Qumrán y los rollos del desierto
Era el año de 1947, la sorpresa invadía al mundo de arqueología y la historia, cuando un maravilloso hallazgo empezaba a llamar la atención de los estudiosos y de los creyentes del judaísmo y el cristianismo, basadas en los textos del libro sagrado de la Biblia, cuando unos escritos de más de dos mil años de antigüedad fueron descubiertos, revelando y redescubriendo el ambiente de aquellos lejanos días.
De manera fortuita y accidental, un joven beduino, habitante de esa región, cuando buscaba a uno de los miembros de su rebaño, sin saberlo siquiera, le mostró al mundo un tesoro de un inapreciable valor.
De pronto, la mirada se volvió hacia los esenios, un sectario grupo de judíos, quienes se habían retirado a este lugar del desierto de Judea, con el objetivo de vivir, de una manera radical, las tradiciones heredadas en el judaísmo a partir de la promulgación de la Ley Mosaica.
En sí los textos encontrados, aunque es lógico decir que no eran los textos originales, eso sería imposible, dado que el tiempo de su creación se remonta hasta una muy remota antigüedad, con todo se puede decir que son las copias de ellos más antiguas hasta ahora encontradas y esto los convierte en algo único en su género.
Estos textos, aun cuando no todos, pertenecen al canon de los escritos bíblicos del Antiguo Testamento, si se puede decir que, si contienen, al menos en fragmentos, la totalidad de esa parte de la biblia, con excepción del libro de Esther lo cual nos ofrece una imagen vivida del ambiente en aquellos lejanos días, como una parte del contexto descrito en los textos sagrados.
El lugar preciso en donde ocurrieron estos hallazgos se encuentra en la parte noroeste del Mar Muerto en unas elevaciones montañosas situadas al sur de Qumrám, algunos lo identifican como el lugar donde se ubicaba la llamada antigua Ciudad de la Sal.
Después del descubrimiento de los rollos el interés se volcó sobre ese lugar, descubriendo los arqueólogos, en sus excavaciones, entre los años 1951 a 1956, las bases de edificaciones datadas entre los siglos VIII y VII a. C. precisamente en la construcción del llamado Primer Templo, lo que sería un pequeño asentamiento.
Posteriormente, ya en el periodo del Segundo Templo aparece lo que sería una floreciente comunidad gracias al aprovechamiento del paso de las caravanas por ese lugar. Finalmente fue destruida esa ciudad por los romanos, durante el Siglo I a. C.
En este año se cumplen 75 años del descubrimiento de estos escritos, los cuales, dada su antigüedad y el estado en que se encontraron, algunos son tan solo fragmentos en espera de revelar su contenido, razón por la cual los estudiosos tiene una tarea ardua por delante a fin de dar a conocer su valioso contenido, valioso y apasionante testimonio del libro que nosotros conocemos como La Biblia.