|
"PROMOTORAS"

"Incubadoras sociales"

"Las incubadoras sociales buscan atender a las comunidades marginadas, mediante la detección de las potencialidades productivas y el armado de negocios pequeños"
07/11/2015

    Óscar Rivas

    Fomentan la organización productiva de las comunidades marginadas.
    La pobreza y la marginación social han sido para México frenos para el desarrollo y el crecimiento económico, con altos costos humanos que han generado desempleo, desigualdad en el acceso a salud y educación.
    Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, de los 22.5 millones de hogares que existen en el país, el 55.6 por ciento están catalogados como de alta marginalidad, mientras que el 22.4 por ciento están considerados como de marginación media, con lo que se puede inferir que la mayor parte de la población en el país se encuentra viviendo con ingresos menores al salario mínimo.
    La Confederación Patronal de la República Mexicana en su portal de internet informa que en México la actividad emprendedora inicia entre los 17 a los 27 años, principalmente por desempleo siendo apenas el 7 por ciento de los emprendedores resultado de la convicción de iniciar una carrera empresarial.
    El organismo empresarial también expresa que el 80 por ciento de los planes de negocios surgen de una tarea escolar y apenas el 5 por ciento de los proyectos sobreviven el año como empresas formales.
    Bajo la filosofía de que es mejor enseñarle a pescar al hambriento, las incubadoras sociales pretenden construir esquemas de autoempleo entre las comunidades marginadas, aprovechando el potencial productivo de los habitantes y organizándolas mediante figuras empresariales que impulsen su crecimiento económico.

    Definición
    Una incubadora de empresas es un centro especializado en la generación de pequeños y medianos empresarios, mediante la capacitación en herramientas financieras, administrativas y mercadológicas con lo que se capacita a los emprendedores para el desarrollo de negocios.
    Con las incubadoras se busca desde la profesionalización de los negocios ya establecidos hasta el desarrollo e implementación de nuevas ideas, mediante estudios de mercado y el fomento de la cultura emprendedora, principalmente entre la juventud.
    Las incubadoras sociales son un concepto de centro de negocios que busca atender a las comunidades marginadas, mediante la detección de las potencialidades productivas y el armado de negocios pequeños, como una alternativa que genere autoempleo entre dichas poblaciones.

    Origen
    El concepto de incubadoras de empresas apareció en 1950 en Silicon Valley como centros de fomento y desarrollo tecnológico para generar el desarrollo de pequeñas empresas creadoras de software que abastecieran a las grandes empresas tecnológicas de ese entonces.
    En Europa, las incubadoras surgieron inicialmente en Inglaterra, subsidiadas por la British Steel Corporation, que estimuló la creación de pequeñas empresas en áreas relacionadas con la producción de acero.
    A partir de los ochenta, en Europa occidental, los gobiernos locales, las universidades e instituciones financieras se reunieron para evaluar el proceso de industrialización de las regiones poco desarrolladas o en fase de declinación debido a la recesión económica producida en 1970.
    Las incubadoras europeas fueron concebidas, por tanto, dentro de un contexto de políticas gubernamentales que tenían el objetivo de promover el desarrollo regional por lo que además de empresas orientadas a nuevas tecnologías, incorporaron empresas de áreas tradicionales de la economía.

    Latinoamérica
    Por su parte, en América Latina, el economista peruano Hernando de Soto llamó la atención sobre el concepto de libertad de mercado y sus efectos en las clases marginadas de su país, estableciendo que las comunidades con altos niveles de pobreza llenaban el vacío institucional y legal mediante la organización productiva clandestina.
    El economista concluía que en los países de América Latina jamás implementó una auténtica economía de mercado, sino que en la mayor parte de los países de la región existían vicios institucionales, corrupción y vacíos legales que en vez de aprovechar el talento y la capacidad productiva de los habitantes, fomentaban la organización monopólica en beneficio de unos cuantos dueños de los factores
    Retomando la idea de Hernando de Soto, en 1995 el entonces presidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso implementó el modelo de incubadoras sociales, originario de Europa, con el que impulsó la organización productiva de las comunidades rurales de dicho país, otorgándoles financiamiento a los proyectos viables y dirigiendo la actividad económica de cada comunidad según su vocación productiva.

