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Columna

Los suegros

EDUCACIÓN EN LA FAMILIA

    Es de las relaciones más difíciles, pero no tendría que ser así, cuando un chico y una chica se ponen de novios están quedando bien, estar bonitos cuando se encuentran, bañaditos y perfumados no es la realidad, y si luego deciden formar una familia si haber platicado sobre los temas importantes de la vida conyugal, y si además apenas conocen a la familia de quien va a ser su cónyuge, va a costarles demasiado trabajo y bueno, no hay necesidad.

    Los temas sobre los que hay que hablar antes de decir “sí quiero” son: finanzas ¿quién se ocupará? Cooperación en el trabajo doméstico, las reglas de la familia, los valores que se van a seguir, en fin todas las cosas que sientan importantes para ponerse de acuerdo, pero no debe faltar el tema de los suegros.

    Es más, lo que tendrían que haber hecho es invitarse a comer y cenar, y abrir bien los ojos y oídos sobre otros temas como el trato entre ellos ¿se nota cariño y respeto?, ¿Quién manda en esa familia y cómo?, ¿cuáles son sus valores, costumbres, tradiciones, historia, orígenes?, ¿qué tipo de familia son? Son muégano o cada quien anda en lo suyo, son jolgoriosos y festejan todo, cómo se divierten o desangelados y sosos, musicales, lectores, ecológicos, veganos o carnívoros, tienen mascotas, cómo las tratan, ¿pertenecen a alguna religión y la viven?

    Una vez con esos datos podremos conocer si encajamos o van contra alguno de nuestros principios y no podremos con eso, con esos datos podremos conocer mejor ahora sí a quién pretendemos meter a nuestra familia, hay que tener en cuenta que los novios se casan también con la familia y que lógicamente en algún momento morirán, su legado educativo continúa, el punto es descubrir las banderas rojas de la familia

    Y si finalmente hubo boda, todavía hay cosas que hacer si queremos llevar la fiesta en paz y que la relación sea no sólo buena sino de mutua ayuda y cariño.

    Los suegros muchas veces se convierten en segundos papás o la peor pesadilla, para evitarlo algunos consejitos: no son todos malos, pero están los opresivos para los que no existe la persona ideal para su hijo o hija, los que quieren seguirlos tratando como unos niños, es ahí donde comienzan las actitudes incómodas que se pueden llegar a malinterpretar.

    Están los suegros aprensivos que quieren seguir tratando sus hijos como niños y estar entrometiéndose creen tener el derecho y el conocimiento suficiente para decirles a sus hijos lo que tienen que hacer y cómo hacerlo y si no se hace conforme a sus consejos se convierten en una pesadilla, si no lo hicieron antes de la boda lo mejor es que se sienten a dialogar entre los dos y llegar a acuerdos que ambos cumplan y si es necesario que el hijo o hija le pongan límites a la mamá o papá que también los hay, y dejar bien claro cuál es su prioridad y hasta donde ya no serán bienvenidos.

    Consejitos: por nada del mundo platiques con tus suegros o padres acerca de los problemas que tengan en casa, ya sean personales o de pareja, puede provocar que se formen ideas malas y tomen partido, la ropa sucia se lava en casa.

    No engancharse: evita contradecir a los suegros y entrar en temas controversiales que se sabe pueden terminar mal; en caso que el problema sea contigo o por ti, tratar de escuchar con paciencia y que siempre haya un testigo y mediador de por medio ¡no te enganches!

    No hables mal de tus suegros: evitar a toda costa hacer comentarios acerca de ellos a fin de cuentas tu cónyuge siempre será su familia. Buscar algo en lo que se pueda congeniar: que les acerque y una y de por lo menos un tema de conversación para que puedan conocerse mejor y romper las malas ideas.

    Establecer límites sanos: poner límites no significa reeducar a la otra persona, son puntos claros que hay que exponer para protegerse uno mismo y llevar una sana convivencia. Habla con respeto, de manera clara y directa de lo que no te gusta, de lo que te lastima y de lo que quisieras.

    No perder de vista que no existen relaciones perfectas, todo es en base a tiempo, esfuerzo y trabajo en equipo. Recordar que si tienes una suegra que te apoya, te quiere y se preocupa por ti, has ganado una segunda madre pero eso se logra compartiendo tiempo, siendo honestos a la hora de la convivencia. Insisto que los límites son necesarios para una sana convivencia, estamos hablando de seres humanos de un lado y del otro.

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