Hermanos, socios y aliados

02/10/2022 04:00
    Proverbio hindú
    La falta de trabajo de equipo y una mala comunicación entre hermanos son los dos factores que influyen negativamente en el correcto funcionamiento de la empresa

    Una empresa familiar liderada por hermanos tiene sus ventajas, pero también sus retos. Los hermanos pueden ser los mejores aliados o los peores rivales, y la calidad de su relación se debe a factores que se retoman hasta la niñez, donde se pudo haber forjado una gran lealtad o una fuerte rivalidad.

    Trabajar entre hermanos requiere un nivel especial de madurez, cosa que me recuerda esta curiosa anécdota que leí hace unos días: un viejo labrador, al ver que sus tres hijos estaban cada vez más desunidos, fue al bosque a recoger un montón de ramas, las ató lo más fuerte que pudo y llamó a sus tres hijos para pedir su ayuda. Cuando el hombre se encontró con ellos les pidió que rompieran por la mitad las ramas, ya que él no tenía la fuerza para hacerlo. Los tres lo intentaron y los tres fracasaron. Fue entonces cuando el padre desató las ramas y las dividió entre sus hijos, quienes por fin pudieron romperlas, una por una. “¿Lo ven? Las ramas separadas se rompen con facilidad pero, juntas son irrompibles, así deben de estar ustedes unidos”, dijo el labrador.

    La primera condición para escoger un socio es conocerlo lo suficiente para tenerle confianza; la segunda es que sus habilidades complementen las nuestras. En ese primer aspecto los hermanos tienen la ventaja, pues crecieron juntos, comparten los mismos valores y conocen a la perfección sus respectivas fortalezas y debilidades.

    Sin embargo, una mala relación en la infancia supone un reto. Uno de los problemas más comunes es la rivalidad entre hermanos que proviene, por ejemplo, de los padres haciendo comparaciones entre ellos, creando una competencia poco sana.

    Existe, sin embargo, la llamada teoría de la divergencia, desarrollada por Frank Sulloway, que sostiene que la competencia es la clave de la evolución, por lo que es normal que los hermanos compitan por la atención de los padres. Si la competencia es inevitable, al menos ésta puede canalizarse para lograr que cada hermano destaque en áreas diferentes, lo que convierte a la competencia en complementariedad. Si reconocemos nuestras aptitudes, pero también las fortalezas de nuestros hermanos, esto puede ayudarnos a crear sinergias muy productivas.

    Caín y Abel en lugar de Caín contra Abel

    ¿Cuántas veces no hemos escuchado que las empresas dirigidas por hermanos se han venido abajo, normalmente durante la segunda generación, al no saber compartir el liderazgo? Dentro de los mayores consejos que me gusta dar a empresarios familiares, está el que sepan diseñar los perfiles de trabajo con base en la personalidad de cada uno de los hermanos, para así aprovechar al máximo las fortalezas que los distinguen.

    Sentarse y definir lo que disfrutan hacer, así como poner esas funciones y metas sobre papel, ayudará a aprovechar al máximo sus habilidades. La falta de trabajo de equipo y una mala comunicación entre hermanos son los dos factores que influyen negativamente en el correcto funcionamiento de la empresa; sabiendo cómo hacer frente a estos dos puntos puede hacer toda la diferencia.

    Para hacer que la sociedad con un hermano sea funcional se necesita el respeto entre ellos, una buena comunicación, y generar procesos que permitan una toma de decisiones efectiva entre los involucrados. Hablar de una empresa familiar liderada por hermanos es hacer referencia a un esquema de segunda generación, pues en la primera generación es normal que el padre tome las decisiones cruciales. Cuando la empresa queda en manos de los hermanos, hay ciertos factores que influirán en el éxito de la empresa en los siguientes años, y tienen que ver con la relación entre los hermanos. Repasemos los que a mi parecer son los más importantes:

    ¿Son capaces de comunicarse saludablemente? Es muy importante saber si los hermanos se comunican normalmente o han estado alejados. ¿Qué tanto saben platicar entre ellos? ¿Saben respetar las decisiones que toma el otro, aunque no estén de acuerdo? ¿Necesitan recurrir al padre para que les resuelva un conflicto o son capaces de resolverlo por su cuenta?

    ¿Tienen habilidades complementarias o compiten por el mismo puesto? Como bien dice el dicho, entre muchos meneadores se queman los frijoles. Si todos los hermanos desean ser el director general, será mucho más complicado que se pongan de acuerdo para colaborar. También puede suceder, como se ha hecho tradicionalmente, que el fundador haya tenido preferencia con algún hermano (quizá porque era el mayor, quizá porque era el varón), lo cual genera una fuerte rivalidad desde temprana edad.

    ¿Existió un plan de sucesión? El punto anterior nos lleva, indudablemente, a esta pregunta. Un plan de sucesión implica que cada hermano pasó un tiempo ya calculado en la empresa, que sus habilidades y aptitudes fueron validadas, y que las responsabilidades que les fueron dadas van acorde a estas. Los hermanos deben entender también que no hay una posición mejor que otra, especialmente si todos son propietarios del mismo negocio. Ahora, tampoco es una idea descabellada que la dirección general quede repartida entre hermanos: hay casos de empresas donde incluso tres hermanos fungen como codirectores generales, y es justo ahí donde la capacidad de comunicación juega un rol muy importante, porque es cierto que dos cabezas piensan mejor que una, pero también hay que saber cómo es que esas dos o tres cabezas habrán de ponerse de acuerdo para tomar cada decisión.

    A pesar de la relativa mala fama de las empresas lideradas por hermanos, hay compañías que son un gran ejemplo de la forma de aprovechar esa relación fraternal al construir un negocio, tal es el caso de los hermanos Disney, quienes supieron construir un imperio gracias a su gran visión, haciendo un negocio rentable donde se aprovechaba la gran creatividad de Walt y la visión empresarial de Roy. El otro lado de la moneda es el caso de los hermanos McDonald, que terminaron cediendo su negocio a un socio comercial que se aprovechó de ellos. Un negocio con hermanos apasionados es un gran motor para hacer crecer cualquier empresa si la fraternidad, la cooperación y la buena comunicación se suman.