"Pemex: 70 años de altibajos"
Manlio Tirado
En sus 70 años de existencia, a Pemex se le han asignado diferentes misiones que no siempre ha podido cumplir. Los problemas se originan cuando su producción y reservas empiezan a descender, como sucede hoy y como ocurrió hace 36 años.
En 1938 se creó Petróleos Mexicanos, una entidad que se encargó de administrar los bienes expropiados ese año a las compañías extranjeras. También se establecieron otros organismos para distribuir el crudo en los mercados nacional e internacional. En agosto de 1940 todos estos organismos se reunieron en uno solo, denominado Petróleos Mexicanos.
En ese momento México dejó de exportar crudo debido a que le cerraron el mercado externo y la producción de petróleo estaba en declive. En esas condiciones, se asignó a Pemex la tarea de cubrir la demanda interna de hidrocarburos. Esta política se mantuvo hasta 1974.
Antonio J. Bermúdez, director general de Pemex desde 1946 hasta 1958, durante los sexenios de Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Cortines, estaba convencido de que México debía dedicarse exclusivamente a atender el mercado doméstico.
México, dijo, no es un exportador importante de petróleo y no es una política nacional el que se convierta en uno. Es ilusorio, y sería dañino, pretender que el petróleo producido y exportado en grandes cantidades podría convertirse en el factotum de la economía mexicana y en la panacea para los males económicos de México.
Los primeros 35 años
Pemex tuvo que vender productos a bajo precio y otorgar subsidios directos con el fi n de promover el desarrollo industrial y agrícola del País, los transportes y la producción de electricidad.
Entre 1939 y 1958 no aumentó Pemex sus precios, fue autorizado a elevarlos hasta 1959, pero a una tasa muy inferior al incremento de los precios internos registrado en esos 20 años, señala el economista Ángel de la Vega en su ensayo titulado Mercado interno, mercado internacional, de 1938 a los 70.
Las políticas respecto a las modalidades del abastecimiento energético incidieron sobre el desarrollo y desempeño de Pemex, escribe De la Vega.
Las cargas que esa empresa pública debía soportar por el pago de salarios más elevados que en el resto de la economía, por el pago de impuestos y de subsidios hacia otros sectores explican que sus capacidades de autofi nanciamiento hayan sido insufi cientes para seguir el ritmo de inversión necesario para hacer frente al crecimiento de la demanda interna.
A principios de la década de 1970 las reservas petroleras decrecen y la producción permanece estancada, y al mismo tiempo la demanda se incrementa. En 1971 México comenzó a importar crudo. Para 1973 se adquiría en el exterior no sólo petróleo, también derivados de éste. Pemex abastecía el 85 por ciento de la demanda nacional.
La vuelta al mercado mundial A principios de la década de 1970 se descubrió un yacimiento petrolero que abarcaba desde el municipio de Reforma, Chiapas, hasta el de Samaria, Tabasco, y que contenía reservas por 20 mil millones de barriles. El rendimiento por pozo era de 5 mil 435 barriles diarios, muy por arriba de los 120 barriles de la media nacional.
El 20 de septiembre de 1974, Jorge Dovalí Jaime, entonces director de Pemex, anunció que en el puerto de Pajaritos, Veracruz, se efectuó el primer embarque de exportación de petróleo crudo, con un volumen de 250 mil barriles.
De ese modo México volvió al mercado mundial y sigue en él.Los precios del petróleo, que en 1973 subieron de 3 a 12 dólares por barril, siguieron en ascenso hasta llegar a los 31 dólares en 1980. Las exportaciones crecieron: de 240 mil barriles diarios en 1977 a más de un millón en 1982.
Como consecuencia, los ingresos a cuenta de las ventas de hidrocarburos en el mercado internacional se incrementaron de mil 800 millones de dólares en 1977 a 9 mil 500 millones en 1980. Las exportaciones siguieron creciendo a la par que los ingresos. Antonio J. Bermúdez había aconsejado que no se cayera en la tentación de convertir las exportaciones petroleras en la panacea para los males económicos. Su consejo fue desatendido y eso tuvo consecuencias desastrosas.
