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"stunt"

"Los stunts, hombres y mujeres increíbles"

"Susana Romero tiene 20 años de edad, su padre murió como doble, pero elevar su adrenalina la motiva a arriesgar su físico"
10/11/2015 07:06

    MÉXICO (UNIV)._ Susana Romero es una joven de 20 años que en vez de ir al cine con su novio, salir con sus amigas o reunirse con su familia, prefiere elevar su adrenalina, trabajando como stunt.
    "Estudio la preparatoria, pero hago esto en vacaciones o fines de semana y me deja una sensación que no puedo describir, además me pagan", comparte.
    Belinda, Marimar Vega, Ana Serradilla, Ana Claudia Talancón, entre otras actrices, son quienes se han escudado en el físico de la chica originaria de Azcapotzalco, en peligrosas escenas de televisión o cine.
    "Me arrolló una motocicleta, he roto puertas de cristal y me arrojé de un edificio de cuatro pisos, creo que eso fue lo que más nervios me dio, pero salió bien".
    La historia de Susana no es rosa, ya que su padre murió al trabajar como stunt en una telenovela.
    "Fue un momento complicado, mi madre obvio que no quería que hiciera lo mismo, y cada vez que salgo a un llamado se molesta, me llama a cada rato y hasta debe rezar muchos rosarios. Se lo agradezco, pero seguiré haciendo esto por gusto, por la adrenalina que me provoca", declara la joven, quien desea dedicarse a la actuación profesional.
    "Me gustan las cámaras y conocer gente, cuando termine mi carrera me meteré para ver qué onda con esto de forma más profesional".
    Aprenden sin escuela
    Aunque no hay escuelas registradas en México, quienes se dedican al riesgo actoral son poco más de 200 personas calificadas para hacer todo tipo de escenas.
    Es por eso que cada día son más socorridos y la Asociación Nacional de Actores ya cobrará a las televisoras y productoras las cuotas sindicales correspondientes para beneficiarlos; sin embargo, el stunt Juan Ignacio Arteaga opina que hay que hacerlo correctamente.
    "Ellos quieren cobrarles hasta por los días de prueba, y así lo único que conseguiremos es que las empresas no quieran darnos empleo y suplan nuestro trabajo con efectos especiales y edición. Está bien que se nos proteja, pero hay que evitar abusos", dice.
    Hombres de acero,
    dietas normales
    Las habilidades de un stunt van de la mano con su físico, el cual a través de los años ha cambiado.
    "Lorenzo Lamas era doble y sigue siendo, pero él es delgado. No está mamado, ni gordo, porque eso te limita y en cuestión de seguridad es más riesgoso", señala Arteaga.
    "Si el actor al que vas a doblar es fornido te pones muchos cojinetes para tu protección y dar la talla, pero si estás mamado no puedes usar más protección, pues sale de proporción del personaje y te expones más".
    Comer bien, a sus horas y rutinas de ejercicio son el pan de cada día del doble, quien debe dejar el levantamiento de pesas sólo para ciertas caracterizaciones.


    Sin miedo a nada
    Desde que era niño no temía a nada, por eso mis amigos y familiares me decían Cabrera, por cab..., comparte Juan Ignacio Artega, stunt con más de 25 años de carrera.
    Empezó su carrera en el mundo de las maromas y los golpes desde los 13 años y presume que tiene más de 30 fracturas en el cuerpo.
    Su escuela fue su primo hermano, Raúl López; después Bernabé Palma y finalmente Ángel de la Peña, dobles que obtuvieron notoriedad en los años 80 por trabajar en las películas de los hermanos Almada y las cintas de acción de la época protagonizadas por Valentín Trujillo, Andrés García y Hugo Stiglitz.
    Juan Ignacio ha doblado escenas de Fernando Colunga, William Levy, Sergio Goyri, entre otros actores, pero también ha caracterizado a Silvia Navarro, Pilar Montenegro y Lucero.
    "Antes sí se usaba al doble musculoso, pero en esta evolución lo mejor es un físico más delgado, así puedes hacer mujeres, ponerte cojinetes y hacer alguien robusto o un gordo, y tienes más chances de trabajo".
    Atropellamientos, caídas, incendios y explosiones son algunas escenas en las que expone su vida, lo que le provoca cierta reflexión.
    "Cuando acabo adolorido o mal es cuando me pregunto. ¿por qué no estudié?".