"Cruz Lizárraga vive en mi corazón"

MAZATLÁN._ Mañana se cumplen 17 años de la muerte de don Cruz Lizárraga y continúa vivo en la memoria de los mexicanos, gracias a su dote musical, la Banda El Recodo; pero donde ocupa un lugar más especial es en el corazón de sus hijos, sobre todo en el de su hija Modesta Lizárraga. 

"Cuando él se murió, me di cuenta de cuánto lo quería y lo sigue queriendo la gente, siempre doy gracias por eso, me encantaría que él pudiera ver todo ese cariño. Para mucha gente mi padre ya murió, pero para mí, sigue vivo en mi corazón", comenta la tercera heredera de "el Padre de las Bandas". 

"Lo extraño siempre, si veo videos, fotografías, me pongo muy nostálgica, me gusta agarrar sus fotos a besos, le doy muchos de los que no le di, jamás dejaré de recordarlo", indica. 

Modesta acude a sus recuerdos y comparte cómo fue su vida al lado del promotor más incansable que ha tenido la música sinaloense, su padre. 

"Mi padre nos dejó por otra mujer cuando yo tenía 7 años, durante mucho tiempo le guardé rencor, sobre todo cuando lo volví a ver en el pueblo (El Recodo) al llevarle a presentar a mi abuela a mi hermano Betito, hijo de él y de Albina, su segunda mujer. Nunca se me va a olvidar que me dio mucho gusto saber que iría, pero cuando lo vi llegar con el niño de 6 meses no quise acercarme a saludarlo", recuerda. 

"Tanto a él como a Albina les tenía resentimiento, sobre todo a ella porque a mi padre lo obligaron a casarse, un hermano de ella, Régulo, no estaba de acuerdo con que mi padre hubiera dejado a mi madre y nos ayudaba, pero su otro hermano Enrique, quien vivía en la Ciudad de México amenazó con pistola en mano a mi padre diciéndole 'o te casas o te casas'. Con mi madre nunca se había casado". 

Durante cinco años, Modesta no tuvo cercanía con su padre, su corazón estaba dolido por haberlos abandonado, pero a los 13 años, ella dejó su pueblo para venir a vivir a Mazatlán, donde ocurrió el reencuentro. 

"Me vine a vivir con mi tía Victorina, ella tenía 13 hijos, más mis hermanos que también vivían con ella, entonces me puse a trabajar, pero a los nueve meses me enfadé, me salí y me fui a vivir a casa de mi papá y Albina", narra. 

"Mi padre me recibió con mucho gusto, me cocinaba, me trataba muy bien. Con Albina no me llevaba mal porque nunca fui grosera, sólo que era muy celosa del tiempo que me brindaba mi padre, cada vez que él se iba de gira, a ella se le ocurría mandarme a algún lado para que no me despidiera de él". 

Pese a que la segunda esposa de Cruz Lizárraga trató de que entre Modesta y don Cruz no hubiera tantas muestras de cariño, ella se las ingeniaba. 

"Cuando me di cuenta que mi papá iba de gira a Chihuahua, me escondí para que no me viera Albina. Ya que empezó a despedirse, me acerqué y me dio un beso en la mejilla, recuerdo que quedé encantada y me la pasé sobándome la mejilla como si me hubiera besado un novio", recuerda entre risas. 


El más carismático 

Al cuestionarle a Modesta cuáles eran las mejores cualidades de su padre, destaca que su carisma. 

"Era muy carismático, le encantaba platicar con la gente, era muy bromista, recuerdo que una vez que estuvo en el programa de Verónica Castro, hasta a ella le jugó una broma cuando le preguntó cuantos hijos tenía y el respondió que 23, entonces Verónica le dijo '¿con la misma?' y mi padre le respondió, 'claro que con la misma, pero con diferente mujer', también con Lola Beltrán bromeaba mucho. 

"Mi padre era muy alegre, muy bailador, creo que el que mejor heredó su carisma y su alegría es mi hermano Poncho, el resto, somos más tímidos, a Germán también lo quiere mucho la gente, tiene carisma, pero es más reservado que mi padre". 


Los últimos momentos 

Modesta recuerda que fue un mes antes de la muerte de Cruz Lizárraga, cuando lo vio por última vez. 

"Junto con mis hermanos nos fuimos en el autobús a verlo a México, era el 20 de mayo, ya se le notaba que se iba a ir. Los músicos fueron a despedirse porque se iban de gira a Europa, él estaba fascinado por la gira, pero también le pesaba no poder acompañarlos, él sentía que ya no volvería a ver a la banda, y yo le dije 'no se preocupe, vienen las quimioterapias y usted saldrá adelante". 

Tres días después, Modesta y sus hermanos regresaron a Mazatlán, pero a diario hablaban con él por teléfono.
"El 15 de junio es mi cumpleaños, entonces me fui a misa y cuando volví, Chuyita (su última esposa) me habló para felicitarme y pasarme a mi papá, le dije: '¿Cómo se siente?, lo escucho algo raro'. 

Me contestó 'Estoy un poquito cansado, pero ya el lunes me dan la última quimio y me voy'. Lamentablemente no alcanzó a llegar al lunes, pues murió el sábado 17 de junio". 


'Un orgullo ser su hija' 

Modesta señala que a ella también le corre la inquietud de la música por las venas, ya que le hubiera gustado ser cantante. 

"Yo también hubiera querido ser músico, no me sé ninguna canción completa, pero me gusta mucho cantar, también bailar, en eso saqué a mi padre, él era un excelente bailador". 

La hija del creador de Banda El Recodo no necesitó tener un lugar en un escenario para ser reconocida por la gente, pues señala que a ella también le piden autógrafos. 

"Cuando me piden autógrafos digo, '¿Por qué a mí? Yo no soy artista'. Entonces la gente me contesta: 'Pero es la hija de don Cruz Lizárraga'. Es un orgullo ser su hija y formar parte de ese legado musical que los Lizárraga significan para la historia de Sinaloa". 



Homenaje
Mañana domingo, músicos de la Escuela de la Tambora de Germán Lizárraga rendirán homenaje a don Cruz Lizárraga, a la altura de su monumento, casi enfrente del Acuario Mazatlán. 


DON CRUZ LIZÁRRAGA

Considerado el Padre de las bandas, Cruz Lizárraga fue de los pioneros de la música sinaloense. En 1938 fundó Banda El Recodo, nombre que le dio en honor a su pueblo de origen. Falleció en 1995 a consecuencia del cáncer que padecía. 


SU FRASE MÁS RECORDADA
"No descansaré hasta que la música de Banda El Recodo sea escuchada en todos los rincones del mundo". 


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