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"SEQUÍA"

"Fluye lento apoyo para los rarámuris"

"La Secretaría de Gobernación declaró un estado de emergencia en 37 municipios de la Sierra Madre Occidental, donde se encuentra la región Tarahumara"
10/11/2015 06:38

    GUACHOCHI, México (AP)._ Han pasado meses desde la última vez que María Luisa González y su marido pudieron cosechar algo en su parcela, afectada por la sequía. Tampoco han podido pescar en un lago que ahora parece más bien un fangal.
    Como otros indígenas rarámuris que sufren la severa sequía en las extensas barrancas del norte de México, González dijo que no había recibido ayuda hasta fines de enero, casi dos meses después de que el Presidente Felipe Calderón afirmó que había evaluado los daños por la sequía y que su gobierno atendía la crisis.
    La Secretaría de Gobernación declaró un estado de emergencia en 37 municipios de la Sierra Madre Occidental, donde se encuentra la región Tarahumara, nombre que se da también a los indígenas que la habitan, quienes prefieren llamarse rarámuris.
    La primera parte de la ayuda federal se comenzó a repartir el jueves, y el Gobierno organizó un acto especial al que asistieron periodistas y el propio Calderón. Su esposa Margarita Zavala ayudó al Mandatario a colocar cajas de víveres en un avión, sobre una pista rural de aterrizaje en el estado de Chihuahua, donde los rarámuris viven, a veces dentro de cavernas, en un conjunto de montañas y barrancas más extenso que el Gran Cañón del Colorado en Estados Unidos.
    "Quiero enfatizar que la atención de la Sierra Tarahumara siempre ha tenido la máxima prioridad para mi Gobierno", dijo Calderón en una conferencia de prensa, en la que añadió que la Marina distribuiría 119 toneladas de alimentos.
    Pero González dice que las promesas de distintas autoridades se han incumplido desde octubre, cuando sus parcelas no dieron cosecha alguna de maíz, papa o frijol.
    "No nos había llegado nada", dijo la mujer de 67 años. "Si sigue así, vamos a morirnos de hambre, porque, ¿de donde vamos a agarrarnos? Está seca, seca la laguna".
    El 1 de diciembre, Calderón dijo que su Gobierno tenía controlado el problema, originado por la peor sequía que ha afectado el norte de México en 70 años. Un viaje realizado a la región mostró que las familias estaban recibiendo donaciones privadas, pero muy poca ayuda del Gobierno. Incluso las autoridades del estado de Chihuahua reconocieron que la respuesta ha sido lenta.
    Jesús Velásquez, coordinador de un programa que distribuye recursos del estado a los rarámuris, dijo que la ayuda tardó mucho.
    No había, sino hasta la llegada de Calderón, un programa federal para atender el problema, dijo el funcionario, quien coordina también las iniciativas de asistencia alimentaria con la Marina y con organizaciones privadas. Sin embargo, señaló que hace falta mucho por hacer.
    El sábado, el Gobierno federal emitió un comunicado en respuesta a preguntas que le había enviado la AP. El documento mostró imágenes de Calderón, distribuyendo alimentos y frazadas, el 30 de noviembre.
    La declaración señaló que se ha intensificado el apoyo desde enero, involucrando al Ejército y a la Marina.
    El 24 de enero, la Secretaría de Desarrollo Social comenzó a distribuir cajas con 10 kilos de alimento cada una en 107 albergues ubicados en la región. El subsecretario de esa dependencia Luis Mejía dijo que el envío de alimentos llevó tiempo porque los funcionarios no podían pagar las labores logísticas sino hasta que se declarara el estado de emergencia.
    Los habitantes del pueblo Laguna de Aboreachi dicen que el primer envío de ayuda llegó la semana pasada, no del gobierno, sino de un equipo de rescatistas sin fines de lucro, con sede en la Ciudad de México y conocido como Los Topos. Ese grupo, especializado en salvamento de víctimas de terremotos, envió un camión cargado con 14 toneladas de comida, agua, frazadas y ropa usada.
    Los funcionarios estatales dicen que han distribuido ayuda desde noviembre, pero que ésta ha llegado sólo a la mitad de las 70 mil familias necesitadas. Los 50 kilos de maíz, 44 toneladas de frijol y cuatro toneladas de carne de cerdo que se han entregado duran sólo alrededor de un mes, y los trabajadores asistenciales deberán emprender otra ronda de entrega, cuando se agote el alimento.
    Incluso con el arribo de camiones y aeronaves que transportan víveres, es difícil llegar a la gente que vive en las barrancas, a las que puede llegarse sólo a pie o a caballo.
    Los rarámuris enfrenta escasez de alimentos cada invierno, por el intenso frío y el terreno agreste. Durante esa época, muchos emigran a las ciudades, donde viven en las calles.
    Guadalupe Bustillos, de 45 años, dijo que, algunos días, el único alimento que habían probado ella y su esposo había sido una mezcla de polvo de maíz, llamada pinole, que se sirve en un vaso con agua. La semana pasada, cuando vio un camión que transportaba ayuda de Los Topos, consiguió una bolsa llena de botellas de agua, arroz, atún y ropa usada.
    Además de los esfuerzos estatales, la Cruz Roja redobló la ayuda alimentaria a esa región, de las cinco toneladas que entregaba normalmente durante el invierno, a 300 toneladas de comida enlatada, que llegó en ferrocarril en las últimas semanas.

    70 mil
    Las familias rarámuris que necesitan ayuda en la sierra Tarahumara