Libertad de expresión, ¿celebración?... y una despedida desde Noroeste

08/06/2025 04:00
    Para nosotros, la libertad de expresión se honra todos los días con nuestro trabajo, con nuestro empuje, con nuestros criterios editoriales, con cada una de nuestras publicaciones, con la actitud de nuestros periodistas y con la autonomía de nuestros editores.

    Ayer fue 7 de junio y se conmemoró el Día de la Libertad de Expresión en México. Conmemoración no celebración, porque la podríamos celebrar si las condiciones lo ameritaran.

    No es la primera vez que abordamos este tema en este espacio. El año pasado lo hicimos en una columna del mes de mayo, dado que el día 3 de ese mes se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa.

    En ese artículo explicamos el abstracto concepto de la libertad de expresión y precisamos las demandas o acuerdos a los que se llegaron en la Conferencia del Día Mundial de la Libertad de Prensa de la UNESCO, donde se hicieron exhortos para los gobiernos, para las organizaciones intergubernamentales, para las empresas de tecnología y por supuesto, para los medios de comunicación.

    “Mantener la independencia ante las presiones políticas y comerciales, así como resistir a la censura, la autocensura y la influencia indebida. Sostener su compromiso con la búsqueda de la verdad, la calidad, la transparencia, el interés público y reforzar sus políticas de inclusión de género, raza y la diversidad de comunidades en una sociedad democrática”, es el primer punto que en ese entonces nos señalaron y aquí publicamos.

    Luego, en junio del año pasado, volvimos a abordar el tema porque el 7 de junio se celebra también la libertad de expresión pero en México.

    En los artículos hicimos hincapié en que nosotros no solemos celebrar en esas fechas, de hecho podría decirse que no damos mucha importancia a la conmemoración en ninguna de las dos fechas. Y no es que la rechacemos, al contrario, para nosotros la libertad de expresión se honra todos los días con nuestro trabajo, con nuestro empuje, con nuestros criterios editoriales, con cada una de nuestras publicaciones, con la actitud de nuestros periodistas y con la autonomía de nuestros editores.

    Por eso a veces es un poco incómodo que algún político, alguna autoridad, nos invite en estos días a una “celebración” para los periodistas. Institucionalmente no acudimos a esas invitaciones y de hecho instamos a que nuestros periodistas tampoco lo hagan, pues para nosotros es hasta indignante que autoridades que en todo el año no informan, o que tienen personal de prensa que se dedica a obstaculizar nuestra labor, o que nos niegan datos de manera recurrente, en un día nos quieran “festejar” con un desayuno.

    Creemos que no es por ahí la conmemoración.

    Además, lo refrendamos cuando escuchamos las declaraciones que conocidos representantes de la defensa de la libertad de expresión en nuestro País lanzan de manera contundente, sobre la situación del periodismo en México.

    Ayer, Leopoldo Maldonado, de la organización Artículo 19, en entrevista televisiva nos recordó que en el sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador se registraron un total de 3 mil 480 agresiones contra periodistas, 62 por ciento más si se comparan con el gobierno de Enrique Peña Nieto.

    Además detalló que estos últimos seis años han sido asesinados 46 periodistas, cuatro más están desaparecidos y 34 más han sido víctimas de atentados contra su vida entre 2018 a junio de 2024.

    “Las amenazas de muerte, los ataques digitales, el espionaje contra periodistas, hay una diversificación de formas en donde él o la periodista ya no sabe por donde le van a llegar”, consideró Maldonado.

    Por su parte, Balbina Flores, de Reporteros sin Fronteras, nos recordó ayer que quienes más afectan a la prensa en México son los funcionarios públicos.

    “Quienes más atacan a la prensa son los funcionarios públicos o las autoridades, más de un 60 por ciento de las agresiones a periodistas vienen de funcionarios públicos”, señaló.

    Los periodistas en general, añadió la activista, no cuentan con condiciones de seguridad para poder hacer un trabajo.

    Mientras que la Federación Internacional de Periodistas remató: “Los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación son asesinados con mayor frecuencia por denunciar la corrupción, el crimen y el abuso de poder en sus comunidades, ciudades y países”.

    Así que sí, ayer fue 7 de junio, Día de la Libertad de Expresión, y nos seguimos cuestionando si se debe celebrar.

    Despedida

    En la Redacción sufrimos una pérdida que no nos había tocado vivir al menos en muchos años: falleció uno de nuestros coeditores.

    Luego de varios meses de padecer una enfermedad, de entrar y salir del hospital, Luis Adrián dejó de existir a las 20:00 horas, la noche de este viernes.

    Aunque no fue una muerte violenta, incluso, ni siquiera inesperada, de todos modos es difícil de procesar, sobre todo por su juventud, apenas 38 años de edad.

    Culto, religioso, serio, pero de un humor fino, Luis era uno de nuestros coeditores del sitio digital y las redes sociales, pero su experiencia inició con nosotros en el diario impreso.

    Trabajó con nosotros en tres etapas de su vida y su trato cordial y profesional lo distinguió en todas.

