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Columna

La Santa Cruz de El Rosario

EVANGELIZACIÓN, EDUCACIÓN Y CULTURA
03/05/2022 12:12

    A pocos pasos de la entrada sur de El Rosario, Sinaloa, hacia el lado izquierdo, donde en antiguo Real de Minas se encontraban las oficinas administrativas, así como la estructura del proceso del mineral, se encuentra una sencilla capilla, construida en el estilo traído por los misioneros, sembradores de la fe cristiana en épocas remotas.

    Un estilo similar es encontrado en poblados serranos, en el que la forma de espadañas suple los elevados campanarios, se aprecia en pueblos pintorescos y con el sabor del tiempo, diseminados por intrincadas veredas, mal llamados caminos, empezando en la Hacienda del Tamarindo y mas allá en S ata María o en Maloya, entre otros.

    Es una capilla sencilla y pequeña, pero es el templo, todavía en funciones, mas antiguo de la ciudad de El Rosario. Acogedora y sobria, se yergue invitando a la oración y a la elevación del espíritu; es la Capilla de la Santa Cruz, en ella resuenan historias y leyendas, presentes en el sentir de un pueblo con pasado.

    Fue el 7 de abril de 1683, cuando el señor Bernardo Pascual Asensio de Loyola, erigió, en una peaña de lodo y cal, esta cruz construida por el mismo, de madera de remo, en sustitución de otra de madera de palma. El Señor Obispo de la Nueva Vizcaya, don Bartolomé García Escañuela, había erigido este lugar para construir la iglesia de El Real de Minas de Nuestra Señora de El Rosario.

    Costa en actas del arzobispado de Durango, que el 15 de abril, de ese mismo año, era jueves santo, aproximadamente a las 2 de la tarde y ante la vista de varias personas, empezó a moverse, la cruz, de manera significativa, este prodigio duro varios días, por lo cual el señor cura y juez eclesiástico de El Real de Minas de Nuestra Señora de El Rosario, don Lorenzo Cárdenas y Guzmán, el día 23 de abril, levanto un auto de lo acaecido a lo cual el señor Obispo mando hacer una mayor y plena averiguación, además que los testigos ratificaran con sus declaración y juramento “para que todo tiempo conste y quede autorizado “Ad Perpetuam Rei memoriam”; una maravilla, según parece, tan extraordinaria y sirva de aviso, recuerdo y aliento a la devoción de los fieles”.

    Con el transcurrir de los años, la devoción hacia la sagrada imagen fue acrecentándose, día con día, manifestándose en las variadas formas inspiradas por la piedad popular, así, mientras cobraba auge el Real de Minas, también aumentaba la devoción a la Santa Cruz.

    El tono festivo del pueblo, estuvo presente, allá a los principios del siglo XX, con la creación de la llamada “Feria de la Cruz”, ahora llamada “De la Primavera”, el pueblo se congregaba para celebrar, pero también para reflexionar, profundizando en el dolor, siempre presente en el mundo y que en la encarnación del Redentor adquiere nuevo sentido y dimensión.

    Al mirar hacia atrás, en sus orígenes y en su historia, el antiguo Real de Minas, hoy, Ciudad Asilo de Nuestra Señora de El Rosario, encuentra sus pilares en la fe: María, en el rezo del santo rosario ha dado vida, nombre y guía al otrora prospero mineral; junto a María, la sagrada imagen de la Cruz, venerada y querida, ha acompañado a quienes, al extraer las riquezas de las entrañas de la tierra, llevaban, en la mente y en el corazón, la señal representativa del cristianismo: La Santa Cruz.

    María y la Cruz, dos figuras unidas en una sola imagen, como una estampa en donde se plasma el seguimiento de Jesús, han estado presentes, desde sus orígenes y en toda la historia de la Ciudad Asilo de Nuestra Señora del Rosario, Sinaloa.