"Empresa"

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06/11/2015 07:41

    Tres al hilo 

    Aunque en el papel podría ubicársele como el más traumático, lo cierto es que el golpazo en ciernes del Gobierno de Venezuela no es el primero que recibe Cementos Mexicanos en su accidentado periplo para posesionarse como la tercera firma del mundo en su ramo.
    En el recuento está la zancadilla que le colocó el Gobierno de Indonesia al incumplir un compromiso pactado de permitirle mayoría a la empresa con sede central en Monterrey, tras la compra de un paquete minoritario de la compañía pública Semen Gresik.
    El escándalo alcanzó decenas de decibeles a nivel internacional, tras ventilarse en los tribunales locales.
    Finalmente, Cemex debió salir del país tras aceptar, a regañadientes, una oferta de compra de su porcentaje.
    Y aunque en el camino adquirió el 100 por ciento de la cementera egipcia Assirt y otro tanto de la tailandesa Saraburi, ninguna de ellas, vamos ni las dos juntas, alcanzaron el potencial que tenía la firma de la discordia... para esperar el boom de construcción en China.
    Y si nos vamos más lejos, en 1992 la incipiente incursión de la firma mexicana en los Estados Unidos fue frenada de golpe por una acusación de prácticas desleales de comercio en su modalidad de dumping o precio inferior al del país de origen de sus exportaciones.
    La querella, que provocó la imposición de una cuota compensatoria que la sacaba de golpe del mercado, la plantearon cuatro empresas con sede en el Estado de Florida... aparentemente azuzadas por la competencia.
    Lo inaudito del asunto es que llevado el caso dos años después a un panel de Solución de Controversias de la Organización Mundial de Comercio que resolvió a su favor, ordenando la devolución de los impuestos compensatorios implantados, Cementos Mexicanos nunca pudo hacer efectiva la resolución.
    De hecho, durante los seis años siguientes se mantuvo, con variables, la cuota compensatoria.
    Más aún, en 2002, cumplidos los 10 años de ley que se marca para castigos similares, tampoco se pudo lograr que se le reintegrara lo pagado durante el largo Vía Crucis.
    Digamos que ni el Gobierno de Carlos Salinas DE Gortari ni el de Ernesto Zedillo Ponce de León movieron un dedo para exigir justicia.
    Más aún, durante la presencia en la Casa Blanca de William Clinton se llegó al inaudito de que cuatro gobernadores de estados fronterizos con México le enviaron una carta personal a éste solicitando el desmantelamiento del castigo ante una grave escasez de cemento que frenaba la obra pública.
    Y ni así.
    La situación, como le contábamos ayer, la salvó a medias la adquisición de la empresa Venezolana de Cementos, Vencemos, cuya mayor parte de la producción de 4.6 millones de toneladas al año se orientó al mercado de allende el Bravo, con la ventaja no sólo de librar el impuesto compensatorio, sino de disfrutar de cuotas o cupos al margen de aranceles o impuestos de importación.
    La firma es la que está en lista de espera de un decreto de nacionalización firmado por el Presidente Hugo Chávez.
    Ahora que el gran salto de la empresa regia fundada en 1907 llegó casi 70 años después, cuando adquirió Cementos Tolteca, lo que la colocó como líder en el país.
    En el plano internacional, a su vez, el trampolín llegó con la adquisición, en 2 mil 118 millones de dólares, de las compañías españolas Valenciana de Cementos y Sanson, a cuya vera se abrió el mercado de la Unión Europea.
    La operación, realizada en 1993, le acarrearía a la firma de Lorenzo Zambrano una andanada de críticas feroces por atreverse a lanzar una emisión de deuda por mil millones de dólares y comprometer otro tanto en préstamos bancarios sindicados.
    Ahora que un año después, tras adquirir a Vencemos en 409 millones de dólares, Cemex iniciaría su incursión en Latinoamérica, comprando a Cementos Bayona de Panamá; a Cementos Nacionales de la República Dominicana, y Cementos Diamante y Sanper de Colombia.
    Más tarde se pactaría la compra de la chilena Bio Bio; de la costarricense Cementos del Pacífico, y de la puertorriqueña PNR.
    En siete años de adquisiciones continuas se colocó en la mesa una inversión global de mil 794 millones de dólares, en un escenario en que los analistas hablaban de un hipotético descontrol de la deuda de la empresa mexicana, en medio de altibajos en el precio de sus acciones en el mercado bursátil internacional.
    Lo cierto es que para entonces, 2000, el mundo le quedaba chiquito a la firma, al adquirir en mil 80 millones de dólares el grupo cementero de Estados Unidos SBW.
    Los últimos campanazos, como usted sabe, fueron la adquisición del gigante británico RMC Group, que reafirmó a la compañía mexicana como la tercera mayor del planeta, y de la australiana Rinker, que elevó su facturación global a 21 mil millones de dólares.
    La primera adquisición se pactó en 5 mil 800 millones de dólares; la segunda en 11 mil 300.
    La paradoja del caso es que la firma mexicana ha logrado alcanzar sus mayores saltos justo en la adversidad.
    Se crece al castigo, pues.

