"'La Codicia y el egoísmo raíz de todos los males': El Papa Benedicto XVI"
CIUDAD EL VATICANO (NTX)._El Papa Benedicto XVI advirtió ayer que la codicia, el egoísmo y la ambición son la raíz de todos los males, situaciones que deben ser rechazadas por los cristianos gracias a la resurrección de Cristo.
Ante varios miles de personas congregadas con motivo de la audiencia general en la Plaza de San Pedro del Vaticano, afirmó que la fiesta católica de la Pascua traza un camino de transformación de las personas pero también del mundo entero.
"Leyendo la Biblia parece que se favorezca el desprecio de las realidades terrenas, se invita a olvidarse de este mundo de sufrimientos, de injusticias, de pecados, para vivir en anticipo un paraíso celeste. Así el pensamiento del cielo sería entonces una especie de alienación", dijo.
"Las cosas de la tierra que se deben evitar son la impureza, la inmoralidad, las pasiones, deseos malos y la codicia que es idolatría. Hacer morir en nosotros el deseo insaciable de los bienes materiales, el egoísmo, raíz de todos los males", agregó.
Según el Obispo de Roma el recuerdo de la resurrección de Jesús puede dar a la "ciudad terrena" un nuevo rostro que favorezca el desarrollo del hombre y de la sociedad según la lógica de la solidaridad, de la bondad, en el profundo respeto a la dignidad propia de cada uno.
Precisó que la celebración litúrgica de la muerte de Cristo no es una simple conmemoración de este evento, sino que es la actualización del misterio, para la vida de cada cristiano y de cada comunidad eclesial, para nuestra vida.
"La resurrección es una vida ya no sometida a la caducidad del tiempo, una vida inmersa en la eternidad de Dios, en esta inicia una nueva condición del ser hombres, que ilumina y transforma nuestro camino de todos los días y abre un futuro cualitativamente distinto y nuevo para la humanidad entera", apuntó.
Juan Pablo II, beato en tiempo récord
Juan Pablo II será reconocido como beato el 1 de mayo, seis años y 29 días después de su muerte, tras un proceso que rompió todos los récords y se convirtió en el más rápido en la historia moderna de la Iglesia Católica.
Gracias a un permiso especial concedido por el Papa Benedicto XVI, el itinerario para la beatificación de Karol Wojtyla se ahorró los cinco años obligatorios de espera que presupone para casos de este tipo el Código de Derecho Canónico, la ley fundamental de la Iglesia.
En entrevista con Guido Mazzotta, consultor de la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano, recordó que la beata Teresa de Calcuta y José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, protagonizaron procesos igualmente veloces.
Explicó que para Juan Pablo II se estableció un "canal preferencial" por una solicitud de la Iglesia y de los católicos que tras su muerte exclamaron el 'ísanto súbito!' (ísanto ya!) , pero aclaró que se trabajó rigurosamente en todas las fases de la causa.
"Las causas comienzan no por impulso de la autoridad de la Iglesia, inician por impulso del pueblo de Dios, porque en torno a una persona confluye el consenso de la gente que ve en esa persona un testigo ejemplar del evangelio', indicó.