En Internet circula una fábula titulada El gusano y el escarabajo. La fábula nos cuenta que ambos eran muy buenos amigos a pesar de sus grandes diferencias: el gusano era lento, estaba casi ciego, y tenía un carácter flemático. Por el contrario, el escarabajo era muy acelerado, un tanto feo y con un temperamento volátil. Un día, la novia del escarabajo lo cuestionó: ¿por qué se llevaba bien con el gusano? Él nunca venía a visitarlos, el escarabajo siempre tenía que ir a donde él estaba si quería pasar un rato platicando. Y cuando lo saludaba de lejos, efusivamente, el gusano nunca devolvía el saludo. Estos comentarios se volvieron tan comunes que el escarabajo comenzó a dudar, así que decidió poner a prueba la amistad y dejar de visitar al gusano por varios días. Efectivamente, el gusano nunca apareció. Pero fue hasta unas cuantas semanas después que el escarabajo se enteró que el gusano había intentado ir a verlo, pero nunca pudo completar el trayecto. Con lo lento que era, nunca alcanzaba a llegar antes de que cayera la noche, y tenía que regresar a su guarida. En otra ocasión, apenas sobrevivió a un ataque de hormigas. Avergonzado por haber permitido que la opinión de otros lo hiciera dudar de su amigo, el escarabajo fue a visitarlo tan pronto como pudo.
un reto más en la empresa familiar
El gran error del escarabajo fue juzgar su amistad con el gusano basándose en sus diferencias, no en lo que tenían en común. Esta fábula resulta especialmente importante hoy, pues los lugares de trabajo del mundo, tanto de empresas familiares como no familiares, son cada vez más diversos. Estamos hablando de diferentes generaciones trabajando bajo un mismo techo (Baby Boomers, generación X, milénicos y generación Z), pero también diferencias de nacionalidad, raza, religión, sexualidad, cultura, capacidades (en este caso hablamos de personas con capacidades diferentes), especialmente en empresas multinacionales y en puestos de trabajo remoto.
Sabemos que la diversidad ayuda a mejorar el desempeño de una empresa, pues un equipo diverso posee más habilidades, un mayor rango de experiencias; además, considera más puntos de vista, más ideas y, por lo tanto, es más creativo para generar soluciones a problemas complejos. La diversidad de género, por ejemplo, es ya una ventaja comprobada. Varios estudios, entre ellos este de McKinsey, encontró que “las compañías en el cuartil superior en cuanto a diversidad de género en los equipos ejecutivos tenían un 25% más de probabilidades de tener una rentabilidad superior a la media que las empresas en el cuarto cuartil. Además, las empresas del cuartil superior superaron a las del cuarto cuartil en un 36% en rentabilidad”.
El reto de nuestra cultura es saber gestionar esa diversidad. Aprender, como en el caso del escarabajo y el escarabajo, a concentrarnos en lo que tenemos en común antes de utilizar las diferencias como una excusa para dividirnos. Sin embargo, esto no se da de manera muy natural. Gestionar la diversidad, afortunadamente, es algo que puede aprenderse, y es, junto con otras habilidades blandas (las llamadas power skills), una de las habilidades clave del futuro.
Un equipo de colaboradores diverso tiene diferentes conocimientos, antecedentes y maneras de ver el mundo. Un equipo diverso puede hacer que el negocio logre lo siguiente:
⦁ Entender mejor a las minorías, dándole la oportunidad de atender nuevos nichos de mercado, ampliando su market share.
⦁Combatir la discrminación, pues la diversidad ayuda a desbancar estereotipos dañinos de nuestra sociedad.
⦁ Mejorar el proceso de toma de decisiones, pues un equipo diverso, que considera más ideas y más perspectivas, es capaz de encontrar soluciones a problemas complejos mucho más rápido.
⦁ Reducir la rotación y la fuga de talento, pues trabajar para un lugar donde una persona se siente valiosa, a pesar de las diferencias que pueda tener con otros miembros de la organización, es un valor que resulta muy preciado.
⦁ Mejora la productividad al permitir delegar tareas. Esto es de especial importancia para las empresas, especialmente las que no son muy grandes. En una empresa pequeña es normal que el fundador o fundadores abarquen varias actividades; pero al contratar personas con habilidades diferentes, complementarias, da la tranquilidad a los fundadores de que varias actividades se dejan incluso en mejores manos.
la diversidad?
Como toda habilidad, la gestión de la diversidad es algo que se puede aprender y practicar. Varias empresas a nivel global ya incluyen cursos de diversidad como parte de sus procesos de capacitación, y también hay universidades que ofrecen este tipo de cursos, incluso en línea. Aunque no hay recetas universales, aquí hay unos puntos básicos que ayudarán a que la diversidad sea una realidad en la empresa familiar, y no solamente una cuestión de buenos deseos:
⦁ Los líderes de la organización deben estar convencidos: De poco sirve que el deseo o el interés de ser más diversos venga de abajo en lugar de arriba. La cultura de la organización la hacen sus líderes, por lo que ellos deben ser los primeros en creer en ella y en educarse acerca de su importancia.
⦁ Hay que invertir en educación: Todos tenemos prejuicios, y es normal. No todos esos prejuicios provienen de la mala saña, la mayoría son simplemente causados por la ignorancia. La diversidad no debe tratarse solo de un curso al momento de ser contratado, sino un valor que se practique periódicamente dentro de la organización, en especial porque la diversidad no para: mañana habrá nuevas cosas que aprender, nuevos paradigmas que derrumbar.
⦁ El reconocimiento del talento debe estar basado en resultados, no en favoritismos: Como pasa en las empresas familiares, donde un familiar no debe ser promovido solamente por ser un pariente, sino por su desempeño. Para que la diversidad sea un valor verdaderamente respetado, hay que reconocer y promover los resultados antes que cualquier otra cosa.
⦁ Creación de políticas de cero tolerancia. La discriminación, bullying o cualquier otra forma de abuso deben ser extirpados de la cultura organizacional. Como dice Netflix, no hay necesidad de contratar cretinos brillantes. En todo caso, las habilidades duras son más fáciles de reemplazar que las habilidades blandas.
Como parte del mundo interconectado, las empresas juegan un papel importante para crear una nueva cultura en la sociedad global, donde personas de diferentes culturas, géneros, razas y credos puedan trabajar en conjunto para tener un mundo mejor. El trabajo es quizá el lugar donde las personas pasamos la mayor parte de nuestra vida, por lo que es un espacio clave para aprender y practicar la tolerancia y la diversidad, no solo como razón de negocio, sino como un valor humano y moral.