    Balance general
    La paradoja del caso, frente a quienes advierten en la participación privada el remedio a todos los males del país, es que permitida la incursión de ésta en un ramillete amplio de productos petroquímicos secundarios, las inversiones han fluido a cuentagotas.
    De hecho, el volumen de producción de petroquímicos desregulados cayó 50 por ciento entre 2000 y 2002. Y aunque la producción de básicos, reservados al Estado, también ha disminuido, con excepción de naftas, el descenso es de 30 por ciento.
    En el escenario, aunque la balanza comercial sigue siendo favorable al país, las importaciones están creciendo a mayor nivel que las exportaciones. Mientras las primeras alcanzan un ritmo anual de 25 por ciento, las segundas sólo 18.

    Cofepris vs. SE
    ¿Se acuerda usted del escándalo desatado por la multinacional fabricante de juguetes Mattel, al detectarse la presencia de químicos nocivos a la salud en algunos de sus productos fabricados en China?
    Bien, pues en previsión de un escándalo similar, la Comisión Federal para Prevenir Riesgos Sanitarios está tratando de frenar la reforma prevista a la Norma Oficial Mexicana 01511-SCFI/SSA-1994 que rige a la industria del juguete, en afán de frenar el ingreso al país de pilas de dudosa calidad con altos contenidos de mercurio, plomo y cadmio.
    El problema es que desde la Secretaría de Economía, concretamente la Subsecretaría de Normalización que encabeza, Carlos Arce, se impulsa un criterio distinto, bajo la idea de desregular al mínimo el ingreso de los productos.
    Vamos que puedan ingresar presentando sólo un aviso de importación y opcionalmente una constancia sanitaria del país de origen.
    La paradoja del caso es que los propios industriales han manifestado su interés en que se regule al sector, justo para evitar futuros "mattelazos".

    Vitro en Francia
    La noticia es que el grupo Vitro, vía su filial europea Vitro Cristalglass, acaba de adquirir a la firma francesa Verre et Glases d’Epinay con sede central en París, y con una facturación anual de 14 millones de euros.
    La operación se pactó en 3.6 millones de euros.
    La compañía orientada, hacia la transportación y comercialización de vidrio para tareas de construcción comercial y residencial, tendrá en su nueva etapa la razón social Vitro Cristalglass France.
    La filial de Vitro acumula ya 12 centros de trabajo en España, Portugal y Francia.

    Más Cedevis
    Aplazada largamente la posibilidad, en los próximos días el Instituto Nacional del Fondo para la Vivienda de los Trabajadores, colocará su primera emisión del año de Certificados de Vivienda, por un monto que podría llegar a 3 mil millones de pesos.
    La intención es alcanzar cinco emisiones similares en el marco del programa de bursatilización de créditos del organismo, que le permite una mayor revolvencia de recursos.

    albertobach@yahoo.com.mx;barrancoalberto@prodigy.net.mx