"La Filosita"
La filosa
Cuando conocí a Antonio Castaños (alias Tonny para los amigos) hace más de 15 años durante mi estancia en esta casa editorial Noroeste, supe que había encontrado a alguien compatible conmigo en casi todo, porque él, al igual que yo, amamos esto que tanto nos gusta hacer, periodismo de espectáculos. Entonces fue cuando iniciamos una amistad que luego se convirtió en algo así como un gran amor de hermanos de sangre, y es que así lo sentía aunque no lo fuera, cuando nos confesábamos nuestras cosas, cuando celebrábamos el éxito del uno y solíamos reír a carcajadas, cuando llorábamos y hasta cuando nos enojábamos. Al fin, intensos los dos. De ahí el cariño, amor y admiración que sentíamos el uno por el otro, por eso sé, hoy que físicamente ya no está entre nosotros, que nuestro cariño es y será por siempre a perpetuidad porque los seres como él no se olvidan nunca, ni siquiera después de muertos. Y así será, estimado y adorado Tonny, porque seres especiales, inteligentes, creativos, con buen gusto, hábiles, visionarios, simpáticos, dicharacheros, humildes, amigo y sobre todo luchones o mejor dicho, echados -como dice una amiga- pa' lante, con esa sed de éxito en todo lo que se proponen, tal como tú eras, Tonny querido, no hay muchos.
Por eso y muchas cosas más siempre te voy a querer y seguir recordando como lo grande que para mí y mucha gente fuiste, porque eras exigente, limpio, pulcro y sin malicia -eso era lo más hermoso en ti-, que eras honesto con tus principios y valores. Y sí, adorados lectores. Tonny era así. Era muy exigente y perfeccionista, que hasta que no terminaba algo no había poder humano que lo moviera de su computadora, quizá por eso se le pasaban las horas y se olvidaba hasta de ingerir alimento -como suele pasarles a los apasionados del periodismo como yo y otros más que suelen dejar en sus escritos el alma, corazón y estómago impreso.
De ahí, quizá, su figura tan delgada, diminuta, y ¡sí su gran talento! Recuerdo una de varias ocasiones que en el cubículo que como cabeza y cerebro del memorable suplemento Ora pues! tenía en la sección de Gente de Noroeste, escuché en el altavoz del teléfono, cuando su mami preocupada le llamaba por teléfono, para preguntar si iba a ir a comer con ella o si ya había comido con doña Esthelita, en cocinita de la Cemsi (clínica ubicada tras las instalaciones de Noroeste). Y él, riendo colgaba al tiempo que me decía remedando mi forma de hablar: "manita, manita, mi vieja tan preocupona y molona, pero si no fuera por ella, que me recuerda comer, me moriría"... En ese momento no creí que lo que decía fuera a cumplirlo. Hoy, lamentablemente sé que cumplió su palabra.
No pudo con la ausencia de su gran amor y se dejó a sí mismo, se abandonó. Sin saber que mucha gente le quería sinceramente. Admito que la noticia de su muerte me tomó por sorpresa, porque aunque lo conocí así de intenso y arrebatado para hacer lo que se proponía hacer, jamás pensé que se dejaría morir. Créanme, jamás lo imaginé, porque si alguien para mí amaba la vida era Tonny. Hoy creo que la depresión lo llevó a dejar de comer y luego, ya saben, bajo en defensas una neumonía terminó de manera fulminante con su vida. Sé que a pesar de querer a su mami y a su entrañable primo Paul, Tonny no deseaba morir sino que su destino ya estaba marcado. Insisto, él amaba como nada la vida. Y la mejor prueba era su empeño por ser mejor cada día.
Era un emprendedor de cepa, de esos que nacen con un chip integrado para siempre ser exitosos en sus proyectos. Así era Tonny, único e irrepetible. Un ser humano excepcional a quien recordaré con mucho cariño y admiración siempre.
Descanse en paz, Tonny, el amigo, el hermano que Dios me prestó durante el tiempo que él así dispuso. Hoy la fe tan grande que tengo en el Señor, sé que Tonny está feliz junto a su gran amor, su mami y su primo Paul. Y segurante ante la presencia del Señor hará su mejor proyecto, así como era de entregado y apasionado. ¡Te recordaremos siempre, Tonny!
Por su descanso
A los amigos de Tonny Castaños se les invita a un triduo de misas que en su memoria se oficiarán los días lunes, martes y miércoles, a las 18:00 horas, en la Iglesia de San Francisco de Asís, en Benito Juárez y Venustiano Carranza.
Hasta aquí llegamos, ustedes disculparán el atrevimiento de hoy no escribir del espectáculo, pero quise hacerlo en memoria de quien me acompañó a vivir muchos espectáculos y la mejor historia que contar, la de su vida. En reporte posterior retomo mi labor. Dicúlpenme. A los familiares y amigos de Tonny les deseo que Dios les dé mucha fortaleza, mucha paz y fe, para una pronta resignación. Y, a ustedes que me dedican su tiempo les envío un caudal de bendiciones y también les reitero mi gratitud por su incondicional fidelidad. Sean felices, que la vida es corta. Dios los cuide por siempre...
¡Corte y zas!