MÉXICO (UNIV)._ María Sorté empezaba en el mundo del espectáculo cuando Mario Moreno Reyes la eligió para hacer el papel de Chipinita, una empleada doméstica de la que se enamora Don Napo, el barrendero de una zona residencial.
"Aparte de ser una estrella fue una gran persona y me siento halagada y agradecida con él, porque aparte de gran compañero, era un extraordinario ser humano. Fue un papel que disfruté mucho porque era hasta un tanto inocente y yo venía de hacer películas un tanto fuertes", platica la actriz, quien fue coestelar de Cantinflas en su último filme, El barrendero.
Y ahí está el detalle. El actor se dio un lujo que sólo correspondía a ídolos de su talla, como Pedro Infante y Germán Valdés Tin Tan: besar y ser golpeado por las más bellas de su época.
"La pensabas para hacerlo, porque era una gran estrella y te medías, pero él te decía, 'sin rencor y con realismo'", añade la actriz.
Aunque no fue lanzada ni descubierta por él, Silvia Pinal es una de esas actrices que compartió escena con el actor y comenta:
"Hice con él Puerta joven y en verdad me sentía muy nerviosa, porque él era muy bromista y sentía que me la iba a aplicar. A muchos nos ayudó estar con él, porque a los productores les llamaba la atención que en nuestro currículum hayamos trabajado con Cantinflas. Él siempre procuraba dar algún papel a jóvenes actores, para impulsarlos".
Otra joven belleza que filmó al lado de El Mimo de México fue Laura Zapata quien, siendo apenas una adolescente, actuó en El Patrullero 777, su penúltima cinta.
"Como experiencia fue inigualable y una gran oportunidad para mí. Recuerdo que se la pasaba bromeando con la gente de la producción y con nosotros mismos. Tenía un sentido del humor muy fino, porque parecía una persona seria y formal al momento de hablar, pero sólo era para que cayéramos los demás".