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Columna

Enseñar a perder II

EDUCACIÓN EN LA FAMILIA
15/09/2022 10:45

    Sigo con el tema porque por algo se ha dado en llamar a esta generación de jóvenes y niños la generación de cristal, en sus cabezas solo existen los derechos, todo gira en razón de ellos y se sienten frustrados con cualquier inconveniente, nada empáticos, nada esforzados, todos quieren ser “influencers” o artistas y eso sí ganar mucho dinero sin apenas molestias. Y como no todos lo logran el número de suicidios va a la alza.

    A padres y a hijos nos pasa, si no salimos de nuestra zona de confort no crecemos, de lo que se deduce que hay que salir de ahí, y tendemos a facilitarles y darles mientras ellos reciben sin ningún empacho como si fuera en verdad la obligación de los padres, y la obligación es hacerles personas de bien y autónomas, que significa no estar atenidos a recibir siempre de todos, todo, es decir valerse por sí mismos, lo que significa hacer cosas, tareas.

    Y en el aprender a hacer esas tareas está el ejercicio de distintas virtudes, hay estudios que indican que el elogio a su inteligencia puede disminuir la motivación y desempeño de los niños, motivándoles a quedarse en su zona de confort, y sí hay que elogiarles, pero el esfuerzo y dedicación para alcanzar sus metas, pero primero que tengan metas alcanzables que ya irán subiendo de categoría y esfuerzo, hay que ayudarles a descubrir metas que valgan la pena y esfuerzo, hasta para ser “influencer” es necesario saber de lo que se está hablando.

    Si se felicita a los hijos por el esfuerzo y dedicación siempre estarán dispuestos a dar un poco más de sí mismos, comprobado en los estudios los niños genio. 65% escogían lo más fácil, cuando los padres elogiamos de más y tenemos la tendencia a evitar al máximo la frustración y los errores los estamos encerrando en una burbuja emocional que les impide salir de ella y enfrentarse a nuevos desafíos. Los niños deben comprender que con la ayuda del esfuerzo y la determinación pueden lograr alcanzar sus sueños.

    Cuando los niños saben gestionar de forma inteligente un fracaso, se convierte automáticamente en victoria para los padres “lo estamos haciendo bien” porque los aciertos traen consigo sentimientos positivos que llenan de felicidad, confianza y autoestima a cualquier persona, lo habremos experimentado todos en algún momento. Sin embargo, cuando se pierde también es oportunidad de aumentar la resiliencia y ser empáticos con los demás, es decir que tanto los triunfos como las derrotas son oportunidades para crecer y que los niños y jóvenes aprendan, por eso es conveniente mantener un equilibrio en donde puedan sentir sus habilidades recompensadas siendo conscientes de su esfuerzo. Pero que también sepan tolerar la frustración, el fracaso para que les ayude a motivarse.

    Educar hijos seguros de sí mismos y de sus cualidades, es de los primeros pasos para criar futuros adultos que lucharán por sus sueños y manejarán sus emociones de manera inteligente al recordarles que la única competencia que tienen en la vida es con ellos mismos que la dedicación y esfuerzo los ayudarán a mejorar como personas.

    Cuando estamos bien conscientes de que somos capaces de muchos errores, que nadie es perfecto y por eso se equivoca, es más fácil que en lugar de juzgar, criticar, hacer burla de los defectos, capacidades y apariencia de los demás, podremos ponernos en su lugar y ser empáticos y ayudarnos entre todos, esto como todas las virtudes se aprenden en casa, en familia, si en casa ven que sus padres juzgan y se mofan de parientes, amigos, vecinos, etcétera, los hijos sacarán en conclusión que eso está bien, no se aprende el bullying en la escuela sino en casa, ahí es donde aprendemos a ponernos en los zapatos de los demás, a defenderlos, ayudarles, a identificarse con sus problemas, en casa es donde debemos aprender a que si estamos en este mundo para algo es, específicamente para servir y ayudar a los demás que ya se deberán encargar ellos de ayudarnos a nosotros, no les impidamos de sentir ese gozo y satisfacción de hacer el bien ayudar y servir, para que sus vidas tengan sentido. La pregunta que deben hacerse los padres es si no hacen bullying a sus hijos.

    La resiliencia es una palabra nueva para decir fortaleza, resistencia, asertividad, también se aprende en casa, significa esa capacidad que tiene la persona para recuperarse de situaciones complicadas y seguir avanzando hacia la meta, es la capacidad de sobreponerse a momentos críticos y sacar provecho, saber adaptarse a las circunstancias que van apareciendo en la vida, pero no a todo no a la injusticia, ni a la violencia de cualquier tipo, ni a la inmoralidad. Y también se aprende en casa con buenos modos, cariño y paciencia.