"Comparte José María Obeso su 'romance' con la guitarra"
MAZATLÁN._ José María Obeso, músico originario de Guamúchil, compartió su romance con la guitarra ante un público extasiado que ocupó hasta el último lugar del patio del Museo de Arte de Mazatlán.
El concertista, de 24 años de edad y estudiante del último semestre en el Conservatorio de Música de la Ciudad de Morelia, vino al puerto dentro del Festival Internacional de Guitarra 2010, que del 1 al 6 de marzo tiene como sede Culiacán. En Mazatlán sólo se agendaron dos eventos.
José María conectó al público con su virtuosismo desde los primeros acordes, interpretando a ojos cerrados Canción del Emperador, de Luis de Narvaez. Sus manos de artista recorrieron con ternura el diapasón del instrumento para recrear por momentos los sonidos de un laúd.
Su admirable memoria musical fue manifiesta al realizar una impecable ejecución de dos bellas sonatas de Doménico Scarlatti, una impecable ejecución de Variaciones Opus 9, de Fernando Sor, así como de Sarabanda, de Francis Poulenc y Fantasía Húngara, de Johann Kaspar Mertz, sin leer partitura alguna.
Durante el intermedio, de cinco minutos, los asistentes, en su mayoría extranjeros, expresaban honda satisfacción de estar ahí y no quedaron defraudados, porque al continuar el programa escucharon con reverencia la interpretación de obras de Manuel M. Ponce, Heitor Villalobos y Leo Brouwer.
Fue entonces que José María se dirigió en español e inglés a los asistentes para explicar que cerraría el programa con melodías populares sinaloenses, pero interpretadas en el estilo que se tocaban durante la Revolución Mexicana y que en cada lugar del país o de países tan lejanos como Suiza, Alemania y República Checa, lo hace como un homenaje a la tierra que lo vio nacer.
Iniciaron los acordes de Las Mañanas de Heraclio Bernal, para seguir con El Quelite, El Adiós de Carrasco, Aires de Mocorito y cerrar con Quiero llorar.
Pero no se cerraría con esta pieza la actuación de este guitarrista sinaloense, porque el público, de pie, le hizo volver al escenario y entonces José María correspondió obsequiando como encore Granada.
Al rasguear la guitarra, dio la impresión que sus manos levitaban sobre las cuerdas, y con ese estilo logró transmitir el sentimiento andaluz que imprimió a su obra Agustín Lara e hizo recordar al inolvidable Joaquín Rodrigo.
PRÓXIMO SÁBADO
El concierto "Guitarras del Évora" se presentará el próximo sábado a las 20:00 horas en el Museo de Arte.