Pese a que Sinaloa enfrenta hoy diversos retos, desde los problemas de seguridad hasta el estancamiento en la economía, desde la sequía que afecta a varias comunidades hasta la falta de agua para actividades productivas, aún cuenta también con hechos que los puede hacer sentir orgullosos.
Uno de ellos es el de tener estudiantes que han logrado destacar, pese a todo, en certámenes locales y nacionales, demostrando que Sinaloa es también una tierra de niños y jóvenes sobresalientes, dedicados a aprender y también a crear.
Lo mismo alumnos de primaria en Culiacán que jóvenes de Mazatlán, como los casos más recientes, han puesto en alto el nombre de Sinaloa en medio de situaciones en la que pocos piensan en lo que les puede sentir orgulloso.
Y es precisamente ahí donde se debe reforzar la tarea de las autoridades para que la entidad siga creciendo en conocimiento: apoyar a los jóvenes talentos, los que tienen las habilidades cognitivas mejor desarrolladas y que les permite sobresalir y avanzar en su formación.
Desde luego que cada una de las niñas y niños, y de la juventud, también tiene el derecho de recibir esa atención adecuada para su formación, pero quienes hoy destacan, pueden hacerlo aún más para seguir desarrollándose y poniendo en alto el nombre de Sinaloa.
Y aunque a veces las evaluaciones educativas muestran que los niveles de conocimientos marcan una diferencia entre lo que se aprende en una escuela pública y en una privada, al final, los jóvenes con talentos han logrado desarrollarse y destacar independientemente de dónde estudien.
Por eso, importa que las autoridades no dejen de observar la educación y tampoco dejen de apoyarla, estimulando a que más jóvenes se animen a desarrollar sus habilidades y sus potenciales y a demostrar que construir un mejor Sinaloa, con mejores talentos, sí es posible.
Aunque suene muy repetitivo, la educación es la clave para transformar comunidades y basta ver el orgullo que genera que jóvenes sinaloenses destaquen para dejar constancia de ello.