ahí se den pláticas para crear una mejor calidad de vida y desarrollo espiritual, así como abrir pronto un comedor para el Hospital Pediátrico contando con la ayuda de los que estén dispuestos a generar un cambio en la sociedad.

    "Yo estuve caída en una situación muy fuerte y otros me ayudaron a levantarme, empecé a leer las escrituras y eso me dio la fuerza de seguir adelante...".
    Yolanda Rivas de Álvarez