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"DECESO"

"Menor agoniza año y medio y muere, en Puebla, por bullying"

"Otro estudiante falleció apenas en enero pasado luego de ser atacado por uno de sus compañeros con arma blanca"
16/11/2015 08:58

    SinEmbargo

    MÉXICO (SinEmbargo).- Tras casi año y medio de agonía, Antonio de Jesús López Monje, un niño de 14 años de edad víctima de bullying en la Secundaria Técnica Número 10 Galileo Galilei de Amozoc, en Puebla, murió el 2 de marzo pasado. Fue sepultado en la comunidad de Atencingo, en la región mixteca, lugar de donde era originario.

    Aunque el caso fue apenas difundido en México, sí fue reseñada en la prensa extranjera. La razón: no es el primer menor poblano que muere este año víctima de bullying. El 28 de enero pasado, un estudiante de la Secundaria Federal número 5 "Jesús Romero Flores" falleció luego de ser atacado por uno de sus compañeros con arma blanca.

    De acuerdo con datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), tan sólo en el estado de Puebla hubo un total de cuatro reportes de maltrato físico y 52 de acoso escolar durante 2014. Los reportes fueron hechos por estudiantes y padres de familia a través de la línea telefónica Educatel.

    Los hechos ocurrieron en la colonia Ampliación San Felipe, en Puebla, cuando Gregorio "N" de 14 años de edad, atacó a su compañero Isaac Salazar Cuautle, de 13 años. La víctima sufrió una lesión en uno de los costados, abajo de las costillas. Fue trasladada al Hospital del ISSSTE ubicado en la zona, donde falleció.

    Ahora, Antonio de Jesús López Monje no pudo cumplir su último deseo: ver el mar.

    Sus doctores le negaron el permiso para evitar mayores complicaciones, ya que pasó 17 meses internado en el hospital con daño cerebral tras la severa golpiza que recibió de un grupo de cuatro jóvenes que aún no han sido detenidos por las autoridades.

    "Toñito", como sus padres y sus amigos le llamaban, fue atacado mientras caminaba a su casa en Amozoc, el 28 de octubre de 2013, cuando tenía 12 años cumplidos. Lo golpearon en un ataque "sin sentido y repugnante", dijo su padre Roberto López. Fue llevado al hospital con un coágulo de sangre en el cerebro, para después entrar en coma.

    "Su muerte resultó de los golpes que le dieron en la escuela unos compañeros suyos allá en Puebla, allá en la escuela Galileo Galilei. Estuvo en tratamiento allá en [la Ciudad de México] casi un año, más de un año; entonces, ya no tenía cura y nos lo trajimos para aquí, para su casa", explicó el papá de "Toñito".
    Los daños cerebrales más perceptibles que Antonio de Jesús presentaba eran no poder sostenerse en su propio pie, no reconocer a sus familiares, no controlar sus manos, los esfínteres; falta de habilidades lingüísticas y perdida de memoria.

    Por la agresión que el menor sufrió, fue destituido el director de la escuela, Margarito Basilio Gómez. Eso fue hace dos años y nadie más ha respondido por los hechos.

    Durante el funeral del niño, su madre, María de Jesús Monje Tapia, exigió justicia y que las autoridades castiguen a los responsables. Pero hasta el momento las autoridades han sido omisas en ese rubro.

    El niño no informó a sus padres de inmediato sobre el ataque. Tenía miedo a ser regañado. Argumentó que sólo le dolía la cabeza, por lo que prefirió dormir. La madre del menor relató a la agencia Notimex que horas más tarde, los dolores fueron más intensos y de momento se desmayó, por lo que fue hospitalizado de inmediato y luego trasladado al Hospital Juárez en la Ciudad de México.

    En 16 meses, el menor fue sometido a nueve operaciones en el cerebro, debido a que en primera instancia los médicos le encontraron un derrame cerebral que lo mantuvo en coma. Después de una de esas cirugías, realizada a mediados de 2014, los doctores informaron que Antonio tenía muerte cerebral parcial y había perdido 60 por ciento de la vista debido a los golpes que recibió.

    Para su madre fue doloroso todo este proceso, ya que ella se separó de su esposo, y sola tuvo que sortear la falta de memoria que padeció su hijo, la falta de sensibilidad que posteriormente tuvo en su cuerpo y la pérdida de movilidad en su ojo izquierdo. Después de meses de lucha, fue a inicios de esta semana cuando finalmente muere el menor, en medio de la pobreza, situación que obligó a su madre a pedir la ayuda de las autoridades porque no tenía ni para el funeral de su hijo.