    Ayer acompañamos a su familia en el funeral, en Mazatlán, y hoy lo despediremos en la misa y el sepelio.

    Gracias, Luis, por tu trabajo y tu entrega.

    Ayer fue 7 de junio y se conmemoró el Día de la Libertad de Expresión en México. Conmemoración no celebración, porque la podríamos celebrar si las condiciones lo ameritaran.

    No es la primera vez que abordamos este tema en este espacio. El año pasado lo hicimos en una columna del mes de mayo, dado que el día 3 de ese mes se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa.

    En ese artículo explicamos el abstracto concepto de la libertad de expresión y precisamos las demandas o acuerdos a los que se llegaron en la Conferencia del Día Mundial de la Libertad de Prensa de la UNESCO, donde se hicieron exhortos para los gobiernos, para las organizaciones intergubernamentales, para las empresas de tecnología y por supuesto, para los medios de comunicación.

    “Mantener la independencia ante las presiones políticas y comerciales, así como resistir a la censura, la autocensura y la influencia indebida. Sostener su compromiso con la búsqueda de la verdad, la calidad, la transparencia, el interés público y reforzar sus políticas de inclusión de género, raza y la diversidad de comunidades en una sociedad democrática”, es el primer punto que en ese entonces nos señalaron y aquí publicamos.

    Luego, en junio del año pasado, volvimos a abordar el tema porque el 7 de junio se celebra también la libertad de expresión pero en México.

    En los artículos hicimos hincapié en que nosotros no solemos celebrar en esas fechas, de hecho podría decirse que no damos mucha importancia a la conmemoración en ninguna de las dos fechas. Y no es que la rechacemos, al contrario, para nosotros la libertad de expresión se honra todos los días con nuestro trabajo, con nuestro empuje, con nuestros criterios editoriales, con cada una de nuestras publicaciones, con la actitud de nuestros periodistas y con la autonomía de nuestros editores.

    Por eso a veces es un poco incómodo que algún político, alguna autoridad, nos invite en estos días a una “celebración” para los periodistas. Institucionalmente no acudimos a esas invitaciones y de hecho instamos a que nuestros periodistas tampoco lo hagan, pues para nosotros es hasta indignante que autoridades que en todo el año no informan, o que tienen personal de prensa que se dedica a obstaculizar nuestra labor, o que nos niegan datos de manera recurrente, en un día nos quieran “festejar” con un desayuno.

    Creemos que no es por ahí la conmemoración.

    Además, lo refrendamos cuando escuchamos las declaraciones que conocidos representantes de la defensa de la libertad de expresión en nuestro País lanzan de manera contundente, sobre la situación del periodismo en México.

    Ayer, Leopoldo Maldonado, de la organización Artículo 19, en entrevista televisiva nos recordó que en el sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador se registraron un total de 3 mil 480 agresiones contra periodistas, 62 por ciento más si se comparan con el gobierno de Enrique Peña Nieto.

    Además detalló que estos últimos seis años han sido asesinados 46 periodistas, cuatro más están desaparecidos y 34 más han sido víctimas de atentados contra su vida entre 2018 a junio de 2024.

    “Las amenazas de muerte, los ataques digitales, el espionaje contra periodistas, hay una diversificación de formas en donde él o la periodista ya no sabe por donde le van a llegar”, consideró Maldonado.

    Por su parte, Balbina Flores, de Reporteros sin Fronteras, nos recordó ayer que quienes más afectan a la prensa en México son los funcionarios públicos.

    “Quienes más atacan a la prensa son los funcionarios públicos o las autoridades, más de un 60 por ciento de las agresiones a periodistas vienen de funcionarios públicos”, señaló.

    Los periodistas en general, añadió la activista, no cuentan con condiciones de seguridad para poder hacer un trabajo.

    Mientras que la Federación Internacional de Periodistas remató: “Los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación son asesinados con mayor frecuencia por denunciar la corrupción, el crimen y el abuso de poder en sus comunidades, ciudades y países”.

    Así que sí, ayer fue 7 de junio, Día de la Libertad de Expresión, y nos seguimos cuestionando si se debe celebrar.

    Despedida

    En la Redacción sufrimos una pérdida que no nos había tocado vivir al menos en muchos años: falleció uno de nuestros coeditores.

    Luego de varios meses de padecer una enfermedad, de entrar y salir del hospital, Luis Adrián dejó de existir a las 20:00 horas, la noche de este viernes.

    Aunque no fue una muerte violenta, incluso, ni siquiera inesperada, de todos modos es difícil de procesar, sobre todo por su juventud, apenas 38 años de edad.

    Culto, religioso, serio, pero de un humor fino, Luis era uno de nuestros coeditores del sitio digital y las redes sociales, pero su experiencia inició con nosotros en el diario impreso.

    Trabajó con nosotros en tres etapas de su vida y su trato cordial y profesional lo distinguió en todas.

    Ayer acompañamos a su familia en el funeral, en Mazatlán, y hoy lo despediremos en la misa y el sepelio.

    Gracias, Luis, por tu trabajo y tu entrega.