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"Falsificación de documentos"

"Detecta SEP miles de títulos 'pirata'"

"De Enfermería, Medicina y Derecho, los documentos más falsificados; identifica más de 3 mil cédulas apócrifas entre 2002 y 2012"
15/11/2015 06:19

    MÉXICO (UNIV)._ Títulos universitarios en las carreras de Enfermería, Medicina y Derecho son los más demandados para falsificar a nivel superior, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación Pública; de 2002 a 2012 la dependencia detectó 3 mil 147 cédulas apócrifas. 

    El director de Profesiones de la SEP, Hugo Talancón, reconoce que impresores de Santo Domingo, en el Centro Histórico de la capital del País, copian hasta los mínimos detalles, lo que obliga a reforzar constantemente las medidas de seguridad en documentos oficiales. 

    En la Procuraduría General de la República más de 50 expertos verifican documentos para apoyar en las averiguaciones previas. Señalan que hay todo tipo de falsificaciones, desde burdas hasta muy elaboradas.
    Datos de la SEP ubican al certificado de bachillerato como otro de los documentos más falsificados, con mil 914 casos de 2002 a 2012. 

    El lunes pasado, EL UNIVERSAL informó que realizó un ejercicio con el cual se obtuvo en seis horas un título de ingeniero en Mecatrónica del Tecnológico de Monterrey. 


    Los más falsificados 

    Enfermería, Medicina y Derecho son las carreras más solicitadas para falsificaciones, de acuerdo con registros de la SEP. La dependencia tiene bajo resguardo 3 mil 147 cédulas apócrifas, correspondientes al periodo 2002-2012. 

    La cifra podría parecer baja cuando los impresores de Santo Domingo advierten que no pasa un día sin que lleguen clientes a preguntar por certificados de estudio.
    El desempleo, dicen, aumenta la demanda. 

    "Es un fraude, pero es útil", "ayuda a conseguir chamba", "saca del apuro", comentan.
    Hugo Talancón, director de Profesiones de la SEP, reconoce la competencia de Santo Domingo.
    "Los perversos hacen las cosas muy bien, copian hasta los mínimos detalles". Las falsificaciones son innumerables. "Sí nos llegan permanentemente documentos apócrifos", admite el funcionario. 

    Aunque la papelería oficial tiene medidas de seguridad, deben reforzarlas constantemente.
    En el caso de la cédula, explica Talancón, hasta 1998 carecía de candados, ahora ya cuenta con 13, pero la falsificación no para, "aunque son copias muy burdas".


    Guadalupe González Arrieta, perito de la Procuraduría General de la República (PGR), dice que el uso de nueva tecnología permite encontrar todo tipo de falsificaciones, desde burdas hasta muy elaboradas. 

    La Coordinación General de Servicios Periciales donde trabaja cuenta con 25 expertos a nivel central y una treintena al interior del País, ellos verifican la autenticidad de los documentos cuestionados. Con su dictamen apoyan al Ministerio Público en la integración de averiguaciones previas. 

    De acuerdo con estadísticas de la SEP, el documento educativo más falsificado es el certificado de bachillerato: de 2002 a 2012 se registraron mil 914 casos. Las instituciones que supuestamente los expiden corresponden a escuelas de la SEP (DGETI, DGB, CETIS, CETM, CECYT, CBTA), con 56%; Colegio de Bachilleres, 14%; Universidad Autónoma de Guerrero, 13%; la Autónoma de Morelos, 4%; la Benemérita Autónoma de Puebla, la Benito Juárez de Oaxaca, la Autónoma de San Luis Potosí, todas con 3%; la Autónoma de Tamaulipas y la Autónoma del Estado de México, con 2%. 

    Entre las principales entidades con mayor cantidad de documentos falsos, según la cantidad de egresados, destacan: Tamaulipas, Distrito Federal, Estado de México, Guerrero, Puebla, Michoacán e Hidalgo. 

    La expedición de la cédula es obligada para 27 profesiones consideradas de alto impacto, aquellas vinculadas a la vida, patrimonio, salud, seguridad y libertad. 

    De acuerdo con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), en términos legales es forzoso obtener la cédula en todos los programas de estudio superior, pero en la práctica hay disciplinas en las que los egresados comienzan a trabajar sin la necesidad del documento. "Es el mercado laboral el que determina la necesidad o no de la cédula", especifica la ANUIES.


    Cinco años de cárcel 

    Los documentos falsos se detectan durante algún trámite oficial o por el reporte de personas que buscan verificar su autenticidad. Cuando la SEP descubre material apócrifo, lo retiene y hace la denuncia ante la PGR. La producción y el uso de documentos oficiales falsos es un delito que alcanza más de cinco años de cárcel. 

    Consultada sobre el tema, la PGR argumenta el principio de secrecía de las averiguaciones previas, para omitir el número de denuncias presentadas y las consignaciones. 

    Es Óscar Montes de Oca, subprocurador de Averiguaciones Previas Desconcentradas de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), quien explica y da cifras de la problemática. La falsificación de documentos involucra al que fabrica y al que lo usa. En cualquier caso es delito y se multa hasta con 5 mil días de salario mínimo.
    La cédula profesional es otro de los documentos más falsificados, junto con la credencial de elector, actas de nacimiento, pasaporte y documentación de vehículos. La incidencia del delito, dice el funcionario, ha disminuido porque al haber "más controles para autentificar, se reduce la demanda". 

