"Enigma Rubio: Marilyn Monroe"
Cuando llegó a Mazatlán la noticia de que, a los 36 años de edad, había muerto Marilyn Monroe, era un 5 de agosto de 1962, el cine era la principal diversión para la juventud porteña, después de la playa y de las tardeadas dominicales.
Para entonces ya se había visto en los desaparecidos cines Zaragoza, Diana y Reforma casi todas sus películas: Los caballeros las prefieren rubias, Cómo atrapar a un millonario, Una Eva y dos Adanes, La comezón del séptimo año, El Príncipe y la corista, etcétera. Cada una de ellas, éxito total de taquilla en las salas locales. Era la época de las comedias musicales, las grandes producciones épicas, y Buñuel estaba muy lejos del gusto del gran público.
Marilyn inundaba la pantalla en cada película, con su imagen bella, glamorosa, alegre, sensual y divertida, enmarcada de música y color, que borraba a sus coprotagonistas. Los hombres querían a una mujer como ella. Las mujeres querían ser como ella.
Los barbitúricos, con los que se había suicidado Marilyn, no eran tan conocidos como ahora, y la vida privada de las estrellas cinematográficas, actores de teatro y demás personajes de la industria, sólo la sabían sus más cercanos, no se ventilaban pública e indiscriminadamente como hoy, y aún las ácidas crónicas de Louella Parson y Hedda Hopper, las temidas periodistas de espectáculos estadounidenses, sabían respetar los límites.
De impacto profundo fue la muerte de la estrella de Niágara, película que se vería muchos años después, ya que se estrenó a principios de los años 50 en el cine Ángela Peralta. También se le vería con Clark Gable -fallecido el 16 de noviembre de 1961- en Los Inadaptados. Entonces a muchos no les gustó, pero ahora, cada vez más, se aprecia el gran trabajo de John Houston dirigiendo a dos íconos del séptimo arte.
A través de medio siglo, después del día fatal, ríos de tinta han corrido relatando la vida de la estrella rubia quien a los 36 años, según sus amigos cercanos, se consideraba una anciana, y nunca tuvo plena conciencia del talento natural con el que fue dotada, el que quedó plasmado en la cinta de plata para la posteridad.
Esa cualidad la describe con su prosa perfecta la periodista y escritora Joyce Carol Oates en las 933 páginas de su novela Blonde, que apenas ha salido a la venta este 2012, por cierto muy bien traducida al español. Oates cuenta una historia de Marilyn que conmueve y aterra, y hace que se le vea con ojos mas humanos:
"Marilyn Monroe era puro fuego, sexualidad a flor de piel, romances turbulentos; pero también era frágil, una mujer asustada y repleta de inseguridades que buscaba en otros -el ex deportista, el dramaturgo o el Presidente- ese amor que ella misma se negaba. Una artista emblemática cargada de conflictos y temores, de pasiones desatadas; una niña que no dejó de huir hacia delante, y llegó a burlar a la propia muerte para convertirse en leyenda", escribe la también dramaturga, que por cierto ha sido nominada varias veces para el Premio Nobel de Literatura.
La verdadera leyenda de Marilyn nació el 8 de agosto de 1962, tres días después de su muerte, cuando trascendió que el costo del funeral privado de la estrella de Hollywood fue cubierto por su segundo esposo, Joe DiMaggio.
El mundo entero supo así que la exitosa actriz moría sola y llena de deudas, porque la mayoría de sus ganancias las utilizó para crear el fideicomiso que mantendría a su madre, Gladys Pearl Baker, bien atendida en el hospital psiquiátrico de Santa Mónica, en donde murió el 11 de marzo de 1984, sobreviviendo a su amorosa hija por 22 años.
Y el mundo de los años 60 del siglo pasado se conmovió al publicarse las palabras de despedida del legendario maestro teatral Lee Strasberg, quien la tuvo como destacada alumna en su estudio en la Ciudad de Nueva York, cuando Hollywood la consideraba sólo un producto: "No puedo decirle adiós a Marilyn, nunca le gustaba decir adiós. Pero, adoptando su particular manera de cambiar las cosas para así poder enfrentarse a la realidad, diré 'hasta la vista'. Porque todos visitaremos algún día el país hacia donde ella ha partido".
Fue así, que al iniciar su viaje a la eternidad, ella entró al libro de la historia del séptimo arte como una de las 10 mejores estrellas femeninas de todos los tiempos, según el American Film Institute.
Por eso la tumba de Norma Jean Baker, de Norma Jean Morteson, de Norma Dougherty, de Marilyn Monroe, en el Cementerio Westwwood Village Memorial Park de Los Ángeles, sitio de culto para los amantes del séptimo arte, es visitada este día, por admiradores de ambos sexos y de todas las edades que, gracias a la magia del cine, jamás la identificarán con la anciana de 87 años que sería hoy, porque Marilyn vive por siempre talentosa, por siempre sensual, por siempre divertida, por siempre exitosa, y por siempre joven.
1926
Nació en Los Ángeles, el 1 de junio, con el nombre de Norma Jean Morteson.
1941
A los 15 años fue violada, quedó embarazada y entregó a su hijo a un orfanato.
1946
Comenzó su carrera como modelo y realizó sus primeros papeles en cintas de bajo presupuesto.
1953
Protagonizó su mayor éxito comercial, "Con faldas y a lo loco", por el que ganó el Globo de Oro a la Mejor Actriz de Comedia.
1959
Protagoniza el musical "Los caballeros las prefieren rubias" y aparece en la revista Playboy.
1962
Falleció el 5 de agosto, a causa de una sobredosis de barbitúricos, en circunstancias nunca esclarecidas.
El color natural del pelo de Marilyn Monroe era castaño.