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Columna

¿Vale la pena casarse?

EDUCACIÓN EN LA FAMILIA

    Sí, soy yo. Los últimos papeles que quedaban con nombre de casada, ahora todo es con el de soltera, pero sigo siendo la esposa del Sr. Orrantia por lo que nos quede.

    El hecho es que no es solo eso de ser de alguien que francamente molestaba a muchas, hoy ya no importa el “de” simplemente ¿para qué me caso? ¿Vale la pena? Cada vez son más quienes le sacan el bulto al compromiso, por aquello de que si no funciona, cada quien sigue su camino sin mayores trámites.

    Es el punto; quién con esa mentalidad va a poner todo su empeño, su confianza, su trabajo y corazón, si en cualquier momento te pueden decir “esto no es lo que yo pensaba y deseaba así que me voy” lo que no vale la pena es solo juntarse para vivir juntos, si vas a vivir con la incertidumbre, la zozobra, cómo puedes planear nada, cómo puedes confiar totalmente.

    ¿Por qué vale la pena casarse?, claro que si tú firma y tu palabra no valen, pues ni casarse ni ninguna otra cosa, pero aunque en el amor no existen garantías, el matrimonio crea un ambiente propicio para aumentar las posibilidades de felicidad.

    A diferencia de una relación libre o convivencia, responde de manera natural y auténtica a la invitación que nos hace el enamoramiento, que existe en la primera etapa precisamente para sortear con éxito los roces del acomodamiento de dos modos de ser, de pensar, de funcionar, de distintas costumbres, rutinas, etcéteras.

    Cuando dos personas se enamoran no son llamadas a vivir cualquier tipo de unión. El amor nos invita a una relación en donde se quiere y expresa una donación recíproca, un amor comprometido, exclusivo, permanente, altruista y fecundo.

    La diferencia entre irse a vivir juntos o casarse no es el papel, que es un instrumento de prueba, o una ceremonia con la que muchas sueñan olvidándose de que luego de la fiesta viene la vida, la ceremonia es solo hacer público lo que los novios viven, sino el hecho de que los que se casan realizan un nuevo acto de amor por el que se comprometen a amarse para siempre, lo que significa trabajar para lograrlo no “a ver si sucede” porque solito no sucede.

    El acto de casarse con esa medida de entrega es lo que les asusta en tiempos de picar un botón y sucede sin esfuerzo, así es la vida en internet pero no en la realidad. Definitivamente el acta no elimina las limitaciones o defectos de las personas, por eso es importante hablar mucho de muchas cosas para más o menos conocer esos defectos y limitaciones y decidir si se puede o no vivir con ellos, yo no podría vivir con alguien que no respete a las personas todas o con una persona alcohólica, y pensar que con mi amor lograré que cambie, de entrada es irrespetuoso y no suele suceder, la idea es amarse como son, solo que saber si con eso que es puedo vivir, si no mejor me voy.

    Esa medida de entrega, de compromiso, de querer querer, genera energías, ideas, esfuerzos y actitudes que no se realizan si el planteamiento de la relación es estar juntos hasta que acaben las ganas de estarlo o de prueba o por un tiempo pasajero, amantes son los que simplemente se quieren, cónyuges los que además de quererse y porque se quieren con esa medida que les propone el amor, deciden comprometerse a quererse, poner los medios y cuidados para que no se acabe el quererse, esa es la gran diferencia.

    Hay un acto de amor, de entrega total en un momento presente de todo lo que uno es y lo que puede ser. El “para siempre” fortalece el compromiso y el amor, nadie quiere fastidiarse la existencia para siempre entonces mejor le ponga ganas para que no resulte un fastidio una carga insufrible. El amor auténtico invita a una unión permanente y no pasajera, siempre vivir con el otro, y es exclusivo, no nos hace gracia compartir esposo o esposa.

    El simple deseo de querer estar siempre con alguien es algo meramente afectivo y ya sabemos que no nos podemos fiar mucho de nuestras emociones y gustos que vienen y van es decir un amor muy frágil, que termina pronto, el enamoramiento no dura eternamente va cambiando el amor a cómo vamos madurando en cada etapa es lo que se necesita, el casarse es un paso para decidir concretar esa unión con un claro “siempre contigo”

    Por el acto concreto del presente, la boda, los enamorados se proyectan en el tiempo. La palabra comprometer es “meterse en el futuro con esa otra persona” esa forma concreta es entregándose comprometidamente.

    Ya sabemos que enamorarse es fácil, el problema es ¿Cómo mantenerse enamorado por el tiempo necesario? Una de las tendencias del enamoramiento es el altruismo que es el darle lo mejor de uno mismo al otro.

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