La ambición le gana al miedo. Las criptomonedas

    No hay duda de que las criptomonedas son una alternativa financiera moderna, pero algunas personas aprovechando la exagerada especulación y la ansiedad de mucha gente sin conocimientos por participar, los usaron para enriquecerse

    Desde 2020 pero sobre todo en 2022 se habló mucho sobre las criptomonedas, había dos narrativas dominantes. La primera era que las criptomonedas era un nuevo sistema financiero radical y que con poco conocimiento (desde Internet) podías hacerte rico fácilmente. Esto resultó ser cierto, al menos por un tiempo. La segunda narrativa, tiene que ver con la tecnología subyacente y el software que operan las criptomonedas, que supuestamente era una nueva Internet (web3), mucho mejor, eficiente y más justa, pero no sucedió así.

    No hay duda de que las criptomonedas son una alternativa financiera moderna, pero algunas personas aprovechando la exagerada especulación y la ansiedad de mucha gente sin conocimientos por participar, los usaron para enriquecerse. Y aquí está el truco, al aumentar los precios de las criptomonedas por la exagerada demanda, las “ballenas” personas con gran cantidad de Bitcoins y otras criptomonedas, hicieron fortunas al vender los Bitcoins a precios muy altos a un grupo cada vez más grande de pequeños inversionistas que inundaron los mercados motivados por el alza de precios y ganancias rápidas, pero terminaron siendo más pobres. Pero así es como funcionan a menudo los sistemas financieros, la ambición le gana al miedo.

    Las criptomonedas operan vía un sistema operativo que se descarga mediante una aplicación. Este sistema funciona vía Internet o web3 que opera las transacciones con criptomonedas, se basa en la suposición de que las cadenas de bloques, los libros de contabilidad en los que se verifica la propiedad de las criptomonedas, también son formas de rastrear los datos necesarios para ejecutar redes sociales o videojuegos. Debido a que estos libros de contabilidad se distribuyen en muchas computadoras, en lugar de centralizarse en una red de servidores controlada, por; Google, Amazon.com Inc. o Microsoft Corp., los defensores de web3 piensan que están en un mundo libre de los malos atributos del Internet actual que domina la gran tecnología. No desean regulación alguna. Aun así, las condiciones estaban listas, un puñado de proyectos web3 despegaron a partir de 2021, en su mayoría basados en la compra de tokens o criptomonedas, pero para el 2022 la mayoría quebraron y el sistema criptográfico cayó en caos.

    El valor de todos estos servicios estaba vinculado al frenesí de la especulación financiera que rodea a las criptomonedas. Esto ocultó el saber si los productos eran vistos como atractivos por sí mismos y por sus méritos, o simplemente como una oportunidad para los inversionistas de hacerse ricos jugando al juego de la especulación.

    Otros opinan que la visión es que el sistema operativo web3 era un espejismo. La esperanza de una Internet completa, sin regulación, basada en blockchain fue útil porque creó la ilusión de que había algo más en la criptografía que el juego especulativo, lo cual, a su vez, podría atraer a inversionistas pequeños que no eran especuladores profesionales acostumbrados a este tipo de riesgo. La realidad es que conforme China declaró en 2021 a las criptomonedas ilegales y EUA y Kazajstán igualmente tomaron medidas más duras por controlar el sistema del Bitcoin, todos los servicios web3 que operaban criptomonedas por internet fueron cayendo en problemas junto con el valor de la mayoría de las criptomonedas, el sistema se desmoronó y salieron a la luz enormes fraudes. Principalmente cometidos por los mismos promotores de la inversión en Criptomonedas que además operaban la compra-venta con información privilegiada.

    Hay mucha gente que le gusta el mercado de las criptomonedas, está acostumbrada a este tipo de riesgo, de volatilidad, especulación y hasta de escepticismo. Una respuesta común que dan, es que, sí, ha habido muchos proyectos fraudulentos alimentados por sueños de hacerse rico rápidamente, pero que ahora que la mayoría de las criptomonedas desaparecieron, piensan seguir participando en las que, si están operando, incluyendo al devaluado Bitcoin, gracias a la especulación, aunque ahora hay pocos participantes.

    Un documento del Banco de Pagos Internacionales publicado en diciembre pasado revela que entre 2015 y 2022 del 73 por ciento al 81 por ciento de los inversionistas que participaron en el mercado de las criptomonedas perdieron dinero de su capital. En su mayoría fueron inversionistas pequeños, no mayores de 35 años, que creyeron la publicidad-mercadotecnia en Internet y que fueron engañados con la promesa de grandes rendimientos y un esfuerzo mínimo.

    ¿Por qué nadie hizo nada al respecto? ¿Por qué se permitió a estas plataformas tomar dinero de los pequeños inversionistas, ejecutar altos niveles de apalancamiento y explotar? Creo que la respuesta básica es que las autoridades reguladoras todavía se están poniendo al día sobre cómo funciona la criptografía y quién debería regularla. Hay un sistema muy bien entendido para regular un banco: hay auditores bancarios y autoridades que saben cómo funcionan los bancos y que visitan los bancos regularmente para asegurarse de que funcionan correctamente. En criptografía, las grandes plataformas a menudo no están reguladas por nadie, están descentralizadas y vagamente apátridas, e incluso en los Estados Unidos no está claro qué reguladores pueden regular la criptografía y cómo deberían hacerlo. Si alguien lanza una plataforma criptográfica terrible, los reguladores pueden tardar años en comprender lo que está haciendo y descubrir cómo detenerlo. Mientras la criptografía ha estado en un modo de movimiento rápido, sacándole la vuelta a la autoridad, pasarán muchas cosas antes que los reguladores entiendan y puedan ponerse al día sobre lo que está pasando.

    Tal vez el futuro de las criptomonedas como columna vertebral de nuevos productos tecnológicos financieros aún está por llegar, seguramente vendrán nuevos proyectos y alternativas similares, pero cualquiera que intente promover un nuevo esquema, tendrá dificultades para convencer a la gente de que las criptomonedas no son exactamente lo que parece ser.

    No hay duda de que las criptomonedas son una alternativa financiera moderna, pero algunas personas aprovechando la exagerada especulación y la ansiedad de mucha gente sin conocimientos por participar, los usaron para enriquecerse
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