Ciclón de desinformación antes y después

    Suscríbete www.noroeste.com.mx/premium / contacto@noroeste.com
    En Noroeste, y en Sinaloa en general, lo que está viviendo Acapulco y varios municipios de Guerrero no nos es ajeno. Tenemos ¡siete meses! de temporada de huracanes en el Océano Pacífico y la memoria de los sinaloenses no puede evitar remontarse a los impactos de ‘Olivia’, de ‘Ismael’, de ‘Manuel’, de ‘Lane’, de ‘Willa’ y de tantos otros ciclones que nos han dejado huella.

    Mucho se ha hablado en los últimos días de la devastación ocurrida tras los embates del Huracán Otis en Acapulco y otros municipios de la costa de Guerrero. Pero uno de los puntos más fuertes es el hecho de la falta de prevención.

    ¿Supieron los habitantes lo que venía? ¿Informó la autoridad correctamente? ¿Pudo haberse prevenido en algo la devastación?

    Nos referimos aquí a este punto porque es uno de los más importantes donde los medios tenemos una intervención total y absoluta.

    Varias veces hemos hablado en este espacio de la cultura de prevención que tratamos de abarcar desde nuestras páginas y nuestros espacios digitales para mantener informados a nuestros lectores sobre posibles riesgos, en este caso de impactos de fenómenos naturales.

    Por supuesto que en Noroeste, y en Sinaloa en general, lo que está viviendo Acapulco y varios municipios de Guerrero no nos es ajeno. Tenemos ¡siete meses! de temporada de huracanes en el Océano Pacífico y la memoria de los sinaloenses no puede evitar remontarse a los impactos de “Olivia”, de “Ismael”, de “Manuel”, de “Lane”, de “Willa” y de tantos otros ciclones que nos han dejado huella.

    No estamos seguros de poder comparar efectivamente las dinámicas entre Guerrero y Sinaloa para decir que tal vez aquí la población está más metida en la cultura de la prevención, como tampoco podemos hacer comparaciones precisas entre los dos estados, pues desde el nivel de pobreza, hasta la situación política y geográfica son totalmente diferentes. Sin embargo, sí aprovechamos el contexto para reiterar nuestro papel.

    En muchos lados hemos escuchado que la gente, por ejemplo, suele decir que no lee los periódicos o no ve noticieros porque no quiere escuchar “malas noticias”. También es posible oír o percibir la desconfianza de la comunidad hacia los medios, al punto de no creer en lo que publican.

    Sin embargo, ocurre un fenómeno social o comunitario curioso, mucha gente puede no leer o informarse en medios tradicionales, o bien, no confiar en los medios en general, pero si se informa a través de medios informales que pueden ser desde las redes sociales, una cadena de WhatsApp o páginas digitales sin rigor periodístico, la gente sí les cree.

    Aclarando que no es el caso de Sinaloa, y mucho menos de Noroeste, donde afortunadamente podemos reiterar que tenemos la confianza de los lectores y que somos un medio ético y con rigor al que la comunidad acude no solo para informarse sino para buscar apoyo u orientación; por lo tanto, desde la responsabilidad que tenemos, todos los medios de comunicación debemos ahondar en la cultura de la prevención y sobre todo, en fomentar la confianza de nuestros lectores.

    Si en lugar de prevenir e informar solo alarmamos, no sirve, o si en vez de apoyar o dar fluidez a la información de ayuda y de apoyos o de reconstrucción, solo criticamos, tampoco sirve.

    Tenemos la obligación de informar para prevenir, para orientar, para contribuir a que las cosas suceden de manera constructiva y correcta para los ciudadanos.

    Claro que esto implica criticar y cuestionar, pero no solo eso.

    La propia Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), en su manual titulado Funciones y responsabilidades de los medios de comunicación, inicia con un capítulo titulado “Alertar, informar y educar”, y señala:

    “Los desastres y los riesgos dominan cuando ocurren o son inminentes. Sin embargo, el papel de los medios de comunicación no se limita -no debe limitarse- a realizar reportajes cuando los desastres están en curso.

