"Muere sacerdote que medió entre narcos y nuncio"
ENSENADA (EFE)._ El sacerdote mexicano Gerardo Montaño Rubio, quien fue centro de una polémica porque medió entre capos para una reunión con el Nuncio en México, en 1994, falleció a los 58 años en el puerto mexicano de Ensenada, se informó ayer.
El sacerdote, ordenado presbítero el 14 de junio de 1978, murió el lunes víctima de un coma diabético, informó el Arzobispado de Ensenada, en el estado de Baja California, centro de operaciones del cártel de los hermanos Arellano Félix.
Montaño había revelado que fue contactado en 1994 por los hermanos Benjamín y Ramón Arellano Félix, que desde años antes eran de los criminales más buscados en el País, para que les facilitara una entrevista que tuvo lugar con el entonces Nuncio Girólamo Prigione, en la Nunciatura, ubicada en el sur de Ciudad de México.
En el encuentro secreto, los hermanos Arellano Félix buscaron hacer llegar al Gobierno mexicano, encabezado entonces por Carlos Salinas, el mensaje de que ellos no habían asesinado al Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, en la ciudad de Guadalajara, en marzo de 1993, tal y como se les atribuía.
Años después, cuando la esposa de uno de los capos reveló a la prensa el encuentro, se conoció de la intermediación del sacerdote Montaño, quien fue cambiado de Tijuana al puerto de Ensenada.
En una entrevista, el religioso dijo que se sentía tranquilo por este pasaje de su vida y justificó el haber procedido de esta forma a petición de la esposa de Benjamín Arellano.
En septiembre de 1993 fue encargado diocesano de la construcción de la Nueva Catedral y rector del Templo Nuestra Señora de Guadalupe, zona río, en Tijuana. En esos años fue cuando se relacionó con la familia de los Arellano Félix.