    Incubadoras en México
    Las incubadoras sociales surgen como una alternativa de combate a la pobreza, ante los bajos índices de crecimiento de las poblaciones más lejanas de los centros de desarrollo urbano, así como una respuesta ante la imposibilidad de que inversiones privadas llegaran a dichos lugares, al no contar con infraestructura suficiente o por las condiciones geográficas que las aíslan del desarrollo.
    La idea de la incubadora social es aprovechar lo que se sabe hacer en una comunidad para impulsar el mercado interno y el intercambio de bienes y servicios que requieran, mediante la especialización y la asociación de pequeñas figuras productivas tanto en comunidades urbanas marginadas como en poblaciones rurales.
    Por lo anterior, en el 2000, el Tecnológico de Monterrey implementó dentro de sus programas el de las incubadoras sociales, con lo que se vincula a estudiantes de las carreras de negocios para que hagan servicios comunitarios asesorando y capacitando a los emprendedores de las comunidades marginadas para el desarrollo y formalización de sus empresas.
    Dicha institución coloca un valor agregado a la incubadora, pues también las convierte en un centro de desarrollo y alfabetización tecnológica, con lo que los habitantes de poblaciones marginadas pueden tener acceso a herramientas informáticas y de educación a distancia.

    Funcionamiento
    El programa de incubación de microempresas sociales tiene una duración de 12 meses y busca promover la creación de nuevas ideas empresariales y fortalecer el desarrollo de los negocios existentes para incorporarlas a la economía formal a través de capacitación y asesoría, opción a créditos y vinculación a opciones de comercialización.
    De ésta manera, al llegar una incubadora a una comunidad, se realiza un diagnóstico de las capacidades productivas y mediante asistencia técnica, dando seguimiento a las principales actividades y empresas, con lo que se generan planes de mejoramiento de la vida interna de los micronegocios.
    Al capacitar a los emprendedores, se otorga asesoría técnica en finanzas para la elaboración de un plan de negocios, con el que se pretende establecer objetivos de crecimiento y además, posibilitar la obtención de créditos y apoyos económicos para el negocio.
    De igual forma, se fomentan las alianzas productivas entre comuneros y productores, con lo que se buscan crear economías de escala entre los procesos, además de enlazar actividades complementarias a una misma cadena productiva, para encontrar esquemas de comercialización tanto para vender los productos en otras comunidades como para llevarlos a la ciudad.
    Otra de las ventajas que tiene la incubadora social es que toma algún producto que se elabora en la comunidad (tortillas, tamales, entre otros) dándole imagen y presentación, así como un código de barras con lo que se facilita la comercialización en mercados más competidos como por ejemplo, los de una ciudad.

    Ventajas
    Las incubadoras sociales presentan mecanismos alternativos de combate a la desigualdad social, mediante la apropiación de su propio desarrollo por parte de los habitantes de una comunidad, con lo que se eliminan los vicios del estado subsidiario, que ante las inequidades en el ingreso y oportunidades ha generado gastos excesivos que ante la realidad, no han logrado abatir los escandalosos niveles de pobreza existentes.
    Las incubadoras fomentan entre las comunidades el desarrollo productivo, la cultura del trabajo y le han brindado a las nuevas generaciones una opción más de crecimiento sin tener que salir de sus comunidades, abandonando a sus familias.
    En el sector urbano, las incubadoras han sido el bastión de desarrollo de las capacidades productivas de colonias marginadas, que han visto en el emprendimiento una alternativa ante los altos niveles de desempleo que se presentan en todo el país.



    100
    Municipios que se encuentran entre los de menor desarrollo en el país.

    24
    Incubadoras sociales del ITESM

    368
    Microempresarios apoyados por las incubadoras sociales en el país

    3,600
    Empleos generados en el país por las incubadoras sociales

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!