"'Hulk', el hombre-gol de Brasil"
RÍO DE JANEIRO (NTX)._ Con un volumen de juego en proporción a su tonelaje corporal, el 12 de agosto de 2012 anotó a México en el minuto 93 de juego, lo que, a su estilo, los antiguos cronistas deportivos llamaban el "gol de la honrilla" para Brasil en la final de los Juegos Olímpicos de Londres.
Con la canción "Cielito lindo" celebrando anticipadamente el triunfo mexicano por 2-1 sobre la "verdeamarela", el robusto atacante brasileño recibió un pase antes de ingresar al área grande, atravesó la línea y disparó cruzado para vencer al arquero Jesús Corona.
Ese día, en la alineación del técnico Mano Menezes figuraban los futuros mundialistas Thiago Silva, Marcelo, Óscar y Neymar, acompañantes de un futbolista que nació en Campina Grande, en el estado de Paraíba.
"Me llamo Givanildo; pero mis amigos y parientes me dicen Hulk", dice sonriendo este relampagueante jugador, considerado titular en el esquema de Luiz Felipe Scolari por dos motivos más que suficientes: su físico de superhéroe de 185 centímetros de estatura y 90 kilos de peso, y la potencia de su disparo al arco enemigo.
Llegó al mundo en una humilde casa de ese pueblo perdido del nordeste de su país el 25 de julio de 1986, cinco semanas después de que Francia eliminara (4-3) a Brasil de la Copa del Mundo México 1986, en una jornada triste, con penales fallados por el doctor Sócrates Sampaio y Júlio César da Silva.
Givanildo Viera de Sousa descubrió su amistad con el balón desde pequeño y, a los 14 años de edad, debutó en el Vitoria de Bahía; pero de la favela en que vivía emprendió viaje al lejano oriente y Europa, como tantos garotos pobres aspirantes a estrellas, siempre en busca de mejores horizontes.
Se probó inicialmente en varios conjuntos lusos, fue rechazado por el sobrepeso que llevaba encima y, al final, recaló con éxito en el Kawasaki y el Sapporo de la liga japonesa, donde firmó 25 tantos en 38 partidos, cotizando su carta en 13.5 millones de euros, cantidad que el Porto pagó por su transferencia.
Como extremo izquierdo de los "dragones", debutó con un gol al Belenenses el 24 de agosto de 2008, y así, luego de salir de Brasil sin fama ni trofeos, festejó sus goles con los gestos del Hombre Verde, esperpéntico personaje creado por Marvel Comics.
Desde que trabajaba en Japón, dedicaba horas extras al gimnasio, quemando grasa, endureciendo su corpachón, adaptándose pronto al futbol de Portugal, para aprender del técnico Josualdo Ferreira todo lo posible, marcando ocho goles en los primeros 15 juegos que disputó.
El club blanquiazul ganó el torneo de liga, consolidando a Givanildo como cañonero y pareja nada menos que de Radamel Falcao, el gran ausente de la Copa FIFA 2014; pero sin explotar la totalidad de su potencial hasta su tercera temporada en la Liga de Portugal.
Hizo 23 goles en 26 partidos, siete arriba de "El Tigre" colombiano, su compañero de línea, coronándose en tres campeonatos de liga, tres copas, tres supercopas y, en 2011, una Europa League, a lo largo de tan pocos años de práctica futbolística en dos países.
Atrajo la mirada de Manchester United, Tottenham, Chelsea, Newcastle y Atlético de Madrid; pero la cláusula de rescisión por una cantidad millonaria no revelada- la pagó Zenit de San Petersburgo al equipo portugués.
El frío siberiano afectó al jugador brasileño; pero fue el clima el fenómeno que lo motivó a generar una fuerte competencia con su colega Alexander Kerzhakov figura de Fabio Capello en la selección rusa-, encargados ambos de consumar los triunfos de equipo de la antigua capital imperial.
Y como los goles son amores y Givanildo tiene un largo romance con ellos, Carlos Bledorn "Dunga", entrenador de Brasil cuando "Hulk" aún jugaba en el Porto, lo llamó para su debut con la selección el 14 de noviembre de 2009, como relevo de Luis Fabiano.
Desde ese día y por el notable desempeño que ha tenido en esos clubes, "Dunga", Menezes y "Felipao", por sobradas razones lo consideraron indispensable en sus convocatorias como integrante del conjunto "canarinho", en partidos no oficiales y oficiales como los Juegos Olímpicos de Londres y de la Copa Confederaciones de 2013.
A 28 años de distancia y escenificados las Copas del Mundo de México, Italia, Estados Unidos, Francia, Corea-Japón, Alemania y Sudáfrica, de los cuales Brasil ganó dos, Givanildo Viera mostró su explosiva pegada el 3 de junio último en el Estadio Serra Dourada de Goiania, al hacer el tercer gol en el 4-0 sobre Panamá.
El 6 de junio, la selección nacional, criticada por la falta de fuelle de Bernard, Paulinho, Óscar, Fred, Jo y Neymar, los delanteros nominales, de la que Viera de Sousa también ha sido pieza clave, cerró ante Serbia sus actuaciones previas al evento, en un juego sin nada para contar.
Imponiendo así el sello de la casa, como lo exigió "Felipao" a sus alumnos, con una pálida actuación, una prueba no superada y una victoria apenas garantizada, aunque sólidos en la defensa, los brasileños marcaron un magro 1-0 a los balcánicos a través de Fred, con un tanto anulado a "Hulk", que había sido bien habilitado.
"Hemos querido convencer de que llevamos a Brasil en el alma", dijo al final de la última justa de preparación quien, desde niño, se disfrazaba de verde, el futbolista que ha sido feliz cada vez que anota un gol.