Días turbulentos, tensos y agobiantes, unos más que otros en esta profesión

Esta semana hemos andado un tanto nerviosos, tensos, y no es para menos, pues aunque de manera normal nos sentimos vulnerables en nuestra labor, siempre se pueden agregar factores que nos tensan más la cuerda.

Por un lado están los temas que abordamos, temas difíciles, delicados, que pisan callos... pero luego están situaciones que enfrentan medios cercanos o colegas conocidos.

Como se dice coloquialmente “el horno no está para bollos”, resentimos el contexto álgido que se vive en el País y en el estado. Las presiones llegan por muchos lados y a veces agotan.

Adicional a lo que aquí vivimos, que no es menor, esta semana estuvimos con la tensión de un reconocido colega desaparecido en Guadalajara, y aunque pudiera pensarse que es otro estado, que está lejano, que no es nuestra bronca, siempre pega, nos agobia, nos enoja y nos desespera. A final de cuentas, es como gritarnos a todos en la cara que si se lo pueden llevar a él, nos pueden llevar a cualquiera de nosotros, en cualquier momento y por diversas razones.

Y aunque finalmente este periodista fue liberado, gracias a la presión ejercida a nivel nacional e internacional, sabemos que las secuelas ahí están, para él, para su familia y para todos nosotros.

Esto se suma a los ataques cibernéticos que sufrieron algunos medios aquí en Sinaloa en estos días, los cuales fueron documentados y por los cuales nos solidarizamos en la exigencia de detenerlos, clarificarlos y prevenirlos.

Nuestro colaborador Alejandro Sicairos lo resumió de manera contundente en una de sus recientes columnas: “Varios medios de comunicación hackeados en sus contenidos, fanpages violentadas que son utilizadas para la extorsión, telefonía oficial del gobierno suplantada con fines de campañas negras, y estrategias digitales para denostar a quienes no se someten a los designios de personajes y mafias políticas. ¿En verdad las instituciones de procuración e impartición de justicia carecen de métodos, arrestos y voluntades para localizar y castigar a la cada vez más impune delincuencia cibernética?”.

En nuestro caso se nos infiltraron en la fanpage de Facebook de Noroeste y, usando una promoción del área comercial suplantaron nuestra identidad para intentar obtener dinero de los participantes en dicha promoción. Increíble. Los ataques pueden llegar de muchas maneras y por muchos lados.

Eso solo nos hace reflexionar de que la vulnerabilidad puede estar en variados y diversos frentes.

Pero lo que nos hace optimistas a la vez es que precisamente coincidiendo con estos días revueltos, o más bien específicamente por eso, recibimos en estos días la invitación del Observatorio Ciudadano de Mazatlán y el Instituto para la Protección de Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas de Sinaloa, para asistir a un curso de herramientas de protección.

Ttitulado “Herramientas de Protección para Personas Defensoras de #DDHH y #Periodistas en temas electorales”, el curso fue impartido por el maestro Alan Iram Paz Arellano, de la Dirección de Política Pública de la Unidad de Prevención, Seguimiento y Análisis, del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas, que es un organismo nacional dependiente de la Secretaría de Gobernación.

Ahí, reunidos, periodistas de diversos medios de Mazatlán pudimos repasar medidas de autoprotección, que aunque la mayoría de los que estuvimos presentes ya las sabemos o las hemos escuchado en innumerables ocasiones, siempre es importante volver a ponernos en alerta, y sobre todo porque este curso se dio precisamente por el contexto actual de estar inmersos en un proceso electoral que no ha estado exento de violencia, ambientes polarizados y mucho riesgo.

Y pues aprovechando, y como parte del aprendizaje, ahí mismo repasamos asuntos de perspectiva de género, de lenguaje incluyente, de cobertura periodística en procesos electorales sin estereotipos de género, entre otros puntos importantes a tomar en cuenta.

Así que en medio de la tensión y de la talacha diaria, hacemos un alto por un rato y nos detenemos a reflexionar, a aprender, a prevenir... siempre es una buena manera de enfrentar lo que vivimos y lo que se viene en esta profesión a veces poco valorada o poco comprendida.

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