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"El hombre que defendió a Francisco I. Madero"

"El hombre que defendió a Francisco I. Madero"
14/11/2015 06:51

    MÉXICO (UNIV)._ Tras diez días de combate entre los militares sublevados y sus leales, el 18 de febrero de 1913, el presidente Francisco I. Madero se encontraba reunido con sus ministros en el salón de Acuerdos de Palacio Nacional, cuando súbitamente fueron interrumpidos por el teniente coronel Teodoro Jiménez Riveroll, el mayor Rafael Izquierdo y varios soldados, bajo el mando del general Aureliano Blanquet, todos dispuestos a disparar contra Madero.
    Mientras Jiménez Riveroll tomaba de un brazo al presidente para apresarlo, el capitán Gustavo Garmendia, oficial del Estado Mayor que había acompañado a Madero en el viaje a Cuernavaca en busca de la ayuda de Felipe Ángeles, desenfundó su pistola y mató a Jiménez Riveroll y a Rafael Izquierdo.
    Una placa de bronce instalada en 1972 en los muros de Palacio Nacional recuerda ese acto heroico de Garmendia y los que defendieron a Madero en Palacio Nacional y que daría origen al Día Nacional de la Lealtad, que se celebra este 18 de febrero.
    Para conmemorar los cien años de ese evento que se enmarca dentro de la Decena Trágica, familiares, autoridades y un grupo de cadetes de la Academia Ignacio Zaragoza de Puebla montarán este lunes a las 12:30 una guardia de honor en la tumba de Gustavo Garmendia, en el Panteón Francés de la ciudad de México.
    Nacido en Oaxaca en agosto de 1881, Gustavo Garmendia y Villafaña, es recordado por su sobrino-bisnieto, el historiador poblano Aldo Rivero Pastor como un valiente militar que, como pocos, se atrevió a defender con su vida a Francisco I Madero, en un momento en que sus más cercanos lo habían traicionado.
    "Garmendia, fue amigo personal de Madero, ocupó el cargo de Oficial del Estado Mayor Presidencial durante la breve presidencia maderista, del 11 de noviembre de 1911 al 9 de octubre de 1912, y por segunda ocasión hasta el 18 de febrero de 1913, dejando el cargo por deserción; jugó un papel importante dentro del Gabinete de Madero", detalla el historiador.
    Rivero Pastor, quien ha documentado la vida de su antepasado a través de los relatos orales de la familia, así como con el expediente de Garmendia que resguarda la Secretaría de la Defensa Nacional, relata que en la confusión del momento en que apresaron a Madero, Garmendia logró huir de Palacio Nacional, "trepando con los codos por entre los muros de colindancia, corriendo por las azoteas hacia la calle de Corregidora".
    Por varios días se escondió en una casa, cercana a su domicilio en Tacubaya y antes de huir disfrazado de polizón en un ferrocarril hacia el norte del país, se quemó el rostro con permanganato para evitar ser apresado por el nuevo régimen de Victoriano Huerta, tal como lo documenta un telegrama emitido por el general Manuel Mondragón, donde se solicita su aprehensión como desertor del ejército.
    Ya en el norte, se unió al general Álvaro Obregón, para combatir a Victoriano Huerta. Sería en esa parte del país donde encontraría la muerte, el 12 de noviembre de 1913, en el asalto y toma de Culiacán, Sinaloa, desangrado entre unas zarzas, debido a una herida de bala en una pierna. Un episodio que relataría el mismo Martín Luis Guzmán en una de sus novelas.
    En diciembre de 1916, los restos de Gustavo Garmendia fueron trasladados a la ciudad de México, por órdenes del presidente Venustiano Carranza y enterrados en el Panteón Francés de México, donde este lunes será recordado por sus familiares y algunos cadetes como aquel valiente militar que defendió al Apóstol de la Democracia.