Soy el poema de una mujer ahogándose
que tose sombras
por el humo de cigarrillo exiliado,
por peldaños de escaleras,
por distancias que atemorizan
por pensar para no llorar
y por seguir siendo la que quiero ser,
luz de sombras,
sábana tibia,
blanda cama,
la que abofetea a la vida
que odia con afecto,
que siempre suma,
que no es indiferente a nadie
porque no nací pequeñita.
Esa debo ser o quizás
un poema frustrado
que murió en la desesperación,
en la ansiedad y que no
pudo vomitar el estrés
al no poder abrocharse los zapatos.
Periodismo ético, profesional y útil para ti.
Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.
Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.
Suscríbete
Regístrate para leer nuestro artículo
Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.
¡Regístrate gratis!