Desde siempre, en Noroeste, como en muchas otras empresas, aprovechamos cada festividad para tratar de celebrar a los nuestros.
Navidad, Día del Padre, Día de las Madres, y hasta el Día de la Mujer, nos gusta detenernos un poco y festejar. Por supuesto están nuestros aniversarios de fundación, que siempre aprovechamos para conmemorar. Pero hay una celebración muy especial que nos encanta, y es la del Día del Niño.
A lo largo de los años hemos celebrado de varias formas a nuestros pequeños, hijos de quienes aquí colaboramos. Con fiestas, piñatas, piscinadas, funciones de cine y ayer sábado, en el puerto, por ejemplo, lo hicimos de una manera novedosa: nos fuimos con nuestros niños al Gran Acuario Mazatlán.
Mientras que en Culiacán, además de celebrarlos mañana lunes, también podrán visitar el set del Noticiero y ser entrevistados ahí mismo.
Podría decirse que vamos un poco atrasados con los festejos, pero solemos hacerlo así para que no se empalme con las celebraciones que los niños tienen en sus escuelas.
Son miles de niños los que han sido celebrados a lo largo de estos años, pues son cientos de empleados de Noroeste que laboran y han laborado con nosotros, pero si algo los ha distinguido es que todos los pequeños viven aquí, con sus papás, experiencias memorables, pues al ser un medio de comunicación suelen ver cosas que muchos otros niños no llegan a presenciar jamás.
Por ejemplo, ver una rotativa funcionando imprimiendo periódicos, participar en sesiones de fotos, operar equipos de fotografía o video, conocer una Redacción de un periódico, asistir a un Noticiero, en fin... nuestros niños viven experiencias significativas, y para nosotros lo más importante es que ellos se sientan parte de la empresa.
Creemos que lo logramos.
Los hijos de nuestros empleados siempre son recibidos en nuestras instalaciones, no sólo en las festividades, pues para nosotros es natural que suelan venir a nuestros edificios por diversas razones. Ya sea mientras esperan a sus padres, o por alguna tarea incluso.
De hecho, aún ahora, muchos de ellos, ya adultos, suelen recordar las celebraciones del Día del Niño con Noroeste, pues viven experiencias únicas.
Tal vez una de las más recordadas es que por muchos años se organizaba una función de cine en Mazatlán, en los ahora desaparecidos Cinemas Gaviotas, la cual era muy esperada por los pequeños.
Este año, la sede de la celebración en el puerto, el Gran Acuario Mazatlán, fue un éxito, pues las instalaciones de este moderno recinto turístico son totalmente disfrutables. Nos organizaron un recorrido guiado que permitió que nuestros colaboradores padres de familia conocieran o volvieran a recorrer con sus hijos pequeños todas las instalaciones de este paseo mazatleco, observando desde las aves y los lobos marinos, hasta las mantarrayas, el gran coral y la pecera oceánica.
Mañana recibiremos a nuestros pequeños en las instalaciones de Noroeste en Culiacán, donde además de recibirlos en el estudio del Noticiero, aprovechamos que tenemos de sede el Café Yameto para ahí celebrar a nuestros niños.
Año con año realizamos la celebración y nos sirve no sólo para festejar, sino para fortalecer los lazos familiares entre nosotros, pues de hecho el evento lo aprovechamos para ver cómo han ido creciendo los hijos de nuestros compañeros y constatar cómo muchos ya dejan de asistir porque dejan de ser niños.
Han sido tantos los niños que hemos festejado que más de uno han llegado a trabajar luego con nosotros, y hasta se quedan, y para nosotros eso habla de cómo fortalecemos esos lazos.
Por eso, para nosotros celebrar a nuestros niños no sólo es una cuestión de cultura laboral, es un acto de compañerismo y de aprendizaje, de esparcimiento y de revitalización, pero también de que los pequeños sientan que son parte de Noroeste.
Son celebraciones sencillas pero que aprovechamos para agradecer a los niños por el tiempo que nos prestan a sus papás, sobre todo porque para muchos de esos papás es un desafío combinar, por ejemplo, la labor de periodistas con la de padre de familia, por lo demandante del trabajo.
Así que en medio de lo que solemos vivir en el acelerado mundo de un medio de comunicación, detenernos unas horas a celebrar a nuestros niños no sólo es gratificante sino necesario.
