EL OCTAVO DÍA

    Juan José Rodríguez

    domicilioconocido@icloud.com

    Con diciembre, el frío y la navidad, vienen las cosas dulces.

    Las mandarinas, los dátiles con miel, el alfajor y las gomitas. Los buñuelos con miel o leche azucarada. Las gorditas con champurrado en la madrugada o los churros escarchados de azúcar en el parque Zaragoza.

    El ponche de frutas perfuma las casas con el burbujeante aroma de la sidra o el oscuro sabor del higo. Los árabes dicen que disfrutar un higo equivale a comer mil flores.

    Pero también es el tiempo de los arrayanes, palabra que también nos vino de la lengua de Mahoma y Omar Khayyam. Los arrayanes, esa fruta amarilla y de sabor ácido, astringente y capaz de encender al sentido del gusto.

    En Sinaloa usamos un adjetivo para definir ese saborcito que no registran los diccionarios: agarroso.

    Hace tiempo caminaba por las calles del mercado con un extranjero. Buscábamos una farmacia y al salir de ella nos topamos con un puesto de arrayanes, todos coronados de chilito piquín y sal, como si su solo sabor no fuera suficiente para galvanizar las gargantas. Se animó a comerse uno y me comentó que era un sabor que nunca había probado y jamás se imaginó que existiera.

    Los arrayanes son los hermanos maléficos de los nanchis. Caín y Abel en nuestro paladar. La gente acusa a los arrayanes de provocar apendicitis: un amigo mío se comió dos kilos para no cumplir con un desagradable compromiso laboral, pero otro amigo doctor afirma que la semilla es demasiado grande, que hasta la de un tomate nos puede provocar esa contingencia, así que dejemos en paz la reputación de los pobres arrayanes.

    A nadie se le ha ocurrido asociarlos con la navidad. Las cañas, mandarinas y tejocotes son personajes infaltables de las posadas. El ate de guayaba se come en estas fechas junto a los cubiertos de fruta y esas interminables bolitas de caramelo con semilla de anís al centro. Y ni hablar de los casi extinguidos Tommies y Ricobesos, que nunca faltaron para rellenar las piñatas menesterosas o abultar un poco más la bolsa de los dulces de los chamacos.

    Durante mucho tiempo, no entendí a la gente que andaba de malas en Navidad. Y entre mis amistades tengo como a tres émulos de Ebenezer Scrooge, el avaro personaje de Charles Dickens. Ha tenido la vida que darme algunos golpes y quitarme a seres queridos para comprender el sentimiento de quienes no evitan la incomodidad o el mal genio por estas épocas.

    Pero no es sano pasarse así esta temporada. Me ha costado un ejercicio de introspección definir mi estado de ánimo para estas fechas. Vienen tiempos de reunión y de júbilo, junto con la nostalgia y el extrañamiento de los que faltan, por no hablar de las crisis o tragedias que nos asesta la cotidiana vida.

    Así como el paso del tiempo vuelve las cosas agridulces, la navidad puede trocarse de esa manera. Hay que descubrirle el sabor a esa mezcla de sensaciones encontradas, donde no todo es dulzura, pero existe un ácido toque de realismo, similar al que tienen los frutos del arrayán decembrino.

    El tiempo de felicidad también es tiempo de arrayanes. No a cualquiera le gustan, pero hay que saber disfrutarlos o al menos soportarlos sin amargura. Algo complejo en un año tan difícil.

    Así como algunos gozan de comer guayabas bravas o mango verde, los arrayanes aparecen en el carnaval de fin de año como una metáfora de que aguarda una fuerte dosis de sabores agridulces frente a nosotros. De nosotros depende ignorarlos, hacer gestos ante ellos o ponerles un poquito de sal y picante para hacerlos más estruendosos.

    Y eso, nos guste o no, es una de las pequeñas cosas que le dan sabor a la gran fiesta de la vida.

    “El servir como líder no va de cómo tienes éxito o logras grandes metas, va en facilitar a otros que consigan sus metas y tengan éxito”...

    BRISEIDA ACOSTA... Se cimbra uno escuchar el nombre de Navolato en otro lugar ajeno al nuestro, ahora oírlo en los Juegos Olímpicos, acompañado con el nombre de nuestra campeona Briseida Acosta, es grandioso, se siente muy bonito poder ser testigos de que después de años de formación en muchos órdenes la teekwondoín logró la digna representación por Navolato, Sinaloa y México.