    PROMESAS POBLANAS

    Al respecto la Procuraduría General de Justicia de Puebla (PGJ) dio a conocer que tras conocer del fallecimiento del menor, otorgó todo su apoyo a la familia, como el pago de los trámites de defunción, ataúd, orientación psicológica y traslados. Sin embargo, durante el entierro del menor, la madre denunció que no ha tenido mayor apoyo por parte de la institución de procuración de justicia en Puebla.

    La madre dijo además que ofreció a la Procuraduría estatal algunas pruebas y pistas sobre el caso de su hijo, no obstante, nunca se le dieron a conocer los avances de la investigación o de algún castigo para los atacantes. Monge Tapia dijo que su hijo no merecía morir así porque no era vago, estudiaba y era un hijo de familia, por lo que no desea que alguien pase por lo mismo que ella.

    Anastasio Galicia y Alejandra Cortes, familiares del menor, aceptaron por su parte que durante este tiempo se descuidó el cauce legal del caso, ya que los padres de "Toñito" estaban más preocupados por su salud, que por otros aspectos. De igual manera se agilizó el trámite de la necropsia, la cual se desarrolló en Izúcar de Matamoros, para que con base en el resultado se conozca la causa por la cual perdió la vida el menor.

    La dependencia subrayó que realiza las diligencias necesarias en la investigación de los hechos asentados en la averiguación previa 655/2013/DMZS, iniciada en octubre de 2013. La Secretaría de Educación Pública de Puebla no ha emitido su postura tras el fallecimiento del estudiante de secundaria.

    INSTITUCIONES REPROBADAS: IMCO

    Algunas observaciones hechas por la asociación Mejora Tu Escuela, impulsada por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), realizadas en las instituciones educativas a las que asisten víctimas del bullying y sus victimarios, como la escuela en la que estaba matriculado "Toñito", arrojan como resultados que estás aparecen como "reprobadas" por el Semáforo Educativo ante los altos porcentajes de alumnos con malas calificaciones y carencia de espacios recreativos.

    En el caso de la escuela donde estudió "Toñito", el IMCO detectó en su reporte (del ciclo escolar 2013-2014), que esta secundaria carece de patio de recreo, plaza cívica y área deportiva, y apenas cuenta con una sala de cómputo, esto a pesar de que da espacio a más de medio millar de estudiantes de esa zona.

    Además, la Secundaria "Gral. Ignacio Zaragoza", que también se encuentra en Amozoc y donde el año pasado también una estudiante fue brutalmente golpeada, Evelyn S., esto en mayo de 2014, se ubicó en la posición 1318 de las 1880 escuelas analizadas por Mejora Tu Escuela. En esta institución, según se expone en el reporte, se carece de servicio de abastecimiento de agua por parte de una red pública y su calificación también fue reprobatoria.

    Tan sólo entre la secundaria "Gral. Ignacio Zaragoza" y la "Galileo Galilei", Mejora Tu Escuela advierte que más de mil 700 estudiantes de Amozoc asisten a instituciones que no reúnen las condiciones para una buena formación académica.

    Mejora Tu Escuela, tomó los resultados de las Pruebas Enlace de cada una de las instituciones para hacer un muestreo de cuántos alumnos tienen deficiencias en Español y Matemáticas. La Escuela Secundaria "Gral. Ignacio Zaragoza", expone que el 0.49 por ciento de sus estudiantes no aprobaron esos exámenes y la "Galileo Galilei" con 0.46 por ciento.

    LOS ACOSADORES, ACOSADOS

    Los casos de "bullying" o acoso escolar no sólo se han incrementado sino que cada vez son más crueles. Incluso dos de ellos en Puebla han terminado en muertes. Pero el problema se debe a que los acosadores también han sido víctimas de violencia o abandono de sus familias, según le aseguró al portal E-Consulta el doctor Arturo Villanueva González, coordinador de la Facultad de Educación De la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

    "El problema es ahora una cuestión social, porque antes el abusador estaba consciente de que estaba abusando, de que estaba mal lo que hacía, pero ahora el acosador ni siquiera está consciente del daño que puede causar", dijo Villanueva González. Esta cuestión de superficialidad en el acosador y la gente que le rodea hace que la conducta se multiplique y, hasta en algunos casos, se fomente por los propios estudiantes.

    Las agresiones se vuelven cada vez más crueles y riesgosas, también porque con las redes sociales y la tecnología se transformaron un escaparate para exhibir este tipo de conductas. "Ahora hay una crueldad impresionante que puede llegar hasta la muerte, pero no es sólo la violencia física sino también la violencia emocional (…) hay mucho dolor y mucho resentimiento por parte del acosador", explicó el académico.