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"Primer año de pontifiado"

"Francisco, la primavera de la Iglesia católica"

"Con su sencillez, el jerarca religioso ha logrado no sólo el cariño de la gente, sino credibilidad"
15/11/2015

    CIUDAD DEL VATICANO.- Haber recuperado la credibilidad que la Iglesia católica había perdido; su creciente popularidad y las grandes expectativas que ha generado entre la mayoría de los católicos, son los aspectos más significativos del primer año del pontificado de Francisco, un líder religioso que se ha autodefinido como "un hombre que ríe, llora, duerme tranquilo y tiene amigos. Una persona normal".

    La sencillez de Francisco se evidenció el mismo 13 marzo de 2013, cuando en su primera presentación pública como Papa, dirigiéndose a la multitud que lo esperaba en la plaza de San Pedro tras el anuncio del Habemus Papam, dijo: "Hermanos y hermanas. Buenas noches. Ustedes saben que el deber de un cónclave es dar un obispo a Roma y parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo".

    Aquel tono coloquial y bromista hizo ganar al primer Papa latinoamericano en la historia de la Iglesia de Roma la inmediata la simpatía del mundo, simpatía que ha ido creciendo gracias no sólo a su lenguaje sencillo y directo, que toca el corazón de la gente, sino a su férrea voluntad de devolver a la Iglesia católica a sus orígenes, a "las periferias del mundo", para estar cerca de los ancianos, enfermos, de los más pobres, de aquellos a quienes la vida ha dado poco o nada.

    "Lo más relevante en este primer año de pontificado es la revolución del lenguaje, el estilo introducido por Francisco. Para él una Iglesia creíble es una en la que los cristianos también lo son al hacer coincidir sus conductas con lo que proclaman y profesan. Pero detrás de esto está la gran tarea que le confió el cónclave: transformar la relación de la Iglesia con el mundo, con la Curia, con el dinero, así como atender las demandas de los fieles en temas como la justicia, los divorciados, los homosexuales, etc. Son los grandes retos de esta primavera de la Iglesia cuyas primeras señales son ya visibles, pero que aún debe florecer", dijo a EL UNIVERSAL Ignazio Ingrao, vaticanista de la revista italiana Panorama.

    Entre las señales de esta primavera en la Iglesia está la presencia masiva de fieles en las audiencias papales de miércoles y domingos, así como los millones de visitas que recibe la página web de Francisco. Un estudio de la sociedad de consulta estratégica 3rdPlace, que examinó la popularidad del Papa argentino en la web, reveló que de marzo a noviembre de 2013 su nombre fue el más mencionado en la red y el que tuvo más búsquedas mensuales en Google, superando a líderes políticos de la talla del presidente Barack Obama.

    "Una de las razones del éxito de este pontificado es el tipo de contacto que ha establecido el Papa con los fieles. Habla al corazón y, de manera particular, a gente aislada, que vive realidades difíciles", comentó Giuseppe Rusconi, corresponsal del diario suizo-italiano, Il Popolo di Lugano y responsable del blog "Rossoporpora", dedicado a la Iglesia.

    Pero a veces, este hablar con el corazón puede prestarse a ambigüedades. Giuseppe Rusconi explica la razón de esta ambigüedad retomando el concepto de "pauperismo", utilizado por el Papa. "Algunos lo malinterpretan pensando en una Iglesia en harapos y sin zapatos. Esto nada tiene que ver con el discurso del Papa, quien en realidad promueve una forma de vida sobria, no pobre; la pobreza como miseria es negativa para todos. Una vida sin despilfarros en la que el dinero sirva para ayudar a los pobres, disminuir las desigualdades. Sobriedad y buen uso del dinero es lo que él pretende".

    Reforma de la Curia y de la Iglesia

    Otra prioridad de Francisco es la reforma de la Iglesia. Algunos comienzan a criticarle su enfoque en la reforma de la Curia y no de la doctrina, incluyendo temas como la comunión a los divorciados, el sacerdocio femenino, el celibato sacerdotal y la homosexualidad dentro y fuera de la iglesia, reviste gran importancia para los católicos del mundo.

    Sin embargo, el vaticanista Ingrao aclara: "La Curia no es lo único que preocupa al Papa. También se está ocupando de la familia, de los divorciados, de las parejas de hecho, etc., temas que serán abordados en los próximos sínodos".

    Hasta ahora, la única propuesta de reforma que el Papa ha concretado es la creación del Ministerio de Economía, aún inactivo. Pero es apenas el principio, dice Ingrao.

    Por lo pronto, Francisco ha ganado credibilidad personal. El gran reto es transferirla a la Iglesia católica en su conjunto porque, como comentó Ingrao, "se corre el riesgo de que pueda surgir una peligrosa contraposición en el interior de la Iglesia, esto es, que pueda madurar la idea de que existe un Papa bueno y una Iglesia mala", problema que, dice, ya comienza a percibirse dentro de los muros vaticanos.

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