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"Investigan traición en crimen de Edgar Millán"

"Investigan traición en crimen de Edgar Millán"
06/11/2015 08:18

    MÉXICO (UNIV)._ Autoridades federales indagan en el entorno laboral de Edgar Millán Gómez, coordinador de Seguridad Regional de la Policía Federal ejecutado el pasado jueves, en busca de pistas sobre el origen de la traición que facilitó su homicidio.
    Según esas investigaciones, Millán Gómez tuvo un serio altercado hace unas semanas con un mando de esa división, que fue el punto culminante de diferencias entre ambos sobre el proceso para reestructurar a la corporación.
    La Coordinación de Seguridad Regional, integrada con personal de la antigua Policía Federal de Caminos, es el área que mayor resistencia opuso desde el principio al proyecto, impulsado por el Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y sus colaboradores más cercanos, entre ellos Millán.
    Las fricciones iniciaron con la decisión de articular a la Agencia Federal de Investigación y a la Policía Federal Preventiva como parte de la estrategia de combate al crimen organizado que planteó García Luna.
    El funcionario reorientó el perfil de la división, dejando en segundo plano la vigilancia carretera y las infracciones a automovilistas, por una mayor participación en tareas de inteligencia y en operativos contra el crimen organizado,
    El secretario planteó la creación de 536 estaciones regionales de policía en las comunidades con mayor incidencia delictiva, que serían coordinadas por 50 comandancias regionales, con funciones específicas de investigación, análisis, generación de inteligencia y persecución del delito.
    En los círculos cercanos al secretario se atribuía la molestia por los cambios a que el nuevo esquema afectaba presuntamente intereses de agentes de la corporación con el tráfico de drogas, indocumentados y armas, que transita por las carreteras del país, cuya seguridad está a cargo de la coordinación. 

    MOLESTIAS
    Mandos y agentes se quejaron reiteradamente de que el personal de AFI había llegado a la Policía Federal Preventiva a desplazarlos, ocupando los cargos mejor pagados y de mayor responsabilidad, aunque sin tomar medidas radicales para hacer público su descontento.
    Los desacuerdos se dieron no sólo sobre temas aparentemente triviales, como el cambio de colores y emblemas de la nueva Policía Federal y la unificación de su imagen, sino también en la reorganización de las tareas que hasta entonces venían cumpliendo los poco más de cinco mil agentes de esa corporación.