"Visa, prueba de resistencia"

MÉXICO (UNIV)._ Conseguir una visa para viajar a Canadá se convirtió en una prueba de resistencia que incluyó llegar 18 horas antes a la Embajada, para ser de los primeros en entregar los papeles, en cuanto abriera sus puertas a las 8:00 horas de ayer.
A la medianoche, alrededor de 400 personas ya aguardaban en la banqueta, algunos preparados con sus cobijas y un termo de café, aunque a cambio de 500 pesos algunos pudieron "apartar" su lugar en la fila.
En otro acceso de la sede diplomática otro centenar de personas, hastiadas, molestas, con hambre y cansancio, que desde el miércoles tramitaron sus papeles, esperaban todavía durante la madrugada de ayer la entrega de sus visas.
Aguantar el enojo por tener que realizar este trámite de última hora y no perder el viaje ya pagado, no era garantía de obtener el documento migratorio, sin importar el lugar del que llegarán.
Muchos de los solicitantes de una visa lo más cerca que estuvieron de territorio canadiense fue la reja de la Embajada, pues de los 3 mil 500 trámites realizados el martes y el sábado, sólo 37 por ciento fueron procesadas y aceptadas.
La esperanza de estar entre los "elegidos", hizo que Lauro López viajara con su esposa de Puerto Vallarta, Jalisco, de donde llegaron el jueves a las 8:00 horas.
Esta pareja fue la primera en la fila de solicitantes. Se instalaron en la banqueta con dos sillas que ambulantes les vendieron en 70 pesos cada una, aunque también se vieron obligados a comprar impermeables de 10 pesos para soportar los aguaceros que desde el miércoles han azotado a la ciudad de México.
Pero muchos otros tuvieron que soportar en la fila las torrenciales lluvias sin nada con qué protegerse. Todo por no perder el lugar preciado e intentar obtener la ahora valiosísima visa canadiense.
Celia García Martínez y su hijo Daniel, decididos a viajar a Vancouver, fueron más previsores. Se alistaron para pasar la noche en la acera con todo y bolsas de dormir. Aunque no contaron con la lluvia, quedaron empapados y sin posibilidad de mudarse de ropa.