Actualmente unido a la celebración de la Navidad no tiene una fecha definida de inicio que se pudiera considerar, con precisión absoluta, aunque sí existe una concepción, casi universal, de haber tenido sus orígenes en el Siglo 4.
Las formas celebrativas no fueron siempre las mismas, ni uniformes, al irse formando con el correr del tiempo y se fueron transformando hasta alcanzar, con el mismo correr del tiempo, la manera actual de su celebración, incorporando, con el paso de los siglos, formas y maneras celebrativas nacidas de la piedad de algunos lugares, así como inculturando las formas celebrativas de los lugares en donde llegaba la evangelización.
Una mayoría acepta que el adviento, como una fecha antecedente a la navidad, tuvo su origen al ser mencionado en el capítulo 4 del Concilio de Zaragoza, celebrado en el año 380, como una preparación a la venida de Jesús en carne mortal.
El antecedente de esta celebración es ubicado en Las Galías, hoy Francia y Suiza, así como en Hispania, hoy España y parece ser que esta celebración hace referencia de la mención latina de las Sagradas Escrituras de La Vulgata, donde se menciona a la llegada del Redentor, en los términos Adventus Redemptoris. Algunos también afirman que en el norte de Italia se celebraba también este tiempo como preparación a la celebración del nacimiento de Jesús.
Dada la imprecisión para establecer las fechas de los acontecimientos de esos tiempos se debe de considerar que este tiempo no estaba originalmente integrado como parte del año litúrgico, tal como hoy existe y se lo fue haciendo como una aportación de la piedad popular, celebrada en diferentes lugares. En realidad, en la formación el adviento como parte del año litúrgico fue el tiempo más tardío en ser integrado a él.
El concepto de adviento, que significa venida, es referido a Jesucristo, pero una doble dimensión, pudiendo referirse a la venida de Jesús en la carne, ocurrido en Belén, pero también a su venida gloriosa en la Parusía. También puede incluir una tercera acepción, la de la cotidiana venida de Jesús a nuestra vida, ocurrida todos los días.
En el siglo V para la celebración de la venida de Jesús en su nacimiento allá en Belén, el tiempo de adviento era considerado como un espacio de ascetismo, con ayuno y penitencia para prepararse a la llegada de su nacimiento, según era expuesto por los concilios de Tours en 563 y de Macon en 581 exhortando a esta prácticas a los clérigos, pero también haciéndolas extensivas a todos los fieles.
Como otras prácticas y celebraciones ancestrales de la piedad cristiana, el adviento surgió de la manifestación popular manifestándose, para hacerlas parte en la celebración de los misterios centrales de nuestra fe.
El Adviento como celebración de un tiempo preparatorio de la llegada de Jesús en nuestra carne mortal, hoy está presente en la mayor parte de los credos cristianos existentes, sin importar si pertenecen o no a la iglesia católica, como una expresión universal para la celebración del misterio del nacimiento de Jesús.