Los hechos de violencia que siguen presentándose en Sinaloa han obligado a familias a dejar sus hogares y sus comunidades para buscar un lugar donde puedan vivir con tranquilidad.
El desplazamiento forzado que ha generado la violencia de la delincuencia organizada ha sido un problema que no ha cesado en la entidad y sobre la que las autoridades aún tienen mucho por hacer.
El fenómeno ocurre en los lugares donde ocurre la violencia y lo mismo ha sucedido en el centro norte de Sinaloa que en el sur.
En esta última región, los hechos de violencia han mantenido a comunidades aisladas ante el temor de ser víctimas de los grupos delictivos.
Quienes han tenido la oportunidad de salir de esos lugares, no han podido regresar y quienes se han quedado en sus hogares, se han visto impedidos a salir a otros sitios.
Por ahora, las autoridades se han organizado para que esas familias afectadas puedan salir de sus poblaciones o regresar a ellas.
En Rosario, organizaron un viaje para que familias de comunidades pudieran salir a la cabecera municipal para poder realizar la compra de víveres y regresar con seguridad a sus hogares.
Y en el caso de Escuinapa, las autoridades acompañaron a familias a regresar a sus hogares en comunidades de la sierra para recoger algunas cosas y volver a la cabecera municipal para mantenerse en lugares seguros.
En comunidades del centro de la entidad, las autoridades y organizaciones han hecho también actividades para que las familias puedan acceder a sus propiedades.
Qué bueno que se tomen iniciativas para poder garantizar a las familias afectadas por la violencia traslados seguros. Pero será más bueno aún cuando las condiciones estén garantizadas por las autoridades para que puedan retomar de mejor manera sus actividades.