Desde siempre, en Noroeste, como en muchas otras empresas, aprovechamos cada festividad para tratar de celebrar a los nuestros.
Navidad, Día del Padre, Día de las Madres, y hasta el Día de la Mujer, nos gusta detenernos un poco y festejar. Por supuesto están nuestros aniversarios de fundación, que siempre aprovechamos para conmemorar. Pero hay una celebración muy especial que nos encanta, y es la del Día del Niño.
A lo largo de los años hemos celebrado de varias formas a nuestros pequeños, hijos de quienes aquí colaboramos. Con fiestas, piñatas, piscinadas, funciones de cine y ayer sábado, en el puerto, por ejemplo, lo hicimos de una manera novedosa: nos fuimos con nuestros niños al Gran Acuario Mazatlán.
Mientras que en Culiacán, además de celebrarlos mañana lunes, también podrán visitar el set del Noticiero y ser entrevistados ahí mismo.
Podría decirse que vamos un poco atrasados con los festejos, pero solemos hacerlo así para que no se empalme con las celebraciones que los niños tienen en sus escuelas.
Son miles de niños los que han sido celebrados a lo largo de estos años, pues son cientos de empleados de Noroeste que laboran y han laborado con nosotros, pero si algo los ha distinguido es que todos los pequeños viven aquí, con sus papás, experiencias memorables, pues al ser un medio de comunicación suelen ver cosas que muchos otros niños no llegan a presenciar jamás.
Por ejemplo, ver una rotativa funcionando imprimiendo periódicos, participar en sesiones de fotos, operar equipos de fotografía o video, conocer una Redacción de un periódico, asistir a un Noticiero, en fin... nuestros niños viven experiencias significativas, y para nosotros lo más importante es que ellos se sientan parte de la empresa.
Creemos que lo logramos.
Los hijos de nuestros empleados siempre son recibidos en nuestras instalaciones, no sólo en las festividades, pues para nosotros es natural que suelan venir a nuestros edificios por diversas razones. Ya sea mientras esperan a sus padres, o por alguna tarea incluso.
De hecho, aún ahora, muchos de ellos, ya adultos, suelen recordar las celebraciones del Día del Niño con Noroeste, pues viven experiencias únicas.
Tal vez una de las más recordadas es que por muchos años se organizaba una función de cine en Mazatlán, en los ahora desaparecidos Cinemas Gaviotas, la cual era muy esperada por los pequeños.
Este año, la sede de la celebración en el puerto, el Gran Acuario Mazatlán, fue un éxito, pues las instalaciones de este moderno recinto turístico son totalmente disfrutables. Nos organizaron un recorrido guiado que permitió que nuestros colaboradores padres de familia conocieran o volvieran a recorrer con sus hijos pequeños todas las instalaciones de este paseo mazatleco, observando desde las aves y los lobos marinos, hasta las mantarrayas, el gran coral y la pecera oceánica.
Mañana recibiremos a nuestros pequeños en las instalaciones de Noroeste en Culiacán, donde además de recibirlos en el estudio del Noticiero, aprovechamos que tenemos de sede el Café Yameto para ahí celebrar a nuestros niños.
Año con año realizamos la celebración y nos sirve no sólo para festejar, sino para fortalecer los lazos familiares entre nosotros, pues de hecho el evento lo aprovechamos para ver cómo han ido creciendo los hijos de nuestros compañeros y constatar cómo muchos ya dejan de asistir porque dejan de ser niños.
Han sido tantos los niños que hemos festejado que más de uno han llegado a trabajar luego con nosotros, y hasta se quedan, y para nosotros eso habla de cómo fortalecemos esos lazos.
Por eso, para nosotros celebrar a nuestros niños no sólo es una cuestión de cultura laboral, es un acto de compañerismo y de aprendizaje, de esparcimiento y de revitalización, pero también de que los pequeños sientan que son parte de Noroeste.
Son celebraciones sencillas pero que aprovechamos para agradecer a los niños por el tiempo que nos prestan a sus papás, sobre todo porque para muchos de esos papás es un desafío combinar, por ejemplo, la labor de periodistas con la de padre de familia, por lo demandante del trabajo.
Así que en medio de lo que solemos vivir en el acelerado mundo de un medio de comunicación, detenernos unas horas a celebrar a nuestros niños no sólo es gratificante sino necesario.
