"Lleva Mauricio de Aguinaco tatuado en la piel a Mazatlán"
MAZATLÁN._ "Nací en el Distrito Federal, pero desde los 6 años me vine a Mazatlán y a los 20 me fui a Estados Unidos, siempre he dicho que soy de Mazatlán. Cuando gané el Ariel por la ambientación de Como agua para chocolate, un periódico porteño publico en la portada: 'Gana mazatleco galardón cinematográfico', me sentí muy orgulloso de que me consideraran patasalada, traigo tatuado a Mazatlán en el alma", expresó el cineasta Mauricio de Aguinaco.
"Crecí viendo la arquitectura del Centro Histórico, en donde crecí, a 5 ó 10 minutos de caminata de mi casa siempre estuvo la playa, abajo de mi departamento llegaba Ferrusquilla a cantar con algunos de su amigos, aprendí a valorar la música siendo Dj del Señor Frogs, todo eso es parte de mi formación emocional".
Confesó que fueron las clases que le impartió el padre Arnaldo Rigodanza, que era comunicador de formación, las que determinaron que se dedicara a un medio de comunicación tan importante como es el cine.
"Él fue el que me dio los principios de comunicación, todavía esas ideas rigen mi vida profesional, un buen maestro, como él, puede determinar tu vida. Al mazatleco le gusta la playa, el reventón, pero también estamos interesados en las artes, porque están ahí presentes, sientes que son parte de tu vida, por eso Mazatlán es tan importante para mi".
Filma a Miura
Mauricio de Aguinaco realiza en Mazatlán un documental sobre el montaje Romance de tablao, que Miura presentó ayer en el Teatro Ángela Peralta y que ganó una beca de Conaculta para llevar su espectáculo al Cuarto Encuentro de Artes Escénicas en la Ciudad de México.
"Me emociona mucho el flamenco, hasta quise ser bailaor, un músico que participa en Romance de tablao me habló desde Monterrey y me invitó a ver un ensayo del espectáculo, me dijo que la mayoría de los artistas eran de Mazatlán y que habían sido elegidos para participar en el Encuentro de Artes Escénicas", comentó.
"Decidí conectar mi afición por el flamenco y mi amor por Mazatlán, sentí que era el momento para encontrarme con esta tierra tan entrañable para mí. Con este trabajo busco dejar evidencia del esfuerzo de un grupo de artistas, quiero dejar un documento de la experiencia humana que está detrás de un espectáculo de flamenco que se está haciendo en Mazatlán y que está tratando de proyectarse a nivel nacional e internacional".
De Aguinaco considera a Alfonso Arau su gran mentor, el que le enseño la disciplina y el esfuerzo que se necesitan para hacer cine.
"Cuando entré a trabajar como asistente de dirección artística de Como agua para chocolate ya había trabajado en imagen publicitaria y tenía un año trabajando en Los Ángeles", dijo.
"Alfonso Arau definió mi carrera cinematográfica porque siempre te pide romper con tus límites, a través del esfuerzo, te empuja a ir más allá de ti mismo".
De Aguinaco estuvo trabajando durante cinco años en Hollywood, en la dirección de arte.
-¿Cómo pasas de la dirección artística a la dirección de películas?
"Mi madre se dedicaba a la decoración de interiores, la experiencia que desarrollé viendo el trabajo de mi progenitora hizo que me inclinara por la dirección artística. En la filmación de Un paseo por las nubes, Arau se dio cuenta que me metía en muchas cosas y resolvía problemas de logística y de edición y me sugirió que dirigiera", dijo.
"Arau me señaló que si quería ser director primero tenía que aprender a ser productor, lo hice y después me convertí en realizador de cine, de hecho mi más reciente película como productor, titulada Amar, se va a estrenar el 14 de febrero en Mazatlán".
EN CORTO
Mauricio de Aguinaco participó como director de arte de "Como agua para chocolate" y "Zapata", ambas de Alfonso Arau.
Fue asistente de dirección artística de la producción hollywoodense "Un paseo por las nubes".
Colaboró como director artístico de Óscar Blancarte en las películas "Dulces compañías" y "Entre la tarde y la noche".
PREMIO
Mauricio de Aguinaco ganó el Ariel en 1992, a Mejor Ambientación, por "Como agua para chocolate".