Periodismo de prevención y de cobertura de desastres... ¿cómo nos fue con el Huracán Nora?

    Aún y cuando en nuestras propias casas o instalaciones podamos ser uno más de los afectados por las lluvias, enfrentamos esas dificultades y nos abocamos de lleno a la cobertura, lo hacemos por vocación y por nuestros lectores.

    Alertar sin alarmar, alertar sin alarmar... ya lo hemos dicho, alertar sin alarmar es como una especie de mantra para nosotros en el periodismo de prevención...

    Y vaya que lo aplicamos en estos últimos días.

    El Huracán Nora nos puso al frente no solo de la teoría, sino también de la práctica y, sobre todo, de la experiencia en periodismo de prevención, pero lamentablemente también en la cobertura de desastres naturales.

    Desde su formación como fenómeno meteorológico con potencial ciclónico en los mares del sureste del País, nosotros empezamos a darle seguimiento.

    Las redes sociales del Servicio Meteorológico Nacional, primero, y de otros sitios especializados como el Centro Nacional de Huracanes de EU, son algunas de las fuentes que estamos monitoreando de manera constante durante esta temporada. Y ponemos especial atención cuando el fenómeno empieza a tomar fuerza y, principalmente, cuando su trayectoria marca una cercanía o afectación probable sobre Sinaloa.

    Desde el miércoles 25 informamos de la existencia de la zona de inestabilidad en el Océano Pacífico con 100 por ciento de potencial ciclónico, pero fue el jueves 26 de agosto por la mañana cuando informamos a través de nuestro sitio y nuestras redes sociales cuando la depresión tropical 14-E se convertía en la tormenta tropical Nora, y aunque no representaba peligro aún para las costas de Sinaloa, las autoridades y nosotros la manteníamos monitoreada.

    Horas más tarde de la primera nota tuvimos que subir una nueva, porque la tormenta empezó a marcar su trayectoria cercana a la costa.

    Así, las notas “Se forma tormenta Nora; va directo a Baja California Sur” y “La tormenta Nora podría ocasionar al menos lluvias en Sinaloa y autoridades se ponen en alerta” de ese jueves 26 de agosto se colocaron entre las 10 notas más leídas de ese día. Es decir, aún cuando estaba lejano el fenómeno empezó a despertar interés de los lectores y con ello empieza a tener efecto nuestro periodismo de prevención.

    Por supuesto que de las notas que subimos los dos días siguientes, 6 de las 10 más leídas de nuestro sitio tenían que ver con la tormenta Nora. Ya para el día 28, el sábado, 8 de las 10 notas más leídas eran sobre el huracán.

    Pero el domingo 29, el lunes 30 y aún el martes 31 de agosto, las 10 notas más consultadas en nuestro sitio eran del mismo tema: el huracán Nora y sus efectos.

    De hecho esos días, del 25 al 31 de agosto, 9 de las 11 notas más leídas en el sitio de Noroeste.com tenían que ver con el fenómeno meteorológico, la más leída con 55 mil 681 vistas y la número 11 con 13 mil 984.

    El interés de los lectores por el tema fue muy alto.

    El 25 de agosto tuvimos 75 mil 871 sesiones, y fue subiendo día a día hasta alcanzar 146 mil 595 el sábado 28, cuando la gente se estaba previniendo, y llegar a la cifra más alta, el domingo 31, cuando el huracán golpeaba el sur del estado, cuando tuvimos 203 mil 867 sesiones en nuestro sitio, la cifra más alta en lo que va del año y de las más altas en los últimos años.

    En sí, del 25 de agosto al 2 de septiembre, llegamos a un millón 48 mil 683 sesiones en nuestro sitio web.

    Todo esto gracias al trabajo de reporteros, fotógrafos y editores que generaron durante esos días alrededor de 300 notas del tema del huracán, tanto su prevención como sus efectos.

    Fue un fin de semana intenso, donde cada uno de nuestros periodistas se mantuvo en alerta desde el viernes, no solo generando contenidos ya, sino listos para movilizarse a las zonas afectadas por la lluvia.

    Toda nuestra operación editorial, incluyendo descansos, guardias, recursos materiales y humanos, todo, se reorganizó y alistó desde el viernes porque sabíamos lo que vendría con la trayectoria del huracán tan pegado a nuestras costas.

    Como todo, enfrentamos dificultades: vehículos inundados, cámaras fotográficas dañadas, caídas, lodazales, zapatos y paraguas que quedaron inservibles... en fin, los periodistas sabemos que son de las consecuencias que pagamos a cambio de una cobertura exhaustiva.

    Notas, fotos, videos, transmisiones en vivo, todo implica movilizarnos hacia las zonas de riesgo y lo hacemos con pasión, no hay periodista íntegro y completo que le saque la vuelta a esto, al contrario, queremos estar ahí, queremos atestiguarlo, verlo, contarlo...

    Aún y cuando en nuestras propias casas o instalaciones podamos ser uno más de los afectados por las lluvias, enfrentamos esas dificultades y nos abocamos de lleno a la cobertura, lo hacemos por vocación y por nuestros lectores.

    Pero sobre todo lo hacemos por los afectados: porque luego de la prevención y la cobertura de desastres tenemos que contar sus historias, del que se le inundó la casa, el que perdió sus cultivos, el que se le fueron sus animalitos en la corriente, el que se quedó varado sin transporte o vías de comunicación, que perdió su trabajo de meses, que no pudo salvar sus muebles... luego de la prevención, viene el grito de ayuda. Y tenemos que estar ahí para darlo.

    Nos dice Juan José Domínguez-Panamá, de la Universidad Veracruzana, en su disertación El periodismo de desastre: de las no-rutinas a las funciones sociales del periodista:

    “El periodismo de desastres o la cobertura de una situación de desastre no sólo implica una serie de rupturas en los procesos de recopilación de información en el periodista y la implementación de las no-rutinas, también lo obliga, por cuestión ética, a asumir una responsabilidad social ante las consecuencias del desastre; más allá de su función informativa, al periodista le corresponde una serie de funciones sociales en medio de la crisis, que resultan cruciales para el rescate y salvamento de personas afectadas”. (Domínguez-Panamá, J. J. (2017). El periodismo de desastre: de las no-rutinas a las funciones sociales del periodista. Comhumanitas: revista científica de comunicación, 8(1), 103-115).

    Afortunadamente la prevención, en este caso, aparentemente funcionó, pues aunque hubo pérdidas materiales muy fuertes, sobre todo para familias de comunidades costeras y serranas, no hubo en Sinaloa ninguna víctima de lesiones o muerte.

    Nos gusta pensar que en algo pudimos haber ayudado al informar y alertar.

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