Los gobiernos municipales de Sinaloa cumplieron con los plazos para presentar cada uno su Plan Municipal de Desarrollo, en el que se establecen las metas que se pretenden alcanzar en el plazo de tres años.
Y cada municipio ha atendido las necesidades que enfrentan sus comunidades, pero también, los proyectos personales de quienes están al frente de la administración.
Porque sí, vale señalar que si bien en los proyectos que se pretenden impulsar se atienden necesidades básicas de la población, algunas nuevas y otras que se han ido aplazando, también es cierto que cada gobernante busca poner su sello con proyectos personales que asumen es de interés de sus habitantes.
Y está bien, en términos políticos, porque de eso se trata el servicio público, de tratar de que la gestión deje una huella entre los gobernados.
Sin embargo, cada plan de desarrollo, sea municipal cada tres años, o estatal cada seis, pareciera que se reinventan las necesidades de la población y en el afán de parecer novedosos, se deja de dar continuidad a las necesidades naturales de la expansión de los centros poblados.
Y esa es tal vez la principal falla que se tiene en los gobiernos, al menos en lo que ocurre en Sinaloa.
Cada administración reinventa las necesidades a atender y busca hacer cosas diferentes, aunque a largo plazo, eso incentive los rezagos en los servicios públicos.
Y eso significa que administrar una comunidad represente un mayor costo, porque se deja de ampliar algún servicio u obra heredado de una administración anterior para hacer algo nuevo.
Y lo que se requiere son planes a largo plazo, uno que apueste a un verdadero desarrollo integral, que atienda las necesidades de crecimiento de las ciudades y poblados y que resuelva de manera permanente las demandas sociales.
Es válido que cada gobernante apueste por su sello personal, como ya se ha dicho, pero también, se deben contar con proyectos que velen por el futuro de las comunidades, con inversiones que permitan dar continuidad a obras y servicios y no que queden en el aire cuando un nuevo gobierno llegue. A la larga, eso también beneficiaría a todos.