    Enumera datos que constatan su dicho: de enero a diciembre de 2010, la PGJDF reportó 597 averiguaciones previas iniciadas por falsificación de documentos en el Distrito Federal, al siguiente año bajó a 535 y en 2012 fueron 428.
    La autoridad conoce del delito por denuncia o querella, sin ellas no puede proceder. Realiza operativos ante denuncias u orden judicial. Aun cuando se logra capturar a grupos falsificadores, es difícil comprobarles el delito. 

    De acuerdo con datos del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, de 2011 a agosto de 2013, 47 personas fueron consignadas por falsificación o alteración de un documentos público o privado. 

    Según la PGJDF, de enero de 2012 a septiembre de 2013, 95 personas fueron puestas a disposición por falsificación de documentos en flagrancia y 30 fueron consignadas como probables responsables. 

    Montes de Oca explica que los detenidos tienen derecho a la caución, la mayoría sigue su proceso en libertad. El caso particular del uso de cédulas profesionales falsas es un delito federal y corresponde a la PGR darle seguimiento. "Nosotros conocemos del delito, practicamos diligencias básicas y lo enviamos. A ellos compete concluir la investigación", refiere el subprocurador.


    De ambulante a economista 

    En menos de un lustro, el ir y venir por la ciudad cargado con pacas de ropa terminó para Santiago. La monotonía del ambulantaje se desdibujó ante la esperanza de un nuevo trabajo en una unidad de investigación policial. Corría el año 2005 y su rutina dio un vuelco cuando una convocatoria publicada en el periódico llamó su atención. Solicitaban gente para ser policías, él cumplía parte de los requisitos. "¿Por qué no?", pensó vacilante. El perfil pedía bachillerato como escolaridad mínima. No lo tenía, pero había forma de "acreditarlo" rápido. 

    En una semana ingresó su documentación y esperó con fortuna. Consiguió el puesto. "No hay revisión rigurosa, cada quien anda en lo suyo", nos cuenta. Pasaron meses, se habituó al procedimiento de la oficina. Gracias a los horarios corridos estrechó lazos de compañerismo. Alguien le hizo notar: "Si quieres subir y entrar a escalafón, necesitas papeles". Esas palabras lo ensimismaron, empezó a fraguar: si el "bachillerato" le benefició, bien podría soñar con la "licenciatura". 

    Lejos quedó la incertidumbre de la vez primera, dirigió sus pasos a la Plaza de Santo Domingo. Recurriría de nuevo a los servicios de alguno de los talleres ubicados, paradójicamente, frente al edificio sede de la Secretaría de Educación Pública (SEP). "Al llegar me preguntaron qué carrera quería. Escogí Economía porque es de esas que la gente no te anda pidiendo asesoría", menciona. El trabajo de imprenta requirió un par de horas: pagó casi 10 mil pesos por título y cédula. 

    Al poco tiempo se convirtió en jefe de 25 personas. La suerte fue efímera. En 2010 llegó un nuevo superior, traía su propio equipo. Antes de que revisaran su expediente y lo sometieran a un procedimiento disciplinario, Santiago pidió su baja. Sabía que faltar a la confianza presentando documentos oficiales falsos significaba cárcel. 

    Evitó el trance. Había ahorrado y con ese dinero se volvió agiotista. "Tuve necesidad de solicitar un certificado de bachillerato, luego de profesionista. Como experiencia tuve, ya lo hice, pero no hay que meterse en estos asuntos porque son muy graves, se pone en juego la libertad", resume abatido. 

    "Este caso es como el de miles", considera Juan Aguilera, abogado penalista. Sabe de lo que habla. Asegura que recibe un promedio mensual de cinco peticiones de apoyo legal, hay años en que ha llevado hasta 120 procesos vinculados a la falsificación de cédulas. 

    Explica que es un delito a la baja porque hay más métodos para verificar la autenticidad de los documentos. Con todo, "aún hay mucha gente que cae engañada en algún trámite educativo. No falta quien lo haga porque tiene un puesto importante asegurado y cree que no será descubierto. Este problema toca niveles muy altos, tanto en la iniciativa privada como en el gobierno". 

    Gestores y favores 

    Hace lustros había una figura clave en el proceso de certificación: el gestor. La SEP detectó despachos de gestoría en los que había particulares que hacían trámites y cobraban sumas por encima del costo real. 

    Talancón Escobedo, director de Profesiones de la SEP, admite que estos casos obligaron a reforzar los mecanismos internos: "Las universidades deben acreditar a sus gestores. Tienen que estar en nómina porque la institución responde por lo que hagan. Lo hemos exigido para evitar esos personajes o malas interpretaciones". 

    En Santo Domingo hay gente que promete registros válidos de la SEP, otros son menos osados: "Antes sí se podía porque había un muchacho que tenía conectes con funcionarios que se hacían de la vista gorda, pero está entambado y no hay quien haga el enlace". También cuentan que una mujer llevó el número de cédula de una persona homónima, así pretendía disminuir el riesgo de presentar una cédula falsa. 

    El abogado Juan Aguilera descarta estas posibilidades: "El proceso de validación de documentos pasa por varias manos, no es posible que obtengan un documento bueno. La gente debe entender que es un engaño. Mi consejo es: no lo hagan. Para qué poner en riesgo su libertad".