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"Evangelización, Educación y Cultura"

"¿Donde está tu hermano?"

"Columna religiosa"
08/07/2018 14:51

    Padre Amador Campos Serrano

    La creación, obra de Dios, fue entregada en manos de los hombres para darle crecimiento en beneficio del mismo ser humano. Unido todo el género humano ha recibido el mandato sobre todo lo creado por el Ser Supremo, pero un espíritu de egoísmo, introducido en el ser humano se opone, guiándolo a una interesada ambición.

    En diferentes ocasiones el Papa Francisco I ha citado la pregunta divina, mencionada por el libro del Génesis; ¿Dónde está su hermano?, recordando aquellas tragedias en los albores de la humanidad, cuando el hombre empieza a enfrentarse con el mismo.

    Al multiplicarse cada día más la humanidad tiende a perder la relación que le une con sus semejantes, olvidando su vocación humanitaria, para entregarse a un ambiente materialista que insensibiliza su naturaleza.

    Desviado el corazón del hombre arrastra a la razón, surge el instinto del poder y del dominio en la acumulación de bienes, despierta la ambición y el hermano se convierte en un competidor, dejando de lado el concepto de hermano.

    La hegemonía de las primeras ciudades-estado, de la humanidad, pronto se hizo presente el afán de dominio, ejerciéndolo por medio de la brutal conquista y el sometimiento de unos a otros, cuya lamentable consecuencia fue la institución de la esclavitud; el humillante dominio de un ser humano sobre otro ser humano.

    En el bíblico pasaje del Génesis, Dios pregunta a Caín, ¿Dónde está tu hermano? una pregunta que se repite en toda la historia, una y otra vez, frente a la opresión de gobiernos dictatoriales, a la manipulación populista que busca ocultos intereses o el deambular migratorio de quienes van en busca de un ilusorio sueño y la pregunta viene a continuar, ¿Qué has hecho con tu hermano?

    Un voraz mercantilismo se torna agresivo, despertando indiscriminadas necesidades de consumo, quedando relegados el hombre y su dignidad, dando lugar la cultura del descarte, denunciada por el Papa Francisco I.

    ¿Dónde estás Adán?, vuelve a citar el Pontífice, es la pregunta del Creador a un Adán desorientado, pretendiendo ocupar el primer sitio de dominio en la creación y finalmente se esconde al encontrar vacío, porque sin Dios se descubre desnudo.

    El encuentro con el hermano debe ser una aspiración prioritaria para el ser humano, la cercanía humana, lejos de ser ocasión de enfrentamiento o controversia es la oportunidad de mutuo enriquecimiento, pero era necesario tener una clara conciencia de respeto y reconocimiento de la dignidad del mismo ser humano.

    Vencer una larga historia de enfrentamientos fratricidas, para elevar un cantico triunfal de una nueva humanidad, más allá de diferencias de raza, orden social o ideologías, será cuando los hombres se encuentren en un inseparable abrazo, en el que el privilegio será de llamarnos todos hermanos y cuando la gloria de uno sea la gloria de todos.