    Si bien, el resultado no fue una medalla, de la que estamos acostumbrados nos trae la campeona, este escenario le dará las tablas suficientes para seguir en la lucha constante en el tatami. Briseida hizo una gran pelea, lo dicen los expertos y ahora continuará su formación para estar vigente en el ranking mundial, donde hoy por hoy, es la número 5 y buscará, estoy seguro, continuar su sueño, que es el nuestro, hacer un gran papel en cada lucha que tiene, su formación la respalda.

    Hay Briseida para rato, ya lo verán ustedes. ¡Ánimo, campeona! a seguirle, esto es una lucha constante y de todo se aprende. Estamos contigo campeona...

    PROFESIONAL RECONOCIDO... Desde hace muchos meses hemos visto en muchos espectaculares en Navolato y Culiacán, al conocido dermatólogo Orlando Lemus, quien trae una gran campaña publicitaria, su presencia es de impacto por lo que muchos personajes que buscaron un espacio público en el pasado proceso electoral quisieran haber tenido.

    Ha sido tal su presencia que, en redes sociales, el navolatense está en memes que recorren Facebook e Instagram y que muchos influencer y políticos mediáticos quisieran la estrategia que él y su equipo tienen para lograr tal alcance que llega ya a memes en WhatsApp.

    Y ¿cuál es su acierto? Un profesional en la salud de la piel, que quienes acuden a consulta relatan profesionalismo y resultados y eso, por supuesto, lo mantiene vigente y con alta credibilidad.

    Y de lo profesional, podemos pasar al ámbito personal, el dermatólogo también hace altruismo aquí en su tierra, buscando contribuir en los espacios donde considera importante ayudar, uno de los más recientes es la educación. Así, el nacido en Navolato sigue destacando como un profesional en la salud, con alto impacto publicitario y un hombre comprometido con su comunidad. Felicitaciones...

    LA MUNICIPALIZACIÓN... Entramos al mes donde Navolato cumple años y nuevamente, por motivos de pandemia, muchas actividades no podrán realizarse, pero sí habrá de conmemorarse el 39 aniversario como municipio libre y sigue todavía, como el más joven de la entidad.

    Si bien es cierto que el Congreso del Estado concedió la creación de otros dos municipios, estos no culminan su proceso para ser considerados como tal, hasta elegir a su primer Presidente o Presidenta municipal y sería hasta el 2024.

    Regresando al festejo, las autoridades están creando la agenda de cómo celebrar este año de modo tal, que se evite la convivencia, pero que no pase de noche el reconocer a quienes lucharon por años para lograrlo, este evento será de los últimos que este gobierno municipal tiene la oportunidad de realizar, culminan el 31 de octubre.

    Hoy más que nunca Navolato requiere un gran empuje para mejorar en muchos temas prioritarios que hemos venido acarreando y que requiere de todos para lograrlo, pero principalmente, de las autoridades municipales que debieran entregar al próximo gobierno local, un análisis a profundidad de cómo estamos y qué temas dejan pendientes para que no partan de cero al ir buscando la solución a la problemática.

    En este 39 aniversario, donde lo tradicional es rendir homenaje a quienes lucharon por municipalizar Navolato, debiera ahora agregar un apartado de cómo podemos ir mejorando para que los años que cumplimos se noten en una transformación positiva.

    Hay mucho por hacer y tenemos para mucho, es cuestión de seguir construyendo para que los años le asienten a nuestra querida tierra...

    Esta semana celebramos los cumpleañeros, como es el caso de Fausto Soto, Imelda Estrada, Julissa Ruiz, César Lomelí, Carlos Hermosillo, Francisco Aldapa, Jesús Ramón Torres, Silvia Hernández, Gaby Morachis, Janeth Frayre, Manuel Gastélum y Pablo Medina. Hoy están cumpliendo años Érick Valenzuela, Kenia Mendoza, Charly Castro, Ana Karen Félix y Ángel Escamilla. Mañana cortarán una hoja más del calendario Ana Esther López y Martha Salazar. Para todos, mis mejores deseos...

    DESPEDIDA SEMANAL... Mis lectores, por el momento me despido, no sin antes recodarles que estoy a sus órdenes al teléfono 667 759 8111 en nuestra redacción Gente, vía Internet ivanpal1@hotmail.com o Twitter @jesvanpal. Hasta la próxima semana, Dios
    mediante.

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