La cortesía no es arcaica o pasada de moda. El que la moda sea hablar con groserías, tres de cuatro palabras, no significa ni hace que esté bien; las modas suelen ser pasajeras, sobre todo las feas y no dan buena imagen de las personas, menos si se quiere acceder a un puesto de trabajo importante, a todos nos gusta que nos traten bien y quien trata bien a otros se ve bien ante los otros.
El trato hoy, inclusive para manifestar alegría, felicitación y exaltación ha caído con palabras que no podrían hacer sentir bien a la persona que se dirigen, y no solo es la falta de respeto, es violencia en palabras cada vez más fuertes a quien se atreva a expresar una opinión que no guste a otros; no nos acostumbremos, está en nosotros mismos en nuestra casa, en nuestro círculo social y de trabajo muy específicamente en los canales digitales, hay que cuidar y recuperar el tono humano que se ha perdido.
Cuidemos nuestras palabras, es en casa donde comienza, con reglas en casa que cuiden el respeto a todo y a todas personas, animales y cosas, que cuiden el tono y las palabras adecuadas sin burlas, sin apodos hirientes, sin letreros y adjetivos, que no es motivo de burlas o desprecio que alguien sea muy alto o bajito, blanquito o cafecito, guapito o feito, con lentes o prótesis, muy listo o lento para aprender, que alguien piense diferente a uno es más para agradecerse y reflexionar ese punto de vista que para enojarse y maltratarle.
Cabemos todos y con el mismo derecho a ser como somos siempre que “como somos” no sea ofender a todos, estamos en este mundo y difícilmente autosuficientes en todo porque yo no sé hacer zapatos y los necesito, pero hacer zapatos no es menos importante que cualquier otra actividad mientras no sea robar en cualquiera de sus formas o matar en cualquiera de sus formas.
Somos seres sociales y les guste o no a alguno de los otros seres, vivimos con ellos y hay que tratar de no fastidiarnos la vida entre nosotros, estamos aquí para servir y ayudar unos a otros y quien no vive para servir no sirve para vivir, eso es lo que deben aprender los hijos de los padres en familia a servir y ayudar a quien lo necesite principiando por la familia y que ninguno vale más que otro, como personas tenemos el mismo valor y dignidad sea cual sea su condición, a menos que por su gusto se degraden y pierdan el respeto de los demás por su comportamiento, entonces siempre tienen que respetar y no permitir faltas de respeto hacia ellos.
Cuidemos nuestras palabras, recuperemos el bien hablar, el bien dirigirnos a alguien, el bien felicitar y el bien corregir, dicen que “más se gana con miel que con hiel” y sabemos que si contestamos bien y hasta con sonrisa a quien nos trata mal, lo desarmamos, así podemos ganar y con paciencia y esfuerzo lograr ser personas que den testimonio de “ocasionar” un ambiente de mejor trato a los demás en lugar de ser rehenes de campañas de odio, resentimiento y uso de palabrotas de cualquier tendencia, aunque sea para manifestar una idea sencilla.
Qué legado podemos dejar en el trato a los demás, empezando siempre por el tono humano, hacer más agradables las circunstancias a los demás empezar con un “gracias” “por favor”. Un buen saludo o una agradable despedida, una disculpa, llamar por su nombre a las personas y poner atención a lo que dicen, pequeños detalles que hacen diferencia.
Hablar usando palabras es característica de los humanos, pero el tono humano no se queda ahí, es lo que coloquialmente llamamos “Buenas Maneras” que son indispensables para que toda persona se desenvuelva de manera exitosa en cualquier grupo social, puedo sentarme a comer con los albañiles sobre unas tablas sin hacerlos sentir incómodos y sentarme a comer en la mesa más glamorosa sin desentonar.
Compartir con alguien cuya presencia, modo de expresarse, etcétera crea a su alrededor un ambiente grato, todos disfrutan y quisieran poder extender el tiempo y espacio, cuáles son esas características que le hacen tan especial.
El tono humano refleja lo que una persona es por su naturaleza y educación recibida, la manera como nos manifestamos y conducimos en la sociedad en todos los ámbitos y actividades que desarrollemos, involucra el carácter propio de una persona, reflejando su conducta, su manera de expresarse su forma de vestir, etc.
Puntos a tener en cuenta:
1- cuidando la forma de vestir, la elegancia no tiene que ver con la moda sino con la sencillez, exceso de accesorios, transparencias, estrecheces demasiado reveladoras (empacado al vacío) restan elegancia y respeto.
2- elegir temas de conversación interesantes o formativos, sobre todo en la mesa no se habla ni de política, religión o cualquier otro que pueda ser controversial.
3- cuidando vocabulario y tono de voz, no acaparar y dar oportunidad de hablar a otros.
4- adquiriendo un buen nivel de cultura a ejemplo de lecturas de calidad, permitirá participar en las conversaciones sin hacer un papelón.
5- espíritu de servicio con verdadera alegría, es decir ayudar en el servicio o en que nadie se sienta relegado, tratando a todos con amabilidad, respeto, lealtad y confianza, puntualidad.