"Mitos de la crisis de los misiles"
LA HABANA (AP)._ En octubre de 1962, el mundo se vio al borde de un escenario apocalíptico durante 13 días, cuando el Presidente estadounidense John F. Kennedy trazó un límite simbólico en el Atlántico y advirtió de graves consecuencias si el entonces Primer Ministro soviético Nikita Jrushchev se atrevía a rebasarlo.
Un avión espía estadounidense U-2, que sobrevoló Cuba, había tomado fotografías de sitios donde se emplazaban
misiles balísticos soviéticos que podían llevar ojivas nucleares a Estados Unidos, apenas a 144 kilómetros. Fue el momento más tenso de la Guerra Fría, y muchos temieron una guerra nuclear que habría aniquilado a la civilización. Barcos soviéticos que portaban equipo nuclear se acercaron a la zona de "cuarentena" alrededor de Cuba, pero
dieron marcha atrás antes de cruzar la línea imaginaria.
"Nos estamos mirando a los ojos, y creo que el otro acaba de parpadear", dijo el Secretario norteamericano de Estado, Dean Rusk, en una frase que se volvió famosa y que representó un aforismo de la crisis.
En las cinco décadas transcurridas desde aquel amago nuclear entre Washington y Moscú, buena parte de lo que se conocía convencionalmente sobre la crisis de los misiles se ha desmentido, incluida la creencia común en que la política arriesgada de Kennedy fue lo que primó. En la víspera del 50 aniversario de la crisis de los misiles en Cuba, los historiadores dicen ahora que una serie de concesiones mutuas, más que un encaramiento temerario fue lo que resolvió la tensa situación. Añaden que tanto Washington como Moscú salieron vencedores de la situación y que la crisis duró mucho más de 13 días. A continuación, algunas de las creencias comunes que han resultado mitos, en torno de la crisis de los misiles cubanos:
Mito: La crisis se resolvió con un triunfo de una actitud temeraria de Estados Unidos
Realidad: Los historiadores dicen que la diplomacia fue en realidad la triunfadora al resolver el conflicto posterior al 14 de octubre, cuando se descubrieron los misiles.
Kennedy se resistió a las presiones de algunos asesores, quienes lo instaron a no ceder un palmo de terreno ante Moscú y a contemplar incluso la posibilidad de un ataque preventivo. En vez de ello, se involucró en un intenso trabajo diplomático detrás de bambalinas con los soviéticos, otros países y el Secretario General de ONU.
Washington rechazaría públicamente cualquier invasión de Cuba y Jrushchev retiraría los misiles de la isla.
La oferta más convincente implicó que Kennedy reti-raría los misiles nucleares Jupiter de las instalaciones estadounidenses en Turquía, cerca de la frontera soviética.
Fue una promesa conocida sólo por un puñado de asesores, y no se conoció sino hasta años después.
Mito: Washington ganó y Moscú perdió
Realidad: Estados Unidos sí ganó, pero también lo hizo la Unión Soviética. Los misiles Jupiter se describen a veces como casi obsoletos, pero se les había comenzado a producir apenas unos meses antes, y tenían plena capacidad de
llegar a la Unión Soviética. Su retiro, junto con las garantías de Kennedy de no invadir Cuba, dio a Jrushchev suf icientes razones para creer que no quedaría avergonzado, y un día después anunció el desmantelamiento inminente de las armas de ataque en Cuba.
Poco después, se instaló una línea telefónica de comunicación directa entre el Presidente de Estados Unidos y el líder ruso, y ambas naciones abrieron discusiones que llevaron al Tratado de Prohibición Limitada de los Ensayos Nucleares y después al Tratado de No Proliferación de armas atómicas.
Mito: Fue una confrontación en alta mar
Realidad: Es cierto que la crisis de los misiles pasó por muchos momentos tensos. El 27 de octubre, un
buque de guerra estadounidense soltó cargas explosivas hacia un submarino soviético que portaba armas nucleares,
y los soviéticos derribaron un avión espía U-2 sobre territorio cubano. Fue "el día más oscuro y peligroso de la crisis", consideró Kornbluh. Pero el 22 de octubre, Kennedy anunció la cuarentena naval de Estados Unidos alrededor de la isla para impedir la llegada de más equipo militar. Jrushchev ordenó el regreso de los barcos
que transportaban equipo nuclear al día siguiente, de acuerdo con el libro "One Minute to Midnight", de Michael Dobbs. Esa publicación de 2008 se basó en documentos soviéticos a los que se tuvo acceso reciente.
"Nunca ocurrió eso de que se miraran a los ojos", dijo Kornbluh, analista del National Security Archive sobre Cuba. Esa organización ha trabajado durante décadas en busca de la revelación de documentos sobre la crisis de los misiles. "Esa confrontación nunca ocurrió".
Mito: Fue un éxito de las investigaciones de la CIA
Realidad: Además de enterarse un día después del regreso de los buques soviéticos, la CIA se perdió de varios hechos clave que hubieran ayudado a que Kennedy y sus asesores manejaran mejor la crisis.
La CIA se enteró tarde de la presencia de los misiles balísticos en Cuba, que estaban ya en operación para cuando se informó a Kennedy de su existencia. La agencia tampoco estuvo al tanto de otros misiles nucleares tácticos en Cuba, que podrían haberse emplazado para contrarrestar un ataque estadounidense. Los soviéticos habían colocado incluso misiles con ojivas nucleares en un risco cercano a la base naval estadounidense en Guantánamo, como preparativo
para una invasión. "Iban a pulverizar la base", dijo Kornbluh.
Mito: La crisis duró sólo 13 días
Realidad: Este mito se ha perpetuado en parte por el título de las memorias póstumas de Robert F. Kennedy,
"Thirteen Days" (Trece Días), así como por la película del mismo nombre, que estelarizó Kevin Costner en 2000. De hecho, transcurrieron 13 días desde el 16 de octubre, cuando se informó a Kennedy sobre los misiles, hasta el 28 de ese mes, fecha en que los soviéticos anunciaron su retirada.
Pero la "Crisis de octubre", como se conoce en Cuba, se prolongó por aproximadamente otro mes de tensión, en
lo que Kornbluh ha llamado la "Extensión de noviembre", cuando Washington y Moscú discutieron los detalles de
cuáles armas exactamente serían retiradas.
La Unión Soviética tuvo también problemas para lidiar con Fidel Castro, de acuerdo con un documento del país europeo, revelado este mes por Svetlana Savranskaya, analista del National Security Archive para Rusia.
El viceprimer Ministro Anastas Mikoyan Mikoyan viajó a Cuba el 2 de noviembre y pasó 20 días en tensas onversaciones con el Presidente cubano, quien estaba disgustado por el hecho de que los soviéticos hubieran alcanzado un acuerdo sin consultarlo.
Castro insistió sin éxito en mantener las armas nucleares tácticas de las que Estados Unidos no tenía conocimiento.