    “La cobertura mediática es una poderosa herramienta que puede enfocar la atención, establecer la agenda del debate público, influir en las decisiones políticas, cambiar las actitudes del público... y salvar vidas”.

    Vaya responsabilidad la que nos ponen encima, pero la tenemos clarísima y la asumimos.

    “Los medios de comunicación”, continúa el manual, “configuran la percepción que tiene el público de los riesgos que plantean las amenazas naturales. Estas percepciones influyen a su vez en el conjunto de estrategias para la mitigación de futuras vulnerabilidades en forma de impuestos, costos de oportunidad, cambios de estilo de vida, etc.”.

    En el capítulo segundo titulado “El servicio público de la comunicación bidireccional” se nos señala que los medios somos “un canal de información vital entre las autoridades y los servicios de emergencia, por un lado, y sus audiencias, por otro. Transmiten información en ambas direcciones”.

    Antes de un desastre, continúa, especialmente en el caso de una amenaza natural para la que se dispone de una alerta, “los periodistas transmiten las alertas y otras Informaciones de emergencia por parte de las autoridades a la población, reduciendo así el riesgo y salvando vidas”.

    Y esto es en lo preventivo, es decir, antes del impacto del fenómeno. Pero durante y después la labor y responsabilidad continúa.

    Cuando se produce un desastre o está en proceso la recuperación, dice el capítulo de la UNDRR, los periodistas deben describir lo que ha ocurrido o lo que está ocurriendo, identificando los problemas que pueden surgir en las operaciones de recuperación y destacando las necesidades de los grupos o personas.

    Y va más allá Naciones Unidas y nos reitera el papel de “vigilante”: “Los periodistas ejercen una función de vigilancia... suele consistir en pedir cuentas a las autoridades e instituciones por fallos en prevención, planificación o mitigación inadecuadas, mala gobernanza o respuesta ineficaz a los desastres”.

    Y reconoce lo que la mayoría de los medios serios y profesionales enfrentamos:

    “A menudo se desconsidera el papel de vigilante o se lo presenta como produciendo ‘prensa negativa’”, admite, y refuerza: “Reconocer los problemas en lugar de esconderlos... es esencial para garantizar que los sistemas mejoren y se pueda mitigar el impacto de futuros desastres”.

    El papel de vigilante, precisa, debe desempeñarse con un alto nivel de precisión y ética periodística para no perder credibilidad y volverse objeto de críticas.

    Cuánta verdad encierra, pues por ejemplo ante el contexto actual post “Otis”, se ha recrudecido la polarización entre quienes fustigan y cuestionan los errores y omisiones de las autoridades, que ciertamente sabemos que las hubo, y entre quienes defienden a ultranza el actuar oficial.

    Lo recomendable y que nosotros tratamos de hacer es ir equilibrando, tanto en notas como en columnas de Opinión, pues lo primero que tenemos claro es que versiones oficiales y de los detractores de lo oficial siempre va a haber.

    Para tratar de salir adelante de esta difícil misión de ir equilibrando y combatiendo la desinformación, nosotros nos apoyamos, por ejemplo, en El Sabueso, de Animal Político, que son un equipo de análisis de la información que realmente profundiza en qué se sabe, qué se supo, qué no y por qué.

    Entonces publicamos varios análisis de este tipo para tratar de entender un poco más lo ocurrido.

    No es una situación fácil de asimilar, nos ofusca el ver tal grado de devastación como la ocurrida en Acapulco, sobre todo pensando en qué grado de afectación sí pudo haberse logrado salvar si Gobierno y medios hubieran hecho más eficiente su labor en Guerrero.

    Lo que tenemos claro y ofrecemos desde Noroeste ante la prevención de desastres es seguir siendo participantes activos en todas las etapas de un fenómeno meteorológico con nuestro baluarte: la información.

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!