La situación cambió en 1982, año en que los precios del crudo por barril cayeron de 33 a 28 dólares y siguió cuesta abajo hasta llegar a los 12 dólares en 1986.
Simultáneamente, los ingresos también se redujeron en forma drástica de 15 mil 600 millones en 1982 a 5 mil 500 millones en 1986. Esto precipitó una de las peores crisis económicas de la historia de México, en la que hubo devaluación del peso respecto del dólar, hiperinflación (una tasa mayor al 100 por ciento) y una recesión que se prolongó por dos años.
Después de la caída
La baja en las rentas petroleras coincidió con la disminución de las reservas de los estados de Tabasco y Chiapas. El país tuvo que adaptarse a las nuevas circunstancias para no depender del petróleo, que representaba el 68 por ciento de las exportaciones totales en 1982 y que fueron decreciendo hasta llegar al 16 por ciento hoy día.
El petróleo se abarató durante la década de 1990. En 1998 llegó a 10 dólares el barril, pero desde el año 2000 empezó un nuevo ascenso al alcanzar los 25 dólares, luego en 2001 y 2002 declinó, pero siguió un repunte que todavía no termina, pasó de 34 dólares en 2004 a 61 dólares en 2007 y este año el crudo mexicano ha superado los 90 dólares.
En 1971, el pescador Rudecindo Cantarell informó a Pemex el descubrimiento de una mancha de aceite que brotaba desde el fondo del mar en la sonda de Campeche. Se exploró la zona y se encontró un depósito petrolífero con una reserva de 18 mil millones de barriles. En homenaje al pescador a ese yacimiento se le bautizó como Cantarell. El complejo de Cantarell está compuesto de cinco campos, el mayor de ellos es Akal, empezó a operar desde 1979 y reemplazó al venero de Tabasco y Chiapas que entró en declinación en 1985.
Desde 1979 hasta hoy, según informes ofi ciales, Cantarell ha producido 11 mil 500 millones de barriles, le quedan todavía 7 mil millones, pero tiende a agotarse y se plantea la necesidad de encontrar su sustituto.
Una nueva era
Pemex llega a su 70 aniversario en medio de una feroz discusión acerca de su futuro. Se vuelve a plantear petróleo disminuye, las reservas se acaban, alcanzan para menos de 10 años, y no se han encontrado nuevas para sustituirlas.
Durante 2007 la producción diaria de petróleo fue de 3 millones de barriles diarios, 5.3 por ciento inferior a la del año previo, debido fundamentalmente a la declinación de Cantarell, según comunicado de Pemex emitido el 21 de enero anterior. Debido a la falta de previsión y de inversiones, México importa gas, gasolina y dentro de poco, si no se invierte más en exploración y producción, volverá a ser importador de crudo.
La falta de sustitución de reservas se ha convertido en el factor más crítico que enfrenta Pemex hoy día, porque sin petróleo Pemex no podrá subsistir como empresa productora y exportadora, es el diagnóstico de David Shields, analista de la industria energética.
La discusión gira en torno a la pregunta ¿de dónde saldrá el dinero para explorar y descubrir grandes yacimientos, instalar nuevas refi nerías y abastecer el mercado interno del gas?
La respuesta que ha dado la izquierda a esta pregunta, por conducto de Andrés Manuel López Obrador, el autollamado presidente legítimo, consiste en que los fondos saldrían de los excedentes que se obtengan por encima del precio del petróleo f ijado por la Cámara de Diputados en el presupuesto anual y de la reducción en 200 mil millones de pesos del gasto corriente y de operación del Gobierno federal.
Lo que propone la derecha, el centro e incluso algunos izquierdistas es que esos recursos salgan de las ganancias de Pemex y de la empresa privada, asociada sobre todo para la búsqueda de grandes yacimientos en aguas profundas del Golfo de México.
Ese es el dilema que se plantea hoy
en torno al futuro de Pemex.