Armas sin control

    El flujo de armas a lo largo y ancho del Estado siempre ha sido un verdadero problema. La percepción ciudadana es que los criminales, más relacionados al narcotráfico, están mucho mejor armados que los policías de todos los órdenes de gobierno.

    Vemos en los decomisos, que hay que reconocer que se han dado varios golpes al crimen organizado, el gran poderío con el que cuentan para realizar sus actividades.

    Tres hechos ocurridos en solo 24 horas: el martes, en Culiacán dos mujeres fueron agredidas a balazos durante un intento de despojo de su camioneta en el estacionamiento de una concurrida tienda.

    Ayer una pareja que viajaba por las calles de la Colonia El Vallado, en Culiacán, fue agredida a balazos; afortunadamente tanto en el caso de las mujeres como el de esta pareja no hubo personas lesionadas.

    El martes, también se suscitó una persecución y enfrentamiento a balazos entre un grupo armado con un saldo de dos presuntos delincuentes muertos, dos militares heridos y dos civiles detenidos, sobra decir que el grupo llevaba armas de grueso calibre.

    Además la persecución inició cerca de la caseta de peaje de Costa Rica, Culiacán, y continuó por la Autopista del Pacífico hasta el entronque de Estación Dimas.

    ¿Qué tenemos aquí?, que en cualquier momento el ciudadano puede ser presa de un ataque a balazos por cualquier motivo, o estar en medio de una persecución y balaceras entre policías y hombres fuertemente armados.

    Y no se trata de criticar las acciones y los resultados de las corporaciones, ellos estarán haciendo su chamba, sino de que se ponga atención en el tema de la proliferación de armas.

    Hoy está visto que cualquier puede andar paseándose por la ciudad con un arma en la cintura, como las situaciones que se han visto en Altata, Sanalona y distintos sitio de recreo; es cierto la sociedad se queda callada por temor al ver personas armadas, los visitantes prefieren irse del lugar ante el riesgo de una balacera, ¿pero qué hay con la vigilancia que no se da cuenta de la presencia de gente armada o se hace de la ‘vista gorda’?.

    Urge una estrategia contra el armamentismo. Los sinaloenses no podemos seguir siendo rehenes de estas personas que se adueñan de las calles, espacios y lugares, al grado de que hasta afuera de un supermercado podemos ser atacados, sólo porque traen un arma.

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