Lo que aprendimos sobre paz, justicia, violencia, diálogo...

16/02/2025 04:00
    Lo enriquecedor de las reuniones podría resumirse en conceptos que nos dejó para pensar: diálogo, confianza, trabajo comunitario, aprender para entender, combatir los sesgos y los intentos de simplificar un problema tan complejo como la violencia en una sociedad. Profundizar y aceptar que la crisis de inseguridad no será una situación fácil ni rápida de resolver.

    Este viernes tuvimos un día de aprendizaje, de afrontar realidades, de enfrentar incomodidades.

    Ya en el artículo anterior le habíamos comentado que recibiríamos a un especialista en procesos de justicia y construcción de paz, en derechos humanos, en crímenes sistémicos y en criminalidad organizada.

    Así que este jueves y viernes efectivamente tuvimos el privilegio de platicar y escuchar a Michael Reed-Hurtado, colombiano-estadounidense, académico de la Georgetown University, becario de Yale y director del Centro Guernica 37, con sede en Washington, que es una organización sin fines de lucro que revitaliza la responsabilidad por violaciones de los derechos humanos y otros actos atroces para empoderar a las personas a exponer las irregularidades y defender sus derechos.

    Especialista en procesos de paz en Colombia y que ha trabajado con la ONU en varias partes del mundo, Michael nos acompañó en Sinaloa para darnos su visión y compartirnos su experiencia.

    El jueves tuvimos una reunión petit comité con directivos y accionistas de Noroeste, en la que de manera informal nos fue introduciendo a lo que abordaría el día siguiente en reunión con empresarios mazatlecos y algunas personalidades de Culiacán, para luego cerrar el viernes con un taller con activistas y periodistas.

    Lo enriquecedor de las reuniones podría resumirse en conceptos que nos dejó para pensar: diálogo, confianza, trabajo comunitario, aprender para entender, combatir los sesgos y los intentos de simplificar un problema tan complejo como la violencia en una sociedad. Profundizar y aceptar que la crisis de inseguridad no será una situación fácil ni rápida de resolver.

    La reunión amplia con el sector empresarial fue directa e incluso descarnada. Habló de la experiencia de Colombia, de las situaciones extremas que atraviesan países como El Salvador o Venezuela, donde las soluciones que han dado a los problemas de violencia no son las más adecuadas porque no atacan el problema de raíz y sólo continúan incubándolo y convirtiéndolo en una olla de presión social.

    La importancia de no fomentar silencios, de demandar reglas claras y transparencia y el trabajo en acciones comunitarias o colectivas que aunque sean o parezcan pequeñas son las que pueden empezar a dejar cambios positivos que pueden empezar a regresar la confianza ciudadana.

    El taller que periodistas y activistas tuvimos más tarde con Michael fue esclarecedor y, aunque demoledor, también optimista y de apoyo.

    Destacó el trabajo que realizan desde el activismo, por ejemplo, las madres buscadoras de personas desaparecidas, o de organizaciones ambientales y similares que operan en territorios actualmente en conflicto.

    A los periodistas nos recordó la importancia del registro que deja el periodismo local al ir documentando en el día a día lo ocurrido, lo cual calificó como valiosísimo, pues es lo que queda para consultar en la posteridad, y si se deja de hacer se perdería esa memoria diaria y cotidiana de lo que ocurre en nuestra región.

    El conocimiento local que los periodistas tienen y publican, dijo, es fundamental para entender las dinámicas actuales.

    Nos llamó a que desde el periodismo ayudemos a dar algo de claridad y comprensión a un problema tan complejo como el contexto actual que atravesamos y sufrimos.

    Seguir indagando, seguir preguntando, seguir documentando... nos lo repitió en diferentes momentos.

    Cómo contamos esas historias, cómo contamos nuevos ángulos, como narramos la complejidad...

    “Están haciendo ya mucho”, nos alentó, “hay que hacer más”, nos exigió.

    En todas las sesiones, nuestro invitado dejó en claro que es a través del diálogo como podemos alcanzar la paz, escuchar al otro, incluso al más contrario a nosotros, incluso al delincuente... escuchar a las comunidades, a los sectores.... dialogar y dialogar... “el diálogo es poderosísimo”, nos insistió.

    Nos dejó reflexionando, pensando más aún en lo que estamos viviendo, así que el cometido se logró, porque nos movió incluso conceptos que tenemos arraigados, sesgos y percepciones generales con las que cargamos...

    Creemos que el ejercicio funcionó. El trabajo continúa siendo de todos.