El póker online en Latinoamérica no va de farol

    Nunca en la historia había sido tan fácil poder jugar a póker. Siglos atrás era necesario reunirse con un grupo que estuviera dispuesto a apostar la misma cantidad que tú, por lo que se perdía mucho tiempo en conseguir todos los elementos. Con la irrupción de los casinos, pese a que se sabía que existía un espacio apto para la práctica del póker, uno se tenía que adaptar a un horario específico y tenía que desplazarse hacia allí.

    Todo eso empezó a cambiar en 1994. El pequeño país caribeño Antigua y Barbuda puso todas las facilidades para crear el primer casino online de la historia. Nacía así The Gaming Club.

    No importaba la hora, ni el lugar, ni la compañía. Simplemente era necesario tener acceso a internet y disponer de fondos suficientes para poder echar unas manos de póker. Evidentemente, fue un éxito rotundo, con lo que durante los siguientes años empezaron a proliferar los casinos online en todas las partes del mundo, una industria que llegaba para quedarse.

    Naturalmente, The Gaming Club quedaba en las antípodas con respecto a lo que es el póker online actual. Los usuarios se conformaban con una interfaz muy primaria, muy lejos de lo que como estan ahora juegos de poker, que adaptan su diseño para potenciar la experiencia según si tienes un ordenador de sobremesa, un móvil con sistema Android, iPhone u otros dispositivos iOS.

    Como es lógico, por motivos de desarrollo económico y falta de liderazgo político en términos legislativos, a Latinoamérica le costó mucho en los primeros años poder tejer una comunidad estable y similar a la de las grandes potencias mundiales como Europa, Japón o Estados Unidos.

    Lento progreso y poca claridad legislativa

    Muchos países latinoamericanos tardaron mucho en ponerse las pilas en materia de regulación para una legislación del juego online. De hecho, no fue hasta 2017 cuando Colombia se convirtió en el primer país latinoamericano en establecer un marco legal que lo aceptara.

    Desde entonces, otros estados como Argentina, México, Perú o Chile también han progresado mucho en el ámbito jurídico. Aunque haya excepciones dependiendo de la zona del país, el juego online está aceptado mayoritariamente.

    Sin embargo, hay aún una buena cantidad de estados que se mueven en una zona muy gris, lejos de la total libertad. Ecuador opta por la prohibición integral del juego, mientras que en Venezuela o en Bolivia no existe ninguna ley que determine con claridad qué se puede y que no se puede hacer por lo que respecta al juego online. Por lo tanto, tanto venezolanos como bolivianos no tienen el amparo absoluto de su país. Es por eso que, quien se lo puede permitir, decide residir en otro estado con unas condiciones mucho más favorables.

    El acceso a internet está dejando de ser un problema

    Otro de los grandes problemas de Latinoamérica en el pasado era la dificultad de tener conexión a internet. Sin embargo, tal y como cuantifica Statista, entre 2010 y 2021 prácticamente el porcentaje ha aumentado un 150%. De los 200 millones de latinoamericanos que tenían acceso a internet en 2010 (no llegaba ni a un 30% del total) hemos pasado a los 498. Eso es aproximadamente un 75% de la población total actual.

    Por lo tanto, lo que en su día había sido uno de los grandes puntos en contra respecto a Europa (que ya tenía un 67% de conectados a internet en 2010) y Japón (78% en 2010), ya no lo es.

    La clase media creciente augura un buen futuro

    Otro de los puntos a favor para pensar en la buena salud del juego online en Latinoamérica es el auge de la clase media. Evidentemente, cuando una persona tiene dificultades para poder llegar a final de mes no puede dedicar parte de su dinero a apostar, consciente del riesgo que corre. Si, por el contrario, sobra una mínima cantidad, esta se puede dedicar al ocio, como por ejemplo puede ser el póker online.

    Pues bien, el porcentaje de clase media en Latinoamérica se sitúa ya en un 35% del total de la población, con una perspectiva de mejoría en el futuro. A más salud económica, más posibilidad de captar nuevos jugadores.

    En conclusión, los recientes progresos en materia de legislación; la mayor tasa de conectividad a internet y el auge de una clase media que se está asentando auguran un futuro muy optimista para el póker online en Latinoamérica.

    Nunca es demasiado tarde para empezar a jugar a este juego que ya ha conquistado a medio mundo y amenaza con ir a por el